El régimen de Daniel Ortega permitió, finalmente, el ingreso de 120 nicaragüenses que estaban varados en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, entre Nicaragua y Costa Rica, quienes en horas de la tarde lograron retornar a suelo nacional.

Los connacionales llegaron la noche del viernes a la frontera de Peñas Blancas, en tres autobuses procedentes de Panamá y desde entonces solicitaron su ingreso a tierra nacional. A pesar que andaban con su documentos en reglas se les impidió la entrada.

De acuerdo con datos de medios costarricenses los nicas arribaron a la frontera a las 8:00 p.m., y pasaron, frío, hambre y sed, porque a Costa Rica no podían regresar y a su tierra natal no les permitía ejercer el derecho de retorno.

Raquel Vargas, Directora General de Migración y Extranjería en Costa Rica, informó que las autoridades solo permitirán el paso en caravanas de buses que transportaran nicaragüenses desde Panamá hacia Nicaragua.

Pablo Cuevas, asesor jurídico de la Comisión Permanente de Derechos Humanos, (CPDH), manifestó que hablaron con la coordinadora del grupo de nicaragüenses que estaban en Panamá y que decidieron retornar a su patria por la difícil situación que estaban pasado en el país canalero ante la crisis de la pandemia del COVID-19.

De acuerdo con Cuevas, como organismo de derechos humanos, la CPDH se comunicó con la Dirección General de Migración y Extranjería y a la Cancillería para que permitan el ingreso de estos ciudadanos.

“Es un abuso más, están cometiendo delito, el articulo 432 del Código Penal habla que las autoridades que vulneren derechos constitucionales comenten delito de abuso de autoridad y funciones deben ser destituidos y procesados como delincuentes eso dice la norma”, concluyó el asesor legal de la CPDH.

Los ciudadanos fuero contenidos por la Policía y el Ejército Sandinista en la frontera con Costa Rica para impedir su paso, pero luego de varias horas fue permitido.

Otro grupo viene en camino

Mientras un grupo de 45 nicas procedentes de Panamá, varados en Paso Canoas frontera entre Costa Rica y Panamá, se encontraban a espera que Nicaragua diera entrada al grupo de Peñas Blancas para proceder a su traslado. Entre los 45 personas hay dos niños (de tres meses y 4 años de edad).

Aseguran estar desesperados porque el dinero se les está acabando y no tienen de donde «echar mano», para viajar prestaron, pues quedaron desempleados desde que inició la pandemia en Panamá. En construcción, hostelería y asistentes del hogar se desempeñaban los nicas que quieren regresar a su hogar.

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«A la niña de 3 meses se le ha terminado la leche, la mamá está desesperada. Las autoridades de migración de Costa Rica nos dijeron que mientras no pase el primer grupo no nos dejan pasar a nosotros», detalló uno de los migrantes que pretende regresar a Nicaragua.
Los viajeros han estadi durmiendo en las aceras y bancos de las instalaciones de migración de Paso Canoas.

«Tenemos que regresar a Nicaragua porque aquí no tenemos de donde echar mano, no estamos trabajando desde el toque de queda, permiso de trabajo no están dando, lo que queda es volver porque mi familia ya no puede estar mandándo de Nicaragua para acá para poder comer» , relata otro de los migrantes que optó por no dar su nombre.

Los consultados apuntan que han tenido apoyo de las autoridades de migración de Costa Rica y Panamá.

*Con información de Mercedes Urroz y Dora González

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