Hata el 31 de agosto en Nicaragua se registraron 50 femicidios, según el observatorio Católicas Por el Derecho a Decidir. 24 ocurrieron en el ámbito público y 26 en el ámbito privado, lo que para el movimiento de mujeres organizadas nacional e internacionalmente, significa que la vida de las mujeres está en riesgo dentro y fuera de sus hogares.

El informe contabilizó además, entre enero y finales de agosto, 68 femicidios en grado de frustración, evidenciando que persiste una “pandemia machista indetenible”, según el observatorio.

Además detallan en su informe sobre la situación de violencia machista que viven las mujeres nicaragüenses, que en el mismo período se contabilizaron 6 femicidios de mujeres nicaragüenses en el exterior:  cuatro en Costa Rica, 1 en El Salvador y 1 en Honduras. Lo que demuestra que las mujeres deben librar esta batalla de género no sólo en su país.

Constató también que durante el mes de agosto dos niñas, una de 5 y otra de 15 años, perdieron la vida en manos de los hombres.

A su vez el reporte detalla que debido a estos femicidios 62 niñas, niños y adolescentes han quedado huérfanos al perder a sus madres.

La coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), Martha Flores señaló que su demanda como observatorio que lucha por la defensa de las mujeres, es pedir “justicia y que el Estado cumpla con lo que corresponde”, dar el apoyo necesario tanto a la familia de las víctimas, como a los niños que quedan en orfandad.

“Es deber del Estado tener políticas públicas donde garantice todo a la familia y estas puedan tener unas sentencias favorables”, añadió Flores.

De los casos registrados en el informe de CDD, 9 mujeres entre 1 a 18 años fueron víctimas de femicidios, 14 entre los 19 a 25, 10 entre 26 a 34, 14 entre los 35 a 50 y 3 mayores a 51 años.

Femicidios no deben ser limitados a relaciones de pareja

La violencia contra las mujeres es descrita por ONU Mujeres como una pandemia silenciosa. En Nicaragua, pese a ser visibles los femicidios en redes sociales o medios de comunicación, los movimientos feministas señalan que este delito no es castigado como debería ser, e incluso muchas veces siquiera recibe condena.

El miedo de las mujeres incrementa, porque el Estado calla y no brinda la continuidad requerida a los casos. Recientemente una mujer amiga de una víctima de femicidio, relataba a los medios como deseaba no salir del centro de apoyo al que decidió ingresar, luego de ver como el victimario catapultará a su pareja en una calle del barrio, Monseñor Lezcano en Managua.

La joven señalaba que el hombre, pese a no tener ningún vínculo cercano a ella, podría tomar represalías en su contra debido a que presenció el hecho.

Para Juana Jiménez, activista feminista y directora ejecutiva del Movimiento Autónomo de las Mujeres, los datos brindados por CDD confirman la gravedad de la «peor violencia» contra las mujeres, que es el femicidio, siendo estas cifras en comparación a 2019 «existe no sólo un incremento númerico, sino en la forma en que siguen siendo asesinadas las mujeres».

«Efectivamente los ámbitos, no solamente es el ámbito privado, sino que también es el ámbito público, algo que históricamente los lugares de violencia persisten mayormente en el ámbito de la familia o los círculos cercanos a la familia, y en la calle, en manos de desconocidos, arraigados por el odio hacia las mujeres y la descalificación social contra ellas», agregó la activista.

Estado desfavorece totalmente a las víctimas

Jiménez destaca que «más de un 50% de los datos de CDD detalla que los agresores son desconocidos, otros conocidos o vecinos, que eso no asocia a ningún vínculo consanguíneo, ni vínculo amoroso«, sin embargo la reforma de la Ley 779 delimita a femicidio a todo aquel acto de asesinato de la pareja o expareja hacia la mujer.

La activista feminista detalló que el Estado a través de la reforme a la Ley 779, invisibiliza que la violencia machista, ejercida por cualquier persona que presenta o no una cercanía a la víctima.

Evelin Flores, integrante Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCV), dijo a La Lupa que las autoridades en Nicaragua no están cumpliendo la aplicación de la ley en las normativas de garantizar la justicia de las víctimas de femicidios, femicidios frutados, así como violaciones.

“Las personas que están al frente del Estado en Nicaragua, no están comprometidas con los derechos, con la Constitución, con las normativas legales, con cumplir y garantizarles a las mujeres sus derechos, porque el primer bien es garantizar la vida y a las mujeres no se les está cumpliendo”, agregó Flores.

Flores demandó el cumplimiento correcto de la Ley Integral Contra la Violencia hacía las mujeres o “Ley 779”, y que se garantice la justicia, “y esa es una de las principales demandas de los familiares de las víctimas contra femicidios y femicidios frustrados”.

Asimismo pidió a las autoridades de Nicaragua castigar todos los tiempos de violencia, sin brindar indultos, amnistía, “ni ningún beneficio a los hombres que comenten delitos de femicidios, así como a los que violan a niñas, niños y adolescentes”.

Violencia machista “sin límites”

En Nicaragua las mujeres luchan en silencio la situación de violencia machista, que el Estado sigue dejando en impunidad. Los casos de femicidios son más recurrentes, puesto que el victimario se siente protegido al no ser juzgado de la manera correspondiente por su crimen.

Recientemente en Matagalpa (departamento donde CDD aseguran que de enero a agosto se cometieron 8 femicidios), Fátima Martínez Ramírez fue asesina junto a su hija de cuatro años, a manos de su pareja, Alexander Castellón.

Martínez quién se encontraba en estado de embarazo, dejó cuatro hijos en la orfandad. Sus familiares señalaron que CaStellón, escondió los cadáveres debajo de una cama y huyó, sin embargo horas después fue capturado por la Policía del lugar y llevado a prisión.

Al igual que Martínez, Martha Ruiz Vilchez fue asesinada a manos de su expareja en el departamento de Rivas, mientras esta palmeaba tortillas. Lester Juarez, luego de asesinar a sangre fría a Ruiz, se suicidó. Quedando su cuerpo a pocos metros de donde asesinó a su expareja.

Sin embargo en su informe CDD, aclara que “los crímenes pasionales no existen”, sino que son femicidios y los victimarios los realizan en forma de odio “contra las mujeres”.

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