Cristiana Chamorro, exaspirante a la presidencia y directora de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH) fue sentenciada a ocho años de prisión por los supuestos delitos lavado de dinero, gestión abusiva de dinero y falsedad ideológica en un juicio irregular de siete días.

Chamorro, de 68 años, está sometida arbitrariamente a arresto domiciliario el 8 de junio de 2021, después que hiciera públicas sus intenciones de competir en los pasados comicios. En el mismo período otros seis exaspirantes a la presidencia fueron detenidos, y actualmente se encuentran en condiciones críticas de salud en la Dirección de Auxilio Judicial Evaristo Vázquez (DAJ), mayormente conocida como el centro de torturas “El Nuevo Chipote”.

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Urnas Abiertas, observatorio ciudadano que documentó todas las irregulares y violaciones a los derechos humanos en el contexto electoral, manifiesta que la declaración de culpabilidad contra Chamorro y contra los otros seis exaspirantes a candidatos presidenciales es “la consumación de la persecución y judicialización política contra todo liderazgo o fuerza opositora que aspiraba disputar el poder a través del voto”, situación que se ha denunciado desde el año pasado.

“Luego de realizadas las ilegítimas elecciones en Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo condenó con hasta 9 y 13 años de prisión a las siete personas que presentaron su precandidatura presidencial para las Elecciones Generales del 7 de noviembre pasado, todas arrestadas entre junio y julio de 2021. Después de ocho meses de supuesta investigación, la Fiscalía los declaró culpables por conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional en perjuicio del Estado de Nicaragua y de la sociedad”, señalan.

Los otros seis precandidatos condenados son el académico Arturo Cruz, el líder de la Unidad Nacional Azul y Blanco, Félix Maradiaga, el economista Juan Sebastián Chamorro, el periodista Miguel Mora, el líder campesino Medardo Mairena; y el abogado y político conservador Noel Vidaurre.

El Observatorio denuncia que los procesos de judicialización contra los siete aspirantes y contra las demás personas presas políticas son ambiguas, irregulares e inconstitucionales. Y que el régimen Ortega Murillo está ejerciendo el poder punitivo de manera desproporcionada, violentando las normas, garantías y derechos procesales de las personas detenidas; en complicidad con el Sistema de Justicia Penal, el Ministerio Público y la Policía Nacional.

“Este ejercicio punitivo del Estado evidencia el estado policíaco y el ilegal retroceso del sistema procesal penal, que responde al sistema de justicia criminal inquisitivo que había sido superado en el país en 2001, cuando se asumió un sistema acusatorio y garantista de las libertades fundamentales de la persona acusada”, expresan.

SIP pide unidad ante «una de las dictaduras más feroces de la historia latinoamericana»

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) consideró que las recientes sentencias en contra de periodistas y opositores nicaragüenses representan un gran desafío para toda la comunidad internacional y llamó a «cerrar filas para evitar que la dictadura Ortega-Murillo siga coartando las libertades de los ciudadanos y destruyendo el Estado de derecho».

El presidente de la SIP, Jorge Canahuati, dijo que «estamos enfrentando a una de las dictaduras más feroces de la historia latinoamericana» y recordó las grandes batallas de la SIP en sus 80 años de historia en contra de dictadores de distintas ideologías, «desde Alfredo Stroessner a Augusto Pinochet; de Alberto Fujimori a Jorge Videla; de Rafael Trujillo a Juan Velasco Alvarado; de François Duvalier a Fidel Castro, y de Anastasio Somoza a Daniel Ortega».

«La dictadura Ortega-Murillo nos desafía y obliga a pensar en acciones conjuntas que debemos fomentar con otras organizaciones de prensa del continente. Debemos cerrar filas para evitar que el régimen nicaragüense siga coartando las libertades de los ciudadanos y destruyendo el Estado de derecho», insistió Canahuati.

El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Carlos Jornet, expresó que Nicaragua «tendrá un espacio amplio y necesario en nuestra agenda de la próxima reunión de la SIP».

«Más allá de la denuncia permanente y de la solidaridad y unidad de la comunidad periodística continental, vamos a trabajar para desarrollar un plan de acción con medidas concretas que ayuden a neutralizar el avasallamiento del régimen contra las libertades individuales y sociales de los nicaragüenses», indicó.

Personas presas políticas graves de salud

La salud de las personas presas políticas se ha deteriorado gravemente en los últimos meses, sus derechos fundamentales continúan siendo vulnerados y no se ha respetado el debido proceso, denuncian familiares. A pesar de que se encuentran en medio de una ola de juicios arbitrarios, el derecho a ser trasladados a un centro penal y a recibir atención médica siguen siendo unos de los principales negados.

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Las más de 30 personas políticas detenidas ilegalmente en la DAJ se encuentran sin condiciones de higiene, luz y ventilación. Las celdas están cubiertas de moho, al menos seis presos políticos se encuentran en celdas de dos metros cuadrados y las cuatro presas políticas integrantes de UNAMOS continúan en un régimen de aislamiento e incomunicación después de nueve meses seguidos.

Una de las situaciones más preocupantes denunciadas por los familiares, es la salud del exguerrillero y preso político, Víctor Hugo Tinoco, condenado a 13 años de cárcel por supuesto “menoscabo a la integridad nacional”; ya que presenta parálisis facial en etapa inicial y su vida peligra debido a que es un paciente crónico.

“Reafirmamos nuestra profunda preocupación por las condiciones en que les mantienen y que están provocándoles daños irreversibles tanto físicos como psicológicos”, señalan los familiares.

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