Nueve días de protestas continuas han ocurrido en Irán, tras el terrible femicidio de Mahsa Amini. La joven kurda iraní de 22 años fue brutalmente asesinada por la “policía de la moral”, tras su arresto por infringir la ley, vigente desde el año 1979, que obliga a las mujeres originarias de este país, a portar el hiyab para cubrir su cabello.

Las protestas han dejado como consecuencia al menos 35 personas muertas y más de 1,200 detenidos, entre ellos 17 periodistas. En un artículo publicado por ABC Internacional se indicó que “las autoridades han advertido que: no tolerarán más caos en las calles y consideran que las movilizaciones están alentadas por enemigos exteriores para derrocar a la república islámica”.

La detención de Mahsa Amini se produjo el 13 de septiembre, mientras se encontraba de visita familiar en la capital de Irán, Teherán. Al salir de una de las estaciones del subterráneo, junto a su hermano, la Policía la arrestó por portar mal el hiyab. Fue presuntamente llevada a una comisaría para recibir «una clase de educación y orientación» junto a otras mujeres.

Su hermano esperó durante dos horas en la puerta de la comisaría, hasta que supo que había sido trasladada a un hospital. Luego de tres días en coma, Mahsa Amini falleció el 16 de septiembre.

La versión del gobierno iraní sostiene que Mahsa murió de un paro cardiorrespiratorio, no obstante, su familia aseguró que la joven no presentó nunca ningún tipo de problema cardíaco. 

Irán International, medio de comunicación iraní, compartió en un artículo el escáner del cráneo de Amini. En él, se aprecia una fractura ósea, una hemorragia y un edema cerebral. “Las imágenes de su tórax muestran hemorragia y daño debido a neumonía por aspiración, retención de secreciones e infección superpuesta. Los médicos dicen que los resultados son compatibles con el síndrome de dificultad respiratoria aguda debido a un traumatismo cerebral”, explica la nota.

Durante el fin de semana posterior a su fallecimiento cientos de personas acudieron a su entierro mientras gritaban “muerte al dictador”, refiriéndose a Alí Jamanei, un hombre de 83 años quien es el líder supremo de Irán desde hace más de 30 años.

El femicidio de Mahsa Amini es una cruel expresión del patriarcado iraní, que desde la revolución del año 1979 no ha hecho más que arrebatar derechos y libertades a las mujeres de su país: entre ellos viajar, al trabajo y a la custodia de sus hijos mayores de 7 años.

Luego de la terrible injusticia, miles de mujeres iraníes se movilizaron e iniciaron protestas que incluyeron quemar el velo iraní “hiyab” y el corte de sus propios cabellos. “Justicia, libertad y no al hiyab obligatorio” y “Mujeres, vida y libertad” son los lemas que se escuchan con intensidad durante las manifestaciones.

Según indica Amnistía Internacional, el caso de Mahsa Amini no es aislado, pues ya existe un amplio registro de mujeres que han sido arrestadas por no utilizar su hiyab. Narges Hosseini (condenada a dos años por quitarse el hiyab en la Avenida de la Revolución de Teherán) o Vida Movahedi (condenada a un año de prisión por no usar velo y actualmente en libertad), pionera en esta forma de protesta que comenzó en diciembre de 2017.

Hasta enero del año 2020, la organización registró que al menos 35 mujeres habían sufrido violentas agresiones, detenciones, tortura y otros malos tratos o han sido condenadas a largas penas de cárcel en juicios indudablemente injustos.

La misoginia y el patriarcado en Irán ha cobrado la vida y libertad de muchísimas activistas que se han atrevido a protestar en contra de las terribles condiciones represivas e inhumanas bajo las que son obligadas a vivir las mujeres en este país.

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