La violencia contra personas LGTBIQ+ se agrava cada vez más en el país, especialmente contra las personas trans que no reciben apoyo y sí discriminación de la Policía, expone una integrante de la Asociación Nicaragüense de Transgéneras (ANIT), luego de la última publicación del Observatorio de Violaciones a Derechos Humanos de Personas LGTBIQ+ en Nicaragua, la cual señala que este grupo es el más vulnerado.

“Las agresiones contra mujeres trans sí son agravadas porque (los agresores) se aprovechan de esa vulnerabilidad. Saben que nos pueden agredir porque la mayoría de veces no se pone denuncia a la Policía, precisamente por temor a que nos vuelvan a hacer algo”, expresa.

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De acuerdo los hallazgos del Observatorio, recibieron 57 denuncias por situaciones de discriminación y violencia. 23 de los casos reportados fueron de mujeres trans, 11 de hombres homosexuales, 6 de mujeres lesbianas y 2 de hombres bisexuales.

Los principales espacios de violencia fueron la calle, la casa de habitación y centros de recreación, respectivamente. Y los tipos de violencia que denunciaron fueron violencia psicológica, digital, sexual y física.

Al menos el 75% de los casos las víctimas no denunciaron las agresiones debido a desconfianza en la institución policial, por burlas recibidas en la misma o por miedo a represalias. Mientras que en el resto de las personas que denunciaron archivaron sus casos, mediaron con su agresor, fueron retenidas injustificadamente en la estación policial o se abrió un caso en su contra. Solo en dos casos se detuvieron a los agresores.

Sin derecho a la denuncia

Para la activista de ANIT, denunciar ante la Policía Nacional las situaciones de violencia que viven las mujeres trans es exponerse a otra vulneración, ya que quienes las atienden no toman sus casos en serio o no registran la denuncia, así que todos los casos quedan en la impunidad.

“Es super diferente cuando denuncia una persona cisgénero o heterosexual, hay un poco más de atención en sus casos, aunque igual no es mucho. A ellos les levantan un acta de denuncia, a nosotras ni siquiera nos dan eso. Un día llegó una compañera a poner denuncia de un robo acompañada de otra persona, y el policía les dijo «agárrense, quien gane de los dos». Nos toman como una burla a las mujeres trans, como diversión”, detalla.

Otras de las situaciones a que se enfrentan cuando denuncian a la institución, es la culpabilización de la violencia que viven. “En muchos casos dicen que una tiene culpa porque metemos a los hombres a la casa o que nosotras andamos bien solas y por eso es que nos pasan esas cosas”.

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El último caso denunciado por ANIT fue el robo de dinero y pertenencias de una mujer dentro del cuarto donde vive, a pesar que edificio tiene cámaras de vigilancia, no le quisieron dar las cintas, mostrando una vez más las discriminaciones que sufren, según la activista.

Asimismo, añade que producto de la indefensión y el aumento de la violencia, al menos 15 personas trans cercanas a la organización se han exiliado en los últimos meses, lo que probablemente continúe en aumento.

Si bien no hay registros nacionales de cuántas personas LGTBIQ+ han migrado en los últimos tres años, la Mesa Nacional LGTBIQ+ Nicaragua contabilizó al menos 16 países donde se han refugiado.

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