De Guayaquil no sale nadie vivo o muerto. Un cordĂłn militar encierra a la ciudad para que el coronavirus 2019 (COVID-19) no se expanda por el resto de Ecuador, dice el economista e investigador nicaragĂŒense JosĂ© VĂ©lez Morgan, varado en Quito desde que iniciĂł la pandemia.

VĂ©lez es analista en inteligencia econĂłmica, con una maestrĂ­a en la Universidad de Hamburgo, Alemania, es investigador, asesor financiero y de inversiones, ha trabajado para la cooperaciĂłn germana, Transparency International, The Nature Conservancy, Deutsche Bank, entre otros.

El economista explica que las principales medidas tomadas por el gobierno ecuatoriano son de corte militar con el propĂłsito de mantener la cuarentena.

Hay un protocolo para los cadĂĄveres con COVID-19 que estĂĄn en viviendas particulares, para que los soldados puedan evacuar los cuerpos con ayuda de policĂ­as y bomberos.

La primera respuesta a la mortalidad era cremar los cadĂĄveres, pero eso cuesta mĂĄs de 3 mil dĂłlares por cuerpo, luego se propuso crear fosas comunes, algo que la poblaciĂłn rechazĂł. En estos momentos se presume que serĂĄn enterrados en terrenos que han donado empresas, dice el nicaragĂŒense, cuya esposa trabaja en Ecuador y por lo que estaba de visita en ese paĂ­s al momento del cierre de los aeropuertos.

Los cementerios no dan abasto, por eso tambiĂ©n se compraron los primeros 200 ataĂșdes de cartĂłn de un contingente de 2,000, mientras los cuerpos se colocan en contenedores refrigerados y las familias que conviven con sus fallecidos deciden embalarlos en plĂĄstico, informan diferentes medios nacionales e internacionales.

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Oficialmente, hasta el 8 de abril, unas 220 personas habĂ­an fallecido en Ecuador por la pandemia, pero dos tercios son de la ciudad costera que cuenta con un aeropuerto internacional con vuelos directos desde y hacia Europa y Estados Unidos.

El Gobierno de Ecuador tambiĂ©n ha admitido casos de muerte por enfermedades respiratorias que pudieran estar ligadas al COVID-19, pero no hubo tiempo de aplicar pruebas para determinar la causa especĂ­fica de estos fallecimientos. “Las autoridades dicen haberrecolectado los cadĂĄveres de unas 300 personas fallecidas en domicilios que, por falta de sitio en morgues repletas, no habĂ­an podido ser levantados por efectivos de CriminalĂ­stica de la PolicĂ­a Nacional”, publicĂł BBC Mundo, el primer fin de semana de abril.

EL 9 de abril a las 9:00 a.m. se registraban 242 muertes y 4.450 casos positivos, segĂșn la Universidad John Hopkins , pero las fuentes oficiales ecuatorianas admiten el subregistro porque no puede aplicar masivamente la prueba del COVID-19.

Hasta el 31 marzo se hicieron 9,600 pruebas, de esas 3,663, es decir, 32% salieron positivas, cuando a la mayoría de la población y muchos de los fallecidos que presentaron síntomas parecidos al coronavirus no tuvieron un test, señala Vélez.

En las redes sociales se muestran videos de personas colapsando en la vĂ­a pĂșblica y cuerpos quemados en la calle a plena luz del dĂ­a.

“Y todo empezĂł con una persona”, indica VĂ©lez.

El 29 de febrero de 2020 el gobierno ecuatoriano informó del primer caso de COVID-19, una mujer de 71 años proveniente de España, quien ingresó el 14 de febrero en un vuelo directo de Madrid al aeropuerto internacional de Guayaquil.

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“Ese mismo dĂ­a se reportĂł el primer caso en MĂ©xico, pero un paĂ­s mĂĄs habitado en comparaciĂłn con Ecuador evolucionĂł de forma distinta en un mes; llegaron a mil 300 casos, mientras aquĂ­ a mĂĄs de 3,000, aunque se tomaron medidas desde el 11 de marzo, (que se hicieron) mĂĄs fuertes el 17 de marzo, y ahĂ­ estĂĄ la gran diferencia, se siguen los parĂĄmetros, pero hay una ciudad que desborda los datos y todas las imĂĄgenes del horror. Guayaquil es un fenĂłmeno cuando empieza a desplomarse la gente, hay un montĂłn de cadĂĄveres en sus casas y no los van a traer, la gente llama al 911 y nadie responde, entonces empiezan a tirar los cadĂĄveres a la calle a finales de marzo”, afirma VĂ©lez.

“El primer caso es una señora que viene de España (donde se habĂ­a reportado el primer contagio el 31 de enero). En su aviĂłn no venĂ­a sola, fue un error no hacer vigilancia a todos los que venĂ­an con ella, ahĂ­ comienza la gĂ©nesis”, agrega.

“La vigilancia activa la hace el gobierno para que un caso positivo tenga seguimiento, incluyendo a los familiares y personas cercanas, esto ocurriĂł en todo el paĂ­s, menos en Guayaquil”, precisa VĂ©lez.

En esta crisis sanitaria juega un papel importante las diferencias políticas entre la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri Jiménez, con el gobierno central de Lenín Moreno.

El 13 de marzo la paciente uno murió, en ese momento solo se reportaban 23 personas infectadas, dos días antes se declaró emergencia sanitaria, medidas con las cuales se suspendían las clases y los eventos masivos, también se comenzaron a poner en cuarentena a los pasajeros de vuelos internacionales.

El 15 de marzo se promulgó el toque de queda entre las nueve de la noche y las 5 de la mañana, el 25 de marzo se extendió de las dos de la tarde a las 5 de la mañana.

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“Pero la posiciĂłn de la AlcaldĂ­a de Guayaquil ha sido de una autonomĂ­a irresponsable en cuanto a las medidas nacionales, un ejemplo, es que venĂ­a un vuelo con ayuda humanitaria de España, recibe un permiso de aeronĂĄutica civil y el gobierno central, pero la alcaldesa invade toda la pista de aterrizaje con los vehĂ­culos municipales, eso fue el 18 de marzo. Ella lleva las riendas, toma el mando mal, por eso su relaciĂłn con el Ministerio de Salud para establecer el aislamiento social, colapsa. Todas las disposiciones las acata el resto del paĂ­s, menos Guayaquil”, sostiene.

Viteri no logra coordinarse con la PolicĂ­a o el Ministerio de Salud. El mismo 18 de marzo, la abogada, experiodista, exdiputada y excandidata presidencial socialcristiana, anunciĂł que habĂ­a contraĂ­do el COVID-19.

Otro factor que influye en la crisis son las reformas al sector salud. La inversiĂłn en esta ĂĄrea pasĂł de 306 millones de dĂłlares en 2017 a 201 millones de dĂłlares en 2018 y 110 millones de dĂłlares en 2019, una reducciĂłn de 34% y 36%, respectivamente, segĂșn el Plan Anual de Inversiones Sector Salud en Ecuador 2017-2019.

Para comparar, la inversión del expresidente Rafael Correa en 10 años fue de 13,000 millones de dólares hasta 2017.

En 2019 se despidieron a 3,000 trabajadores de la salud, segĂșn datos gremiales, por eso, el economista VĂ©lez sostiene que “la emergencia toma a un Ministerio de Salud debilitado y sin liderazgo. Para ejercer todas estas medidas de cuarentena y vigilancia debĂ©s tener liderazgo, la ministra (Catalina Andramuño) renunciĂł y el presidente Moreno, nombrĂł a Juan Zevallos (el 21 de marzo), un epidemiĂłlogo (y cardiĂłlogo) que ha vivido la mitad de su vida fuera del paĂ­s y no conoce a nadie”.

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Con todo esto, para el 2020 hubo un aumento de 552 millones de dĂłlares en el presupuesto general del sector que serĂ­a de alrededor de 3,800 millones de dĂłlares para una poblaciĂłn de 16.6 millones, mientras que el de 2019 fue de 3,300 millones, “un incremento que bordea el 5.8 por ciento”, dijo a un portal ecuatoriano EdiciĂłn MĂ©dica, el viceministro de AtenciĂłn Integral del Ministerio de Salud PĂșblica, Julio LĂłpez, en noviembre de 2019.

En comparaciĂłn, el presupuesto en salud de Nicaragua para el 2020 es equivalente a 447 millones de dĂłlares del Presupuesto General de la RepĂșblica (PGR) para una poblaciĂłn de 6 millones.

Aunque la situaciĂłn en Quito no es tan dramĂĄtica, VĂ©lez y su familia guardan cuarentena. Apenas salen para comprar comida en el supermercado, el cual afortunadamente se encuentra frente a su edificio.

La ciudad turĂ­stica de Guayaquil es un ejemplo de todo lo que se puede hacer mal en la gestiĂłn pĂșblica contra el coronavirus.

A la autonomĂ­a mal entendida por diferencias polĂ­ticas, la crisis del sector salud, desorganizaciĂłn, la poca vigilancia y la falta de liderazgo en la emergencia, se sumĂł la indisciplina de la gente.

“Hay personas inconscientes, en unos casos, e irresponsables en otros, que a pesar de haber salido positivo en las pruebas o que son sospechosos de tener coronavirus se movilizan, salen de sus casas, incumplen la cuarentena”, señalĂł el presidente ecuatoriano LenĂ­n Moreno, en un mensaje pĂșblico del 3 de abril.

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VĂ©lez sostiene que “la cuarentena no fue respetada ni se hizo respetar”, ademĂĄs, la desigualdad en Guayaquil juega un papel importante, solo observando la cantidad de funerarias operando, 20 de mĂĄs de cien, aquellas destinada a un mercado selectivo, las otras cerraron.

Este es el primer mes, en Guayaquil de un caso se produjeron 1,600, quienes estĂĄn vivos cuĂĄntos casos van a producir.

“No importa que sea un caso importado, la cuestiĂłn es que el virus ya estĂĄ en el paĂ­s”, sostiene VĂ©lez, al reconocer en la situaciĂłn de Guayaquil el mismo discurso del rĂ©gimen nicaragĂŒense que teniendo seis positivos de COVID-19 hasta el 8 de abril, no plantea medidas de cuarentena porque no son casos de transmisiĂłn comunitaria.

“Lo importante es ver cuĂĄntas ciudades de AmĂ©rica Latina podrĂ­an ser el prĂłximo Guayaquil, porque no hay coordinaciĂłn, porque los ministerios de Salud estĂĄn desmantelados por los planes fiscales, porque la poblaciĂłn no acepta el liderazgo, porque las medidas de distanciamiento social y vigilancia activa dependen no del decreto de emergencia del presidente, sino, del liderazgo de las instituciones, los gobiernos locales, los ministros de Salud, los lĂ­deres sociales, de lo contrario no hay forma que un decreto tenga efecto, pensemos en ciudades como Bluefields o San Pedro Sula, muy pobres o con aglomeraciĂłn”, precisa VĂ©lez.

Las medidas de seguridad que toma la poblaciĂłn y la tranquilidad del Gobierno en Nicaragua pueden tener un pronĂłstico de la comparaciĂłn sencilla en el caso de Ecuador, donde un caso produce en un mes mĂĄs de 3,600, aunque se tomaron medidas. “No sĂ© si esos primeros cinco importados, que igual todos son importados porque nadie naciĂł con eso, cuĂĄntos serĂĄn en 30 dĂ­as. Al menos que el sistema inmunolĂłgico nicaragĂŒense sea fuerte, estos producirĂ­an unos 20,000 casos mĂĄs”, advierte VĂ©lez.

Para proteger a la poblaciĂłn trabajadora vulnerable y economĂ­as pobres como la nicaragĂŒense, VĂ©lez señala medidas de gobiernos de diferentes paĂ­ses para que la poblaciĂłn soporte mĂĄs tiempo en cuarentena como “garantizar un ingreso bĂĄsico, aumentar las cuotas de pensiones, reducir impuestos a pequeños empresarios, reducir la carga social a las empresas para que no despidan, hasta Venezuela estĂĄ sacando paquetes agroalimentarios”.

Las respuestas de todos los gobiernos ricos y con dĂ©ficit, “no hay excusas para no salvar vidas”, reitera el economista.

**Este artĂ­culo fue producido por Expediente PĂșblico y es replicado en La Lupa como un ejercicio de periodismo colaborativo.

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