A partir del estallido social de abril de 2018, las mujeres periodistas en Nicaragua han sido blanco de las turbas orteguistas y de la misma policía al servicio del régimen: violencia física, acoso, amenazas, intimidación y robos a vista y paciencia de los mismos agentes.
Desde el inicio de las protestas la prensa nacional e internacional ha estado en el ojo del huracán. La periodista de La Prensa, Leonor Álvarez, es una de las mujeres que ejerciendo su labor profesional ha escuchado todo tipo de improperios durante las coberturas y esta semana fue golpeada salvajemente por fanáticos que idolatrando al dictador Daniel Ortega, también le robaron su equipo de trabajo.
Álvarez, quien no se explica el actuar de los fanáticos, logró escapar de las turbas que se reunieron en la Catedral Metropolitana de Managua donde se realizaba una misa de cuerpo presente del poeta y sacerdote, Ernesto Cardenal, y fue acuerpada por el gremio de periodistas independientes que ahí se encontraban.
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“Nos siguieron, fui golpeada, a mí me robaron (…) Yo quisiera entender qué ellos llaman desinformar, ellos estaban en un evento religioso, no sé qué llaman desinformar sé que es lamentable y sabemos que es un riesgo, y si nos identifican como periodistas siempre nos van a querer agredir”, señaló Álvarez.
El 22 de febrero de 2019, la periodista del diario también fue agredida y objeto de robo por parte de turbas afines al partido de Gobierno mientras daba cobertura en el Distrito Uno de la Policía, ubicada en el sector del mercado Oriental, a una citatoria que atendió el progenitor de la excarcelada, Irlanda Jerez.
Ese día, los periodistas que hacían esa cobertura fueron rodeados por enfurecidos seguidores del régimen.
“Pienso que esa violencia está pasando y cada vez se incrementa más, porque el Gobierno lo permite y la promueve con sus discursos. Los simpatizantes del gobierno se sienten con libertad de agredirnos porque no van a tener consecuencias legales y el Gobierno hasta seguro los protege”, manifestó Álvarez.
Entre el 16 diciembre de 2019 y el 29 de febrero de 2020, se documentaron 60 casos de violencia contra periodistas en el ejercicio de su profesión, según la organización de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN). Muchas de las agresiones las sufren las mujeres periodistas de Nicaragua.
“Hay que trabajar bajo ese riesgo si queremos seguir ejerciendo el periodismo”, afirmó la periodista del diario La Prensa.
El 12 de diciembre de 2019, la periodista de Noticias 12, Kastalia Zapata, fue rodeada por tres agentes de la Policía quienes la golpearon mientras daba cobertura a un piquete que pretendían hacer las madres de la denominada banda de “Los Aguadores” en las inmediaciones del centro comercial Metrocentro.
“Muchas veces en esta carrera nos tocan momentos riesgosos y desde hace dos años estamos viviendo una crisis en donde los periodistas hemos sido blanco de las agresiones de Gobierno por el solo hecho de informar o solamente ser la voz del pueblo para dar a conocer las denuncias de quienes se sienten agredidos o violentadas en sus derechos humanos”, dijo la periodista del noticiero que se transmite en Canal 12.
A Zapata, además de agredirla por querer ejercer su derecho constitucional de informar, ese día también le robaron su teléfono móvil.
“Nosotros hemos dado la talla al igual que los hombres (periodistas) en la calle y si es mi pasión yo voy a terminar de ejercer (periodismo) hasta que Dios así lo decida o hasta que ya me sienta cansada por la edad, pero la verdad es que a mí me encanta ejercer este trabajo y al final siempre he dicho que no es un oficio, es mi adicción, desde niña yo decía que quería ser periodista”, señaló Zapata.
Desde entonces, la periodista trata de cuidarse más en las coberturas, tener contemplada una ruta de escape para “buscar un lugar seguro” cuando distingue que hay una gran cantidad de policías en los alrededores y tratar de andar en grupo con el resto de colegas.
ATAQUES DIGITALES
Las mujeres periodistas de Nicaragua, también han sido objeto de amenazas a través del uso de la tecnología.
La tecnología es un arma de doble filo y los agresores han encontrado en las redes sociales, plataformas digitales un aliado para acosar, chantajear y pretender violentar a las mujeres, situación que en Nicaragua se ha vuelto más común a partir de abril de 2018, revela un informe titulado “Violencia de Género a través de la Tecnología”de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo, Económico y Social (Funides).
La periodista y presentadora, Aminta Ramírez, fue víctima de esa violencia, después de haber realizado una transmisión en vivo en la que hace una reflexión sobre las amenazas de muerte que recibió su colega, Yelsin Espinoza por parte de un oficial de la policía.
En los comentarios, la mayoría de los usuarios que se conectaron a la transmisión aplaudieron la reflexión de Ramírez, sin embargo, Nirlo José Carranza Valdivia, quien en su perfil se vende como un militante de la causa sandinista y amigo del vendedor de pollos, Juan Caldera, amenazó a la periodista.
“Una estaca te vamos a meter cuando te agarremos en la disque marcha pacífica que te tenemos cerquita, playo barata”, amenazó Carranza Valdivia.
Ante esas posición amenazante, Ramírez respondió con valentía: “Clase paz, libertad, amor y solidaridad pregona. Arrepiéntase de su maldad y de su instinto asesino”.
En el vídeo, Ramírez únicamente se pronunciaba sobre la mala actuación del oficial de Policía.
“Apuesto por la verdad, me dio tanto pesar oír a esa persona con tanto odio y un joven al parecer, diciéndole a mi colega voy a matar a tu familia (…) Alguien me dijo, si hubiera represión, o si hubiera dictadura en este país no hablaras, obvio ni que fuera, mis redes son mías y yo puedo hablar lo que quiera hablar en redes sociales”, señala Ramírez.
FORMAS DE VIOLENCIA
La Asociación para el Progreso de las Comunicaciones identifica tres perfiles de violencia digital que se ejercen contra la mujer: una mujer en una relación íntima con una pareja que resulta violenta; una sobreviviente de violencia física o sexual; una profesional con un perfil público que participa en espacios de comunicación como el caso de Ramírez.
“En la transmisión no promuevo ni odio, ni división, al contrario, reflexiono en que juntos encontremos soluciones reales, propuestas que desde el mismo pueblo puede salir para para de una vez (acabar) con el estado de violencia que vivimos, el atropello, el abuso”, escribió luego en otro comentario la presentadora.
En Nicaragua, según datos de la Cámara Nicaragüense de Internet y Telecomunicaciones (Canitel), al menos el 80% de los municipios del país tienen acceso a internet de banda ancha.
Otros datos, señalan que el 81.9% de las personas que tienen internet en Nicaragua tienen acceso Facebook.
Según Funides, una encuesta digital realizada a 323 mujeres revela que el 33.8% ha sido objeto de este tipo de violencia a través de la tecnología en al menos cinco ocasiones.
Whatsapp (46.6%), Messenger (42.4%), llamadas telefónicas (24.2%) y mensajes de textos (16.5%) son los medios tecnológicos que más utilizan los agresores. Por otro lado, Facebook (86%), Twitter (33.1%) e Instagram (9.3%) son las plataformas más usadas.
Foto Principal: El Nuevo Diario.
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