Cientos de personas migrantes, principalmente centroamericanas, desaparecen en México en su ruta a Estados Unidos. No existen cifras que muestren la realidad del problema, pero es una realidad catastrófica, asegura Ana Enamorado, una madre de origen hondureño, cuyo hijo desapareció en México hace trece años, y que desde entonces se dedica a buscar los familiares de quienes le piden ayuda.

Aunque la desaparición de personas centroamericanas en la ruta migratoria al norte es común, no existen esfuerzos entre los Estados centroamericanos (incluyendo Nicaragua) y los Estados de México para que las familias denuncien las desapariciones y se pueda realizar la búsqueda sin que dejen sus países.

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Los obstáculos de las personas centroamericanas para buscar a sus familias son múltiples, pues pocas veces los Estados de México reconocen sus derechos, las desapariciones de sus seres queridos y la necesidad de una búsqueda inmediata, denuncia Enamorado.

A través de la Red Regional de Familias Migrantes, Enamorado apoya a familias centroamericanas y de otros países que solicitan ayuda para localizar a sus familiares, entre ellas familias nicaragüenses.

En marzo por primera vez un grupo de mujeres centroamericanas, principalmente madres y esposas, llegó a México para el reconocimiento de víctimas de desaparición, a través de una brigada realizada por la Red. La brigada se realizó en el Estado de Sonora, ya que se trata de un Estado fronterizo, donde se reportaron múltiples desapariciones.

En este grupo iba la nicaragüense Eveling del Carmen Gómez, quien buscaba a su hijo Milton Javier Aguilera, que fue reportado como desaparecido el 30 de julio de 2019 en Altar, Sonora cuando viajaba con un coyote a Estados Unidos. Desde entonces su madre no ha parado de buscarlo.

Milton Javier Aguilera, nicaragüense desaparecido en Sonora, México, mientras migraba a Estados Unidos en 2019.

Durante la búsqueda las madres se enfrentaron a diferentes impedimentos por parte de las autoridades, a pesar que desde julio de 2022 se había coordinado las acciones con ellas. Las mujeres visitaron los municipios más peligrosos de Sonora y buscaron en albergues, centros y en espacios públicos.

A pesar de los obstáculos, las mujeres encontraron información valiosa para dar con el paradero de sus familiares, indica Enamorado. Actualmente la Red tiene planificado dar seguimiento a la información encontrada durante la búsqueda y continuar en otros Estados de Méxicos donde se han recibido alertas.

En entrevista con La Lupa, Enamorado cuenta las dificultades que tienen las familias centroamericanas en la búsqueda de sus seres queridos, los resultados de la brigada y las responsabilidades de los Estados centroamericanos y Mexicanos para dar solución a esta problemática.

“Vivos vinieron a México, vivos los queremos”

Cuénteme sobre el trabajo de la Red Regional de Familias Migrantes

Soy hondureña, pero mi hijo, Óscar Antonio López Enamorado, desapareció en México y debido a su desaparición me vine aquí a buscarlo. Estuve nueve años colaborando con una organización que acompaña a familias que tenía migrantes desaparecidos.

Pero por mi experiencia, mi lucha y mi aprendizaje, las familias acudían particularmente a mí y a otra compañera para que les ayudáramos. Viendo la necesidad y la urgencia de apoyar a estas personas, y sabiendo lo difícil que es estar en otro país, decidimos ayudarlos y crear el colectivo.

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De hecho iniciamos ayudando a unas familias nicaragüenses. Lo empezamos con dos mamás que radican actualmente en España, ahora son tres. Nicaragua es el único país de Centroamérica que no tiene un comité formado por familias para buscar a sus desaparecidos. Solo hay en Honduras, Guatemala y en El Salvador.

Conforme se ha incrementado la violencia en México, también han aumentado las desapariciones, asesinatos, masacres y todo lo que sabemos que ocurre en territorio mexicano.

Cuando teníamos unas pocas familias organizadas, decidimos llamar el colectivo Red Regional de Familias Migrantes y desde el año 2020 realizamos trabajos de búsqueda.

También presentamos el colectivo ante las autoridades para que lo reconocieran e hicimos reuniones con todas las instituciones que les compete este tema, obligando a las autoridades que asuman su responsabilidad.

Hemos tenido buenos frutos porque en ese corto tiempo hemos logrado que las familias sean reconocidas por el Estado mexicano en el Registro Nacional de Víctimas, lo que les da acceso a diferentes derechos que deberían garantizarles la búsqueda de sus familiares.

Foto: Red Regional de Familias Migrantes

¿Cuáles han sido las dificultades en la búsqueda de las personas migrantes desaparecidas?

Ha sido un proceso bastante complejo. Las autoridades mexicanas no han respetado esos derechos para todas las familias nacionales (mexicanas) y menos a las familias extranjeras.

A las familias extranjeras no las han querido tomar en cuenta. El Estado sigue negando que existen estas cifras de terror de personas migrantes desaparecidas en el país porque dicen que no hay registro. Tienen muy pocos casos registrados y sabemos que no es un registro con una cifra real. Los flujos de personas que migran por México son exagerados y aquí les pasa de todo.

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Se presentan muchas barreras para que las familias extranjeras presenten una denuncia de desaparición. Los países centroamericanos no están haciendo ninguna acción para que las familias puedan denunciar sin tener que moverse de su país, sin tener que esperar hasta que lleguen a México o hasta que sean atendidas por una autoridad mexicana.

Lo correcto es que las familias se aboquen a las cancillerías mexicanas de su país, que sus autoridades locales les apoyen para coordinarse con las autoridades mexicanas y así dar seguimiento a la búsqueda y localización de las personas desaparecidas, como los establece el Mecanismo de Apoyo Exterior.

Las autoridades de nuestros países tienen una responsabilidad en esta problemática de la desaparición y no están haciendo nada. Ellos escuchan ese grito de dolor, de auxilio y de exigencia de las familias, saben que las familias viajan para buscar a sus seres queridos y aún así no están haciendo nada. No están exigiendo al Estado mexicano el regreso de sus connacionales.

Foto: Red Regional de Familias Migrantes.

¿Qué trabajo realizan con las familias de víctimas de desaparición?

El colectivo tiene actualmente 18 casos activos, pero no agarramos más porque no tenemos la capacidad económica de abarcarlos a todos. No queremos llenarnos de casos y no dar respuesta a ninguno. Todos los días nos envían mensajes a la página sobre familias solicitando ayuda.

Lo que hacemos en esa situación es tratar de ayudarles de otras formas. Por ejemplo, les explicamos cómo hacer un reporte para presentarlo ante la Comisión Nacional de Búsqueda, y les explicamos todos los pasos que se deben hacer para reportar una desaparición.

Las personas tienen mucho miedo y además desconocimiento. No saben cómo presentar una denuncia por desaparición y las personas estando en su país de origen no saben qué hacer. Incluso algunas familias mexicanas tampoco saben, a pesar de que las desapariciones aquí son comunes. Cuando alguien tiene un familiar desaparecido se queda bloqueado y no sabe qué hacer. Las instituciones tampoco orientan.

Esas son las barreras de la indolencia y de la incapacidad de las autoridades para dar seguimiento a las búsquedas y localizar a las personas. Si la búsqueda se agiliza se puede encontrar a las personas. Por supuesto que sí se localizan, pero las autoridades dejan pasar mucho tiempo y la información se pierde.

Además, cuando una persona extranjera pone la denuncia de desaparición es porque ya ha pasado mucho tiempo. No denuncian al instante porque las personas se quedan esperando la comunicación de sus familiares durante la ruta migratoria. Cuando se presenta la denuncia ya se perdió mucha información.

Madres buscando a sus familiares en centros durante la brigada. Foto: Red Regional de Familias Migrantes.

¿Cómo fue la brigada realizada con las mujeres de Centroamérica?

Estamos trabajando por Estados porque tenemos desapariciones de diferentes Estados del país y la mayoría de desapariciones de migrantes en la frontera, ya que las personas no llegan con la intención de quedarse en México, sino llegar a Estados Unidos.

Las personas avanzan lo más que puedan y en la frontera desaparecen porque ahí están los grupos criminales que les esperan para extorsionarlos, secuestrarlos o desaparecerlos.

El país es tan grande que es muy complejo movernos de un lugar a otro, por eso lo hicimos por Estado. En este caso tenemos cinco personas que desaparecieron en el Estado de Sonora y decidimos iniciar ahí. Son casos recientes que van desde el 2019 o 2021.

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En esta brigada vino una mamá nicaragüense que radica en España, Eveling del Carmen Gómez. Su hijo (Milton Javier Aguilera) fue desaparecido en noviembre de 2019 en Altar, Sonora.

Fue un proceso bastante intenso porque desde julio de 2022 tuvimos reuniones con las autoridades para que estas mamás se les añadiera en el Registro Nacional de Víctimas. Esto significa que se les respeten muchos derechos como son los derechos a la verdad y la justicia, a participar en la búsqueda y el derecho del familiar a ser buscado.

Cuando las personas están en el registro, a la familia le corresponde ser asistida por un asesor jurídico por parte del gobierno Mexicano, recibir atención psicológica, médica y todo lo que implica. Hasta ahora ha sido muy poca la atención, hay algunas que no han sido atendidas todavía.

Todos los municipios que visitamos son los más peligrosos del Estado de Sonora y lamentablemente son lugares donde las personas pasan obligadamente para migrar. Hay un control muy fuerte por los grupos criminales y por eso necesitábamos el apoyo de las autoridades. México es un país muy peligroso donde han asesinado a muchas madres que buscaban a sus hijos desaparecidos.

La búsqueda que emprendemos es en vida porque nosotras apostamos a localizar a las personas con vida . Como decimos “vivos vinieron, vivos los queremos y vivos los reclamamos al Estado mexicano”. Si no están con vida, porque es una posibilidad por toda la violencia, le corresponde al Estado mexicano encontrar y darnos a nuestros familiares como estén.

Grupo de mujeres centroamericanas emprendiendo labores de búsqueda de familiares desaparecidos. Foto: Red Regional de Familias Migrantes.

¿En qué lugares buscaron?

Uno de los lugares que es muy importante para buscar son los reclusorios o “los cerezos», como les llaman. Ahí hay muchas personas privadas de su libertad, entre ellos migrantes. Ahí dejan a las personas incomunicadas por muchos años. Yo tengo la experiencia de haber localizado a personas que estaban privadas de su libertad y que nunca les permitieron hacer una llamada a sus familias.

Visitar estos lugares fue uno de los acuerdos con el Estado mexicano, estaba en nuestra agenda de trabajo y a cada lugar que visitamos fuimos a los cerezos, pero estando en los reclusorios nos dijeron que no podíamos ingresar por motivos de seguridad.

Les dije a las autoridades que no me podían decir eso cuando he visitado cárceles de máxima seguridad en el Estado Mexicano. Me he acercado a los privados de libertad y aportan información importante. Aunque sea dan una pista y esa pista se sigue hasta dar con el paradero de las personas.

Ante eso presentamos una queja en la Comisión de Derechos Humanos porque están violando nuestro derecho a buscar a nuestros familiares.

El resto de la búsqueda estuvo muy bien. Logramos conseguir mucha información que nos puede ayudar hasta dar con el paradero de nuestros familiares, gracias a aportes de personas solidarias. Nos quedamos con esta información para darle seguimiento

¿Van a seguir haciendo búsquedas?

Exactamente ese es el plan, pero hay que organizarlo. Vamos a dar seguimiento con lo que tenemos para que no se quede únicamente en una brigada. Seguiremos con este material para localizar a las personas que fueron desaparecidas en Sonora, y después continuar con las otras familias.

También nuestro objetivo es brindarles las herramientas a las familias para no que dependan todo el tiempo de nosotras, sino que ellas continúen sus casos.

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