La confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) por parte de la dictadura Ortega-Murillo ha sido retratada en caricaturas por parte de diferentes humoristas nacionales e internacionales que han mostrado su rechazo ante las arbitrariedades cometidas y han demostrado lo absurdo de las acusaciones del Estado nicaragüense contra la institución jesuita.
El régimen Ortega-Murillo acusó a la UCA de ser un «centro de terrorismo» y ordenó la incautación de sus bienes a través de oficio del Juzgado Décimo Distrito Penal de Audiencias de la Circunscripción Managua el pasado 17 de agosto.
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Solo un par de días después, la personería jurídica de la universidad fue cancelada por el Ministerio de Gobernación, su nombre fue reemplazado por la nueva «Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro» y las autoridades académicas fueron elegidas de facto por el Consejo Nacional de Universidades.
Durante el pasado fin de semana la Policía y miembros del Poder Judicial también confiscaron la residencia donde vivían sacerdotes de la Compañía de Jesús, quienes fueron desalojados. Y dos mujeres jóvenes fueron arrestadas arbitrariamente sin conocerse las causas, Adela Espinoza Tercero, egresada de la UCA y Gabriela Morales, estudiante de la Universidad Juan Pablo II, universidad también confiscada por el régimen.
El salvadoreño Alecus de El Diario de Hoy retrató a través de una serie de caricaturas la incongruencia del régimen Ortega-Murillo de acusar a la UCA de terrorismo cuando tiene denuncias nacionales e internacionales de la comisión de crímenes de lesa humanidad.
El caricaturista panameño Guffy del periódico Metro Libre señala la persecución religiosa que hay detrás de la confiscación de la UCA, la cual ha empeorado desde el año pasado y que ha sido denunciada por organizaciones religiosas.
Wales Cartoon, caricaturista salvadoreño y humorista gráfico, también resaltó la persecución religiosa que se vive en Nicaragua y el altruismo que existe reflejado en la confiscación de la universidad.
Por su parte, caricaturistas y humoristas nacionales mostraron su descontento. El nicaragüense PxMolina criticó el robo de las universidad y las ilegalidades cometidas con su toma.
Manuel Guillén señaló que la UCA era reconocida como una de las mejores universidades de Nicaragua y de Centroamérica por instituciones nacionales e internacionales, y con su confiscación por parte del régimen Ortega-Murillo podría cambiar.
