Silvia Zúniga: “No es nada fácil ser una mujer lesbiana en el exilio”
Vivir el exilio para las mujeres lesbianas es "bastante difícil" y se acentúa más cuando están en situación migratoria irregular.
Vivir el exilio para las mujeres lesbianas es "bastante difícil" y se acentúa más cuando están en situación migratoria irregular.
Invisibilizar su orientación sexual, recibir miradas de rechazos, cancelación de preacuerdos laborales y trabajar en condiciones precarias son algunos de los obstáculos a los que se sobrepone Silvia Zúñiga Mungia, una mujer lesbiana en el exilio que llegó a España hace 3 años. Tras la persecución, acoso y amenazas de muerte de parte de la dictadura Ortega Murillo, por su participación en las marchas en 2018.
Zúniga de 33 años se rehúsa a cambiar su imagen para ser aceptada en los trabajos de cuidados de personas – que es donde casi todas las mujeres migrantes laboran- porque eso transgrede su forma de pensar, vivir y sentir. Por ello se sobrepone a estos estigmas y se organiza junto a otras nicaragüenses femenistas para acuerparse en las luchas propias de la comunidad migrante creando espacios que visibilicen esas necesidades. Asegura que las organizaciones de lesbianas, gay, bisexual, transgenero, transexual, travesti, intersexual y queer (LGBTIQ) de la península ibérica tienen otras realidades y prioridades.
En esta entrevista que concedió a La Lupa, hace una radiografía de la realidad a las que se enfrentan las mujeres lesbianas en el exilio, la situación de derechos humanos en Nicaragua para las personas LBTIQ y cómo celebrarán el día internacional del Orgullo .
Ser una mujer en el exilio como tal es bastante difícil, más si se está en una situación (migratoria) irregular como es mí caso. Porque te encontrás con un panorama completamente nuevo y no terminás de encajar. ¿Y cómo se suma esto a ser una mujer lesbiana?, super más difícil. Porque si tu expresión de género, como es mi caso, es más androgina es más visible que pueda ser una mujer lesbiana como expresión de género. Desde mí experiencia ha sido bastante difícil.
Aunque este país, es bastante avanzado en temas de derechos de LGTBIQ en mí caso me ha tocado invisibilizar mi orientación sexual, porque si bien es cierto que está bien avanzado, la discriminación esta presente.
Cuando yo vine estaba rapada, les iba contando el por qué, pero por ser una mujer migrada quedaban viendo mal que anduviera rapada y si caminaba de la mano aquí con mí pareja, también recibía miradas de discriminación.
En el ámbito laboral no puedo decir que soy una mujer lesbiana, visible, porque mi jefa es una persona muy conservadora. A pesar que aquí es un país muy avanzado en ese tema. Igual mi situación de estar irregular no me permite gozar las mismas garantías que las demás personas. Solo por el hecho de no reconocerme como ciudadana sumada al estigma de ser una mujer migrada. Para mí no ha sido del todo cómodo,no es nada fácil ser una mujer lesbiana en el exilio.
Lea: Celia Cruz: “Mi voz no la pudieron apagar a pesar de las amenazas dentro de la prisión”
La legislación española es una cosa y el estigma y prejuicio social es otra cosa, y no van de la mano. Porque la discriminación está presente y más si se van sumando cosas como: ser migradas, si estas en situación irregular, se van sumando las violencia desde ambas miradas desde la mirada de la población Vasca que a mi parecer es una sociedad bastante conservadora y la población nica y centroamericas radicadas acá que traen esa carga de fundamentalismo religioso que tanto se da en nuestros países.
He tenido la oportunidad de coincidir con otras mujeres lesbianas latinas y llegamos a la conclusión que este país es un poco más seguro para circular, pero igual se ven limitado tus derechos dependiendo de la situación regular que estés. La población lésbica, gay o trans latina aquí igual creo que siguen viviendo bajo un tema de invisibilización. Este país te da la libertad de poder desprenderte de tu familia y poder construir otro tipo de relaciones más acorde a tu manera de vivir, pero muchos se manejan en el closet. Al menos lo que me ha tocado vivir con amistades cercanas.
Sí. Estar aquí no te garantiza que no vayan a insultar por ir de la mano, porque me ha pasado.O que no vayas a recibir discriminación laboral por tu aspecto en los trabajos. Más a los trabajos que nos dedicamos las mujeres migradas que es al área de los cuidados, donde trabajas con las personas mayores que tiene su cabeza bastante cerrada a estos temas.
Por decir mi orientación sexual no es que me hayan rechazado, pero por teléfono por ejemplo hablamos y acordamos ciertas cosas , pero cuando vamos a la entrevista personal y ya ven mi expresión de género, se inventan mil cosas que no habíamos hablado. Es ese escáner de cómo te ven de pie a cabeza, vos sentís que es un asunto de rechazo, que es por cómo te ves. Yo lo he vivido, ya estoy familiarizada con esas miradas y ese trato. Te puedo decir que es un trato distinto cuando hablo con ellos por teléfono a cuando se va a la entrevista formal y he tenido muchísimas entrevistas.
Me han tocado entrevistas por teléfono donde está involucrado el cuido de niños que por teléfono todo estaba bien y cuando llegamos a la entrevista personal me dicen que se consiguieron a alguien de un día para otro, por ejemplo, cuando ya casi todo estaba apuntado, y cosas así..
Cuido a una señora, tengo este trabajo porque nadie más lo ha querido, así de sencillo. Porque es de lunes a viernes de 3:30 de la tarde a 9:30 de la noche ganando 400 euros al mes. Son condiciones completamente precarias. Ya tengo más de un año de estar en el mismo trabajo. Simple y sencillamente por estar en situación irregular y también por verse reflejado en cómo me veo, me han negado muchas oportunidades aquí.
Te recomiendo: Euskadi (País Vasco): El principal “refugio” de las mujeres nicas en España
Nunca he pensado en cambiar mí apariencia, en dejar de ser una lesbiana visible como era allá ( Nicaragua), porque me pongo a pensar si en mí país con toda las expresiones de represión, violencia y exclusión no lo hice. Al estar en este país no es una opción. Porque no voy a dejar mí ideal, la forma que pienso y siento, solo por tener un trabajo. No te puedo decir que solo por situación de género no me dan trabajo, influye un montón la situación regular que te permite acceder a otros trabajos menos precarios que el que tengo ahora. Pero lo que marca es tu situación regular.
Las organizaciones de LGTBIQ de acá tienen una mirada muy eurocéntricas. Es otra realidad las que viven y no hay organizaciones o más bien la vinculación que hay entre las organizaciones y las personas migradas. Solo esta en la mirada de los activista para investigarte, para objeto de estudio y validar sus investigacione o participar en una actividad puntual. Pero no les interesa apartarte para poder integrarte a esta sociedad o para poder visibilizar la discriminación que pasás por el simple hecho de no ser reconocida como una ciudadana en este país . ¿Qué te queda?, construir tus espacios como ha sido en el caso de EH NIKA Feministas que es crear un espacio de confianza donde podas plasmar tus luchas y visibilizar tus luchas y acuerparse con las tuyas, pero no para hacer un trabajo en red con las organizaciones LGTBIQ de acá, porque tienen experiencias de vida completamente distintas y no les interesa mucho poner en la mesa y en el centro las vivencia de las personas migradas.
Significa ser una mujer víctima de un estado dictatorial, violento que vulnera todos los derechos humanos. Es estar expuesta constantemente a discriminación, estigmas, exclusión y violencia en todos los ámbitos, la familia, el trabajo y otros aspectos.
El panorama actual es peor que hace 3 años y cada día más terrible porque, ya no es el hecho que no se reconozcan los crímenes de odio en Nicaragua, que no te reconozcan como ciudadano, ni con el derecho de formar familia, que no tengas una atención de salud de calidad, que no te reconozcan a tu pareja en la seguridad social, no basado en derechos civiles que era unos derechos que estaban latentes hace 3 años y siguen imperando, sumado al hecho que ahora cualquier paramilitar te puede golpear y asesinar. Si antes era dificil poner una denuncia en la Policía Nacional por discriminación, violencia y crimenes de odio, ahora es peor. Porque esta súper desacreditada y sabemos que la Policía opera a los fines de Ortega, en cualquier momento solo te desaparecen,como pasa con cualquier personas en Nicaragua. Antes nos apoyaban el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, las organizaciones feministas pero ahora todo esto está desarticulado.
También: Asesinato de Lala revela vulnerabilidad de las mujeres trans en Nicaragua
Es difícil poder unirnos por las condiciones que está el país, pero la mayoría de grupos LGTBIQ del cual yo soy parte de uno de los que están dentro de la Organización de la Iniciativa por la Diversidad Sexual por los Derechos Humanos estamos a favor de que Ortega se vaya, pero como en todo, hay algunas expresiones que apoyan a la Procuraduría Especial para la Diversidad Sexual que básicamente es el despacho que opera con fines políticos. Siento que es un grupo reducido, que es instrumentalizado a través de actividades culturales como certámenes de belleza y demás. Los grupos LGTBIQ nunca nos hemos sentido representados por Samira Montiel (actual procuradora de la diversidad sexual en Nicaragua).
Estamos haciendo todos desde las redes y grupos que aún pueden hacer algo en Nicaragua van hacer algo interno, no se va a convocar a manifestación, ni a protesta porque eso sería poner en riesgo la vida de la gente que acude.