El veterano exguerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) Edén Pastora, desconoció a al vicedictadora Rosario Murillo como sucesora del dictador Daniel Ortega al frente del FSLN, ante inminente muerte, las declaraciones las brindó durante una entrevista con el oficialista Moisés Absalón Pastora en el programa Detalles del Momento del Canal 6.

Además recomendó, «estructurar un gran partido científico» y «organizar de verdad y de fondo el congreso nacional», para que sea este quien diga quién será el «próximo candidato» a las presidencia por el partido FSLN.

Pastora previó, lo que muchos no se atreverían a mencionar, la futura muerte del dictador Daniel Ortega, recomendando reorganizar el «Congreso Nacional», para que les indique «quién va a ser nuestro próximo candidato cuando a nuestro comandante Dios le deplore cualquier fatalidad; un derrame cerebral, una enfermedad grave, una vejez de 10 ó 12 años, una muerte segura».

El exdiplomático y analista político Julio Icaza, consideró que en las declaraciones de Pastora se «reconoce que no hay partido y que sin partido no hay forma de solucionar el problema de la sucesión de Ortega».

Para Icaza, lo expresado por Pastora, no necesariamente es un gran descubrimiento, sino que «un aliado tan cercano a Ortega reconozca públicamente esos hechos, en este momento, con el telón de fondo de los acontecimientos en Bolivia y la renuncia de Evo Morales».

PASTORA SABE MÁS DE LO QUE DIJO

Por su parte, la comandante guerrillera Dora María Téllez, separada desde hace varios años del FSLN, partido secuestrado por Ortega y Murillo, consideró que esas declaraciones de Pastora «muestran a un Frente Sandinista en convulsión y enfrentamientos internos alrededor de la figura de Ortega, además, nadie habla de ataúd si no hay un muerto y cuando ya Edén Pastora se pone a hablar de sucesión, pues hay que pensar que algo le está pasando a Daniel Ortega que no sabemos, una información que no tenemos, pero que seguramente él si la tiene».

A Pastora, durante la entrevista, también se le olvidó los anhelos de Rosario Murillo, vicedictadora designada y esposa del mismo Ortega. Además del desaire para con Murillo, Pastora se atrevió a asegurar que el partido Sandinista obedece al dictador Ortega «porque lo queremos» y no por «disciplina partidaria», dejando en evidencia la falta de militancia partidaria.

Pastora intentó resaltar que la militancia del Frente Sandinista «está intacta», aunque no escatimó en mostrar su preocupación porque sus fanáticos hacen caso a «Daniel porque lo queremos y que estemos dispuesto a dar la vida por lo que Daniel nos enseña, por lo que Daniel nos dicta, entonces, debemos estar dispuestos a dar la vida y hacer lo que el partido diga».

Para Icaza esa preocupación en cuanto a la «disciplina partidaria» no es solamente por «la desaparición o el deterioro físico de Ortega … sino también por el tipo de obediencia que sostiene ese liderazgo, basada en el cariño a la persona y no en las decisiones democráticas de un partido estructurado de manera científica».

RETOMAR EL CONGRESO SANDINISTA

Según las declaraciones de Pastora, con la muerte de Ortega, el Congreso que recomienda retomar, deberá designar a un candidato y todos los sandinista «por disciplina partidaria, por obediencia partidaria, apoye a este pueblo a ese que el congreso diga».

La solicitud de recuperar el Congreso para que este decida quién será el sucesor, demuestra para Téllez que una parte del Frente Sandinista «desdeñó la sucesión de Rosario Murillo como candidata del Frente, que puede ser que provenga de un mismo sector del orteguismo que adversa a Rosario Murillo, pueda ser que provenga del propio Ortega o se le ocurrió a Pastora, aunque no parece una ocurrencia porque habló bastante de la sucesión».

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