El régimen Ortega-Murillo destaca constantemente en sus medios de propaganda la realización de formaciones sobre los derechos de las mujeres, dirigidas a personal que trabaja para el Estado en las distintas instituciones del país.

Conversatorios, talleres o diplomados son brindados a personas trabajadoras de la Policía, el Poder Judicial, el Ministerio de Salud y otras entidades estatales durante todos los meses. 

De acuerdo con los medios oficialistas, en estas formaciones les enseñan sobre el enfoque de género, la prevención de la violencia y los derechos humanos. Sin embargo, son temáticas que en la práctica el régimen Ortega-Murillo no practica, aclara la socióloga y defensora de derechos humanos, Haydée Castillo.

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La realización frecuente de estas actividades es debido a que la pareja dictatorial está totalmente desprestigiada a nivel internacional por las denuncias de crímenes de lesa humanidad por violaciones a los derechos humanos, indica Castillo.

También es una manera de pretender un falso respeto a los derechos de la población, tanto para las personas trabajadoras del Estado como para el resto de la población y las personas en el exterior.

“Esta serie de esfuerzos no son más que tallerismo, donde la gente llega para que les laven el cerebro y sepan que «el buen Gobierno» sí respeta los derechos de las mujeres. Lo que hay en realidad es un discurso unilateral, que no se construye colectivamente y que la familia dictatorial ha interiorizado acerca del rol de las mujeres”, señala la socióloga.

Por otro lado, estas formaciones funcionan para que las agencias de cooperación que continúan brindando apoyo económico al Estado de Nicaragua, examinen las actividades en que se gastan los recursos del país y brinden su aprobación.

“Me parece más bien que es un elemento para decirle a las agencias que se están utilizando los recursos en algo bueno, aunque sabemos que no tienen efecto alguno ¿Qué autoridad moral pueden tener Ortega-Murillo para hablar sobre los derechos de las mujeres cuando tienen tomada por la fuerza las riendas del país?”, expresa Castillo.

Régimen refuerza idea de la familia conservadora

La socióloga Haydée Castillo advierte que la realización de estos talleres, diplomados y conversatorios pueden ser contraproducentes para las mujeres que soliciten atención en las instituciones públicas, ya que el enfoque que se brindan en las formaciones refuerzan patrones de conductas patriarcales.

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Por ejemplo, las indicaciones que el régimen da sobre la prevención de la violencia son siempre enfocadas en la conservación de la familia, aunque la vida de las mujeres y sus hijos e hijas esté en riesgo.

“La concepción que tiene el régimen sobre las mujeres está siempre enfocada en la familia y es un enfoque conservador. Por ejemplo, siguen diciéndoles a funcionarios que las mujeres deben de mediar con su agresor en situaciones de violencia, ella se debe sacrificar en aras de conservar a la familia, aunque le deteriore su vida ¿Cómo en un diplomado sobre la prevención de la violencia se va a decir eso?”, cuestiona Castillo.

Formaciones son ineficientes para prevenir la violencia

Para la socióloga, la ineficiencia de estas formaciones se muestran en los altos números de femicidios que ocurren en el país, las constantes denuncias de desapariciones y los casos de violencia que exponen a diario las mujeres.

Hasta abril, el observatorio de violencia Católicas por el Derecho a Decidir reporta más de 30 femicidios de mujeres nicaragüenses, 20 de ellos ocurridos en el interior del país, la cifra más alta registradas por ellas en los primeros meses del año.

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“No habíamos visto antes estadísticas tan altas de violencia contra las mujeres, femicidios y desapariciones. Ahora es común verlo en las redes o en los medios de comunicación”, señala Castillo.

La defensora sostiene que para promover los derechos de las mujeres, el Estado debe crear políticas que les garantice la vida y aseguren su autonomía en todos los aspectos. Sin embargo, mientras el régimen continúe irrespetando los derechos humanos no se pueden garantizar lo anterior. 

«Con unos diplomados o unos talleres no se va asegurar la vida de las mujeres”, sostiene.

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