La Unión de Presas y Presos Políticos de Nicaragua demandó este viernes al régimen atención médica para las personas que todavía se encuentran en las “cárceles de la dictadura” y que permanecen en estado crítico tras iniciar una huelga de hambre el pasado 18 de enero.

Desde esa fecha, al menos la mitad de los 65 encarcelados políticos se mantienen firmes en la huelga, pero presentan vómitos, náuseas y dolor de cabeza por lo que demandan que se les brinde asistencia médica.

“Nos solidarizamos con los hermanos y hermanas presos políticos que se encuentran aún en las cárceles de la dictadura, sobre todo con aquellos que sin miedo a las consecuencias han sostenido su resistencia y su dignidad en huelga de hambre en La Modelo, como una forma pacífica y cívica de protesta”, señaló la excarcelada, Nelly Roque.

Según la Unión de Presas y Presos Políticos de Nicaragua, Víctor Alfonso Pérez, Néstor Montealto, Francisco Pineda, Norlan Cárdenas y Yader Polanco, son algunos de los prisioneros que necesitan atención médica y sicológica “inmediata”.

Los autoconvocados Jaime Navarrete y José Santos Sánchez, quienes fueron nuevamente recapturados, tampoco “han recibido atención médica desde sus secuestro”, señaló Roque durante la lectura de un comunicado en las oficinas de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).

“Condenamos enfáticamente la negación de atención médica y los tratos crueles e inhumanos y la situaciones de alto riesgo de las que son víctimas los prisioneros en huelga de hambre desde el 18 de enero de este año”, agregó Roque.

Desde el 18 de enero, ocho prisioneros políticos iniciaron la huelga de hambre a la que se han sumado más reos de la dictadura Ortega-Murillo.

PETICIÓN AL MINGOB

El asesor legal de la CPDH, Pablo Cuevas, recordó que esta oficina de derechos humanos entregó un escrito dirigido a María Amelia Coronel Kinloch, quien actúa en calidad de Ministra de Gobernación, exigiendo atención a todos los encarcelados políticos, particularmente a Navarrete y Santos Sánchez.

“Haremos extensiva esta exigencia al Ministerio de Gobernación para todos y cada uno de los presos políticos dada la solicitud que están haciendo amigos y familiares de estos ciudadanos que están en ese martirio de manera injusta y abusiva por parte de las autoridades”, mencionó Cuevas.

Esta organización de derechos humanos, según Cuevas, continuará exigiendo ante las autoridades nacionales e internacionales el “cese de la prisión arbitraria de estos ciudadanos”.

Karen Lacayo, hermana del reo político Edward Lacayo, conocido como la “Loba feroz” sostuvo que el asedio y amenazas que sufren como familiares es constante, pero advirtió que no desistirán en su lucha.

“La casa de mi tío, hermano de mi mamá, la mancharon con la palabra “plomo”. Todos aquí somos amenazados, asediados y  somos perseguidos por la familia Ortega Murillo, cualquier cosa que nos pase nosotros hacemos responsables al Gobierno de Nicaragua”, denunció Lacayo.

DETENIDA ILEGALMENTE

Sherlin Sánchez, hija de la prisionera política María Esperanza Sánchez, de 51 años, durante la conferencia alzó su voz para exigir al régimen la liberación de su progenitora que fue secuestrada el pasado 26 de enero.

Según Sánchez, la policía al servicio del régimen en estos días negó que su progenitora estuviera detenida en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial para llevarla a los juzgados sin que sus familiares se dieran por enterados.

“Ellos esperan que nosotros nos vayamos para moverla a los juzgados, a ella le hicieron una audiencia a escondida de los familiares, hoy (viernes) anduvimos y que según a nosotros ya nos habían notificado de esa audiencia cuando en ningún caso se nos llamó y se le acusa de tenencia de droga cuando mi mamá nunca ha sido consumidora de droga”, denunció la hija de María Esperanza Sánchez.

La detenida es originaria de Matagalpa y se había venido a Managua huyendo del asedio y persecución que había en su contra. Según la joven denunciante, desde el pasado 18 de abril cuando estallaron las protestas su progenitora había participado activamente en todas las marchas y todo tipo de protestas.

“Siempre fue activista y las actividades que se le invitaban ella siempre decía que sí aunque eso atentará contra su seguridad, vino aquí a Managua buscando seguridad porque en Matagalpa habían manchado las paredes de nuestra casa y los paramilitares constantemente llegaban al barrio a amenazar”, señaló Sherlin Sánchez.

Mientras los excarcelados y familiares de presas y presos políticos brindaban la conferencia, la CPDH estaba bajo asedio por un grupo de policías que se apostaron frente a esta sede de derechos humanos.

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