En el marco del Día del Orgullo LGBTIQ+, personas de la disidencia sexual de Nicaragua y en el exilio demandan el respeto a sus derechos humanos, y su derecho a vivir en una sociedad libre, justa, democrática e inclusiva; ya que existe una violencia generalizada y discriminación contra ellas.

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«Este 28 de junio nos volvemos a hacer presentes para protestar contra la opresión y la represión hacia la población nicaragüense. Con orgullo recordamos a activistas que nos han antecedido y se alzaron en protesta contra una sociedad que perseguía y penalizaba a homosexuales, lesbianas y personas trans», expresan en un comunicado.

Las personas y activistas LGBTIQ+ denuncian que son víctimas de violencia psicológica, sexual, laboral e institucional, suicidios, amenazas de muerte y crímenes de odio, además de violencia estructural como el desempleo y empleos precarios debido a su orientación sexual y su identidad de género.

El Observatorio de Violaciones  a los Derechos Humanos de las Personas LGBTIQ+ en Nicaragua de la colectiva La Corriente Somos Todas, registró 83 situaciones de violencia y discriminación entre el año 2021 y el primer trimestre de 2022. De estas 83 situaciones, 79 son agresiones, 2 suicidios y 2 crímenes de odio.

De estos 2 crímenes de odio, uno ocurrió el año pasado contra Kendra Contreras, también conocida como Lala, quien fue asesinada cruelmente; y el otro delito de odio ocurrió contra Genaro Vega, un hombre gay exiliado en Costa Rica que fue quemado y golpeado brutalmente, crimen que quedó en la impunidad.

«En este contexto adverso continuamos trabajando para construir una Nicaragua para todas las personas sin exclusión. Luchamos contra la violencia cotidiana y nos enfrentamos a la violencia del propio Estado. Las personas LGBTIQ+ también hemos sido asesinados/as, perseguidos/as, encarcelados/as injustamente y muchos están exiliados/as. El asedio, el encarcelamiento y el exilio forzado continúan con grandes consecuencias en nuestra salud psicoemocional», manifiesta.

Cierre de ONG’s afecta a población LGBTIQ+

La represión gubernamental ha profundizado la situación de violencia contra las personas de la diversidad sexual, especialmente el cierre de más de 653 organizaciones civiles de acuerdo con el conteo de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras), ya que muchas de ellas trabajaban en la defensa de los derechos humanos y en el desarrollo de la población LGBTIQ+ en Nicaragua.

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Hasta ahora, las organizaciones de derechos humanos eran las que denunciaban las situaciones de discriminación que viven las personas LGBTIQ+, ya que la legislación nicaragüense es insuficiente y las instituciones públicas no garantizan sus derechos, por el contrario, muchas veces los violentan. Por lo que las personas defensoras no pueden seguir haciendo su labor, incrementando la exposición a la violencia y la vulnerabilidad, denuncian.

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