El bombardeo de publicidad que reciben las mujeres para que se realicen modificaciones estéticas es cada vez mayor, y muchas veces envían mensajes peligrosos que desinforman y sostienen un pensamiento machista, señala la ginecóloga y consultora internacional en salud sexual y reproductiva, Scarleth Solís Cooper.

Los procedimientos estéticos son infinitos, y casi en su totalidad son dirigidos a mujeres. Estos les ofrecen cambiar cualquier parte del cuerpo, ya sea el rostro, axilas, cintura o área genital. Y prometen reducir la grasa, eliminar vello, desaparecer la celulitis, tonificar la piel, y borrar un sin fin de “complejos e impurezas”, según la publicidad de estas clínicas.

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No obstante, Solís considera que este tipo de mensajes son peligrosos para las mujeres y la sociedad porque les indica que sus cuerpos están mal y deben ser modificados. Además, que están basados en ideales de belleza machista que muestran los comerciales y la pornografía.

«Estos procedimientos no son recomendables porque no son necesarios. Existe mucha presión social para que las mujeres se lo hagan porque les dicen que no tienen una vulva adecuada, que deben estar depiladas, o que la zona de la entrepierna no debe estar oscura, cuando es completamente natural», señala.

Por su parte, la psicóloga Winy Martínez indica que esta publicidad sostiene un pensamiento violento contra las mujeres, pues promueve prejuicios sobre cómo debería ser el cuerpo de una mujer y castiga a quienes son diferentes; es decir, a quienes son morenas, corpulentas y con vello.

Además, estos prejuicios son enseñados en todas las esferas sociales y se reciben desde la niñez, por lo que las mujeres crecen sin una conexión auténtica con su cuerpo y siempre viven en conflicto con su imagen.

“Es difícil para las mujeres ir a una piscina si no se han depilado, o tener relaciones sexuales si tienen vello púbico, cuando es natural. Afecta tanto su relación con ella misma, su percepción de cómo se siente con su cuerpo, su seguridad personal, su autovalía, su autoconcepto, así como la relación que va a tener con otras personas”, explica.

Procedimientos se enfocan en el área genital

La zona genital es una de las partes del cuerpo donde se enfoca más la publicidad en ofrecer diferentes cambios estéticos para hacerla lucir “más atractiva”, que van desde depilación con láser; aclaramiento con peelings químicos; lipoescultura del pubis para “un aspecto más juvenil de la región”, entre otros.

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Según Martínez, es preocupante este tipo de prácticas puesto que coloca a las mujeres como un objeto de placer sexual y promueve un mensaje pedófilo, ya que las niñas son las únicas que no tienen vello y cambios físicos relacionados a la madurez sexual.

Otro procedimiento de gran preocupación para la doctora Solís es el “estrechamiento del canal vaginal”, cada vez más promovido en redes sociales, dado que se vende a las mujeres que acaban de parir o han tenido varios hijos/as para que “tengan relaciones sexuales más placenteras”, con la premisa que después del parto quedan “anchas”.

“Esto tiene mucha implicancia con el tema del machismo, con la idea de que las vaginas deben estar cerradas y deben estar listas pensando solo en el placer masculino. Decir eso es desinformar a las pacientes y decir que las mujeres que tienen hijos ya no quedan bien y ya no van a disfrutar las relaciones sexuales. Incluso tener la vagina cerrada puede causar incomodidad y dolor a las mujeres al momento de las relaciones», explica.

Martínez indica que estos procedimientos son bastante promovidos por la falta de una educación sexual y por la cultura de la pornografía, donde existe un canón de cómo debe ser el área genital de las mujeres, como mencionó Solís anteriormente.

“En la porno hay un canón de cómo debe ser una vulva y si la tuya no es así, hay un problema con vos. Como esa es la forma de educación sexual de los hombres, van a hacer sentir más inseguras a las mujeres al momento que no cumplan con esa estética, cuando hay una gran diversidad y pluralidad de vulvas”, señala.

Modificaciones estéticas pueden tener complicaciones

Según la ginecóloga, una problemática entorno a estas ofertas de modificaciones estéticas es su aumento exponencial, ya que asegura que debido a la demanda, muchas de estas clínicas abren sus sucursales sin tener a personal capacitado y sin la supervisión de una persona médica; pues aunque se trate de un procedimiento estético, debe haber personal de salud.

El no contar con personal calificado, hace que las pacientes realicen los procesos sin la información adecuada, poniendo en riesgo su salud o desperdiciando su dinero al no ver los cambios prometidos. O las clínicas pueden no darle el mantenimiento necesario a los equipos.

También pueden haber complicaciones en el proceso, ya que se realizan con máquinas y productos químicos. Así que puede haber reacciones adversas en la piel, procesos inflamatorios, edemas, quemaduras, entre otros.

“En los casos más graves que no quede de forma adecuada y que se vuelva peor. Por ejemplo, que la paciente se haga un aclaramiento y que el área en vez de verse más clara quede más oscura. También puede pasar que la paciente no vea un cambio”, señala.

Solís recomienda a las mujeres que desean hacerse alguno de estos procedimientos solicitar información completa sobre el servicio, investigar la clínica donde se lo va hacer, hablar previamente con otras mujeres sobre sus experiencias y resultados, y que consulten con su doctora o doctor de confianza antes de hacérselo.

Por su parte, Martínez recomienda cuestionarse primero de dónde proviene el deseo de realizarse la práctica, si es un deseo personal o un mandato social; de manera paralela, también trabajar psicológicamente esa inseguridad que la mujer tiene, puesto que muchas veces el complejo no se elimina solo con el procedimiento estético.

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