El estudio enfatiza en que las niñas se ven obligadas a unirse tempranamente como un escape a la situación de vulnerabilidad, violencia y pobreza que viven.
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Un estudio realizado en cinco municipios de Ecuador advierte sobre la persistencia de los matrimonios y las uniones infantiles tempranas y forzadas, que organizaciones estiman puede darse en un 25% de las menores de 18 años que son madres.
La investigación, presentada en Quito, la realizó el Centro de Planificación y Estudios Sociales (Ceplaes) gracias a una alianza entre la organización Plan Internacional con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Los cinco municipios donde se realizó la investigación fueron Esmeraldas, Portoviejo, Guayaquil, Guamote y Lago Agrio, situados en la zona costera del país los tres primeros y en la sierra andina y en la Amazonía, respectivamente, los dos últimos.
Uno de los principales hallazgos del estudio es que no existen cifras consolidadas y no hay una metodología unificada para medir esta problemática; si bien el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) señaló en 2018 que el 26% de mujeres entre 18 y 49 años se unió o casó antes de cumplir los 18 años.
“Pese a la prohibición del matrimonio infantil en el país, la práctica nociva continúa y es socialmente aceptada. De acuerdo con datos oficiales, en uno de cada cinco nacimientos registrados por parte de madres adolescentes, ellas se encontraban en unión libre, de hecho o casadas”, ha señalado Plan Internacional en un comunicado.
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El estudio enfatiza en que las niñas se ven obligadas a unirse tempranamente como un escape a la situación de vulnerabilidad, violencia y pobreza que viven.
Además, recalca que la permanencia en el sistema educativo y la educación sexual integral son factores clave que reducen la posibilidad de que las mujeres se unan de manera temprana.
Para atender esta problemática, el estudio pone foco sobre la importancia de un trabajo multisectorial con políticas públicas adecuadas que modifiquen normas sociales, actitudes y prácticas que promueven las uniones tempranas, infantiles y forzadas.
Asimismo, incide en que la respuesta a esta realidad desde todos los ámbitos del Estado debe brindar un enfoque integral hacia las niñas y adolescentes, para propiciar su empoderamiento.
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De igual manera, apunta a trabajar de la mano con los niños y adolescentes hombres, padres y madres, y líderes y comunitarias para construir espacios seguros y solidarios.
El representante de UNFPA en Ecuador, Markus Behrend, advierte que “las niñas y adolescentes unidas o casadas tempranamente tienen más riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo, parto y posparto, que pueden desembocar en muertes maternas que podrían ser evitables”.
“Estas prácticas nocivas son una violación de los derechos humanos que cambian radicalmente la vida de las niñas”,
afirma Markus Behrend, representante de UNFPA en Ecuador.
Por su parte, el representante adjunto de Unicef en Ecuador, Juan Enrique Quiñónez, comenta que “el estudio visibiliza el problema oculto de las uniones tempranas” y “es el primer paso para actuar frente a esta práctica que impacta negativamente la vida de las niñas y empeña su futuro”.
“El siguiente paso es que todos los sectores de la sociedad (las instituciones del Estado, los gobiernos locales, las comunidades y familias) nos comprometamos a actuar para lograr que las uniones infantiles tempranas y forzadas no sigan ocurriendo”, agrega Quiñónez.
De su lado, la directora de Plan Internacional en Ecuador, Rossana Viteri, menciona que “como sociedad, no podemos tolerar esta práctica que afecta a millones de niñas”.
La investigación combinó estadísticas descriptivas sobre los matrimonios y uniones tempranas y su relación con sus determinantes (pobreza, educación, educación integral para la sexualidad, embarazo adolescente, primera relación sexual y violencia) con 64 entrevistas dirigidas a informantes claves y once grupos focales.
