Durante la conmemoración del 60 aniversario de la CIDH, Ruth Tapia, nueva embajadora del régimen de Daniel Ortega ante la OEA, descalificó el trabajo del organismo realizado en Nicaragua los acusó de presentar “informes falsos” y mintió sobre la situación de derechos humanos en el país. 

Ruth Tapia se estrenó como nueva embajadora del régimen de Daniel Ortega ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en el marco de la conmemoración del 60 aniversario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), descalificando el trabajo del organismo en Nicaragua, atacando a los Estados miembros que han denunciado los abusos de la dictadura y mintiendo sobre la situación actual del país.  

“Esta conmemoración es una oportunidad para que este organismo adquiera su real y verdadera autonomía funcional y no siga siendo instrumentalizada por las agendas políticas que no son parte de la Convención Interamericana de Derechos Humanos ni han reconocido la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, dijo la funcionaria orteguista ante el Consejo Permanente de la OEA.  

Sin embargo, el discurso del régimen ignoró que Nicaragua como Estado que reconoce la competencia de la Corte, se ha negado a colaborar con ella y ha incumplido las medidas provisionales emitidas en favor de opositores y excarcelados políticos en el contexto de la represión desatada en abril de 2018.  

Durante su intervención, Tapia insistió en que para el régimen “resulta inadmisible la parcialidad, subjetividad y el doble racero que insiste en seguir usando la CIDH en el tratamiento de los derechos humanos en la región”, dijo atacando al organismo.  

“Dejen de traer informes llenos de mentiras a la OEA y ajusten su actuación a la función asignada por los Estados miembros a fin de coadyuvar con imparcialidad en la promoción y protección de los derechos humamos para que puedan tener credibilidad”, recalcó la embajadora trasladada recientemente de París a Washington para ser la voz del régimen ante el organismo internacional.  

Ruth Tapia mintió sobre la situación de los derechos humanos en Nicaragua al afirmar que en el país “seguimos en la promoción, respeto y promoción de los derechos humanos en de forma integral independientemente de las campañas mediáticas de algunas oenegés que utilizando noticias falsas quieren imponer percepciones negativas con fines desestabilizadores”.  

Sin embargo, en Nicaragua, según denuncias de opositores, continúa cercenado el derecho a la manifestación, reunión y asociación pacífica e imperan grandes niveles de impunidad tras la represión del régimen que ha dejado centenares de muertos y heridos.  

“Nicaragua ha trabajado arduamente para restablecer la paz y ha llegado a ser reconocido como el país más seguro de la región centroamericana y un referente de seguridad en América Latina”, dijo la embajadora, ignorando que en el país continúan operando grupos de civiles armados al margen de la Ley para reprimir a voces disidentes.  

EL TRABAJO DE LA CIDH 

A través del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI), creado en junio de 2018, la CIDH ha sido clave para la denuncia internacional sobre los abusos cometidos en Nicaragua.  

En uno de trabajo recibieron más de 1,500 testimonios, emitieron 58 recomendaciones al Estado y un incremento de 5,471% en las solicitudes de medidas cautelares, evidencian un “progresivo deterioro de la situación de derechos humanos en el país”. 

El trabajo del MESENI ha permitido tener datos verificados sobre las consecuencias de la represión orteguista, información que ha sido clave para la denuncia internacional de la crisis. En diciembre pasado la CIDH fue expulsada del país.

Hay al menos 328 asesinatos, más 300 profesionales de la salud fueron despedidos por atender a los heridos de la represión; 144 estudiantes fueron expulsados por su participación en las protestas; más de 70 periodistas se exiliaron; y más de 70,000 nicaragüenses han salido al exilio. 

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La Lupa Nicaragua