Sadie Tamara Rivas denuncia décimo episodio de acoso de activistas políticos

Sadie Tamara Rivas, hija del preso político Aníbal Rivas Reed, denunció públicamente que su madre ha recibido por “décima vez en este año” acoso de parte de los activistas, Enrique Martínez y Edgar Blanco, y otros a quienes llamó “turbas”.
“Cualquier cosa que nos llegue a pasar, ellos son los únicos que saben dónde vivo. Les hago responsables por cualquier cosa que nos pase en este país. Ellos ya me amenazaron de muerte, y lo saben, y el mismo Edgar lo confirmó. También contamos con su grabación, al igual que con las de las amenazas que me hicieron, a mi mamá, a mí y a todas las otras mujeres que también acosan”, denunció Rivas desde sus redes sociales.
Según Rivas, Edgar Blanco “ya pidió disculpas y hasta lloró” en una mediación anterior, donde confirmó ante otras personas que “quienes me habían venido a amenazar, junto con él, a la par de mi casa en los meses anteriores, habían sido Enrique Martínez y Alex Aguirre”.
“De ellos venían las amenazas de muerte que recibí en mi propia casa. No entiendo tus lágrimas y mucho menos tu perdón, y que bueno que sostengo justo lo que te dije en ese momento: no te creo, por que sos un facho igual que ellos. Lágrimas de machos, fachos, oportunistas y ahora hasta homofóbicos de clóset”, denunció la joven.
La denuncia se da dos años después de que un grupo de activistas jóvenes, encabezadas por María Laura Alvarado, en un comunicado denunciaron la violencia perpetrada por directivos de la Unidad Juvenil Estudiantil (UJE).
En el comunicado del 15 de agosto de 2023, las activistas señalan estar “cansada de ver las diferentes formas violentas de hacer política por parte de algunos liderazgos juveniles principalmente hombres”.
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Al menos cinco activistas que denunciaron junto a Alvarado, en ese momento, decidieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias. Rivas reconoció que ella era una de las denunciantes anónimas, pero que ahora decidió identificarse públicamente porque ya no tiene “miedo”.
“Ya no tenemos miedo”, enfatizó Rivas, tras agregar que la vida de su papá, secuestrado por el régimen orteguista el 17 de mayo de 2025 en la ciudad de Matagalpa, “siempre se ha visto vulnerable por ellos”.
Sobre Enrique Martínez, afirma que “es un caso totalmente perdido”.
“Entiendo ahora por qué absolutamente nadie lo toma en serio, por que nadie le cree, porque nadie confía en él, porque nadie toma en serio sus posturas contradictorias y ridículas, que lo encabeza como mínimo al mismo nivel de Wilfredo Navarro pero wannabe”, dijo.
Enrique Martínez respondió a las denuncias presentadas en su contra asegurando que tienen un trasfondo político.
Según su versión, “este tipo de denuncias han sido ejecutadas por un sector específico de la oposición y tienen una connotación política”.
Martínez rechazó que existan pruebas que sustenten las acusaciones en su contra y afirma que “lo que se ha hablado, lo que se ha dicho y lo que salen a decir en redes nunca han sido sustentados por prueba ni por elemento factible”.
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Martínez insiste en que en Costa Rica existe un estado de derecho, y que si realmente hubiera elementos jurídicos, deberían canalizarse por las vías correspondientes.
“Para eso están las instancias jurídicas. Si ellas quieren hacer una investigación que vayan a las instancias jurídicas. ¿Quiénes pueden juzgar eso? Las instancias jurídicas. No lo hacen porque no tienen los criterios y los fundamentos para hacerlo. Así es sencillo”, dijo Martínez en su defensa.
El denunciado atribuye estas acciones a reacciones adversas por sus posturas críticas hacia hechos ocurridos en las décadas de los ochenta y noventa, así como por un artículo publicado recientemente en la plataforma Nicaragua Investiga.
A su juicio, se trata de un “patrón” que se repite cuando él o las organizaciones en las que participa cuestionan espacios vinculados al sandinismo.
“Acoso es una palabra sumamente fuerte (…) Lo extrapolan como supuesta violencia política donde no la hay y es parte de la libertad de expresión que tanto defendemos”, puntualizó Martínez.
Por su parte, Edgar Blanco reconoció que antes de esta denuncia intentó “dialogar en algún momento por cualquier malentendido que existiera”.
“Hablamos, conversamos y llegamos a un acuerdo de cesar cualquier hostilidad (…) Yo no actúo como turba”, dijo.
Aseguró que nunca ha tenido una interacción directa conflictiva con la denunciante y que incluso medió con la ayuda de una profesional en psicología para evitar tensiones mayores.
Sobre los nuevos señalamientos de acoso explicó que se originó en el marco de discusiones políticas en un grupo de WhatsApp. Según su testimonio, él estaba debatiendo sobre temas históricos como “el caso de la piñata en los años 90” con otra persona del grupo, cuando una tercera intervino y la conversación se volvió más tensa. Es ahí cuando, afirma, surgieron los primeros señalamientos de acoso.
A pesar de, al menos, cinco jóvenes vinculadas a movimientos políticos han señalados a Enríquez Martínez y Edgard Blanco, entre otros, de violentarlas hasta el punto de obligarlas a retirarse de dichas agrupaciones.
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*La Lupa como parte de su Política Editorial no hace eco de las voces de hombres agresores, no obstante en este caso por el trasfondo político hemos consultado a las partes denunciadas para dejar constancia del balance periodístico.