Julio César Avilés, un hombre que una vez -durante una entrevista ofrecida a El Nuevo Diario antes de asumir su primer mandato en 2010, afirmó que ser “un soldado del país”,  estar “dispuesto a dar lo mejor en esta nueva misión” y “no aplaudir decisiones contra la ley”, hoy asume su tercer mandato consecutivo como general del Ejército de Nicaragua.

En caso que Avilés pueda terminar este tercer periodo, otorgado como un regalía del régimen de Daniel Ortega, estaría cumpliendo 15 años consecutivos como jefe de las fuerzas armadas de Nicaragua.  Su gestión -luego de su primer mandato- se ha visto empañada por su fidelidad al dictador y su decisión de vincular su carrera militar con la política, temas de los que desde 2009 afirmaba no querer hablar por respeto a la institución a la que pertenece.

Desde el inicio de las protestas en abril de 2018, el Ejército comandado por Avilés ha recibido críticas de organismos de derechos humanos por su papel permisivo ante los ataques a la población por parte de grupos armados paramilitares.

Aunque Avilés guardó silencio durante meses, en julio pasado lo compió cuando negó la existencia de grupos paramilitares, al margen de la ley, aunque su existencia está ampliamente documentada por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales.

Aquí les compartimos cuatro momentos polémicos, desde el silencio hasta la complicidad, que han puesto al Ejército en la mira de los nicaragüenses:

INCUMPLIR LA LEY

A diferencia de los anteriores comandantes en jefe del Ejército de Nicaragua, Julio César Avilés aceptó ser reelegido, luego que el régimen de Daniel Ortega se inventara una reforma a la ley 181, donde manda a eliminar del artículo 8 la no reelección del jefe de las fuerzas armadas.

La maniobra de Ortega, evidentemente, era perpetuar junto a su poder al general Avilés, quien se ha mostrado cercano al Frente Sandinista. Es por esta reforma que el jefe de las fuerzas armadas cumplió en este 2020 un total de 10 años en su cargo. Y, con el nuevo nombramiento, va por cinco años más.

JUSTIFICAR MUERTES

El 12 de noviembre de 2017 el Ejército de Nicaragua asesinó a Francisco Alexander y Yojeisel Pérez Valle, de 12 y 16 años, respectivamente. En ese momento se conoció que el padre de los menores era alzado político en armas y también fue asesinado el mismo día junto a otros tres.

El Ejército no ocultó que ellos habían asesinado a los menores, pero se justificó diciendo que pertenecían a una banda delincuencial. Su madre demandó los cuerpos de los menores para poder enterrarlos, pero hasta la fecha no recibe ninguna respuesta a sus demandas.

GUARDAR SILENCIO

Meses después de iniciar la represión contra las protestas desatadas desde abril 2018, el silencio del Ejército de Nicaragua se sintió con más fuerza. Los grupos de choque, las fuerzas paramilitares atacaban a diestra y siniestra a civiles armados y las fuerzas encargadas de desarmar a los armados no hicieron más que negar su presencia, pese a que estos fueron ampliamente registrados.

Julio César Avilés Daniel Ortega
Daniel Ortega junto al general de Ejército, Julio César Avilés. Foto: Presidencia

“Bajo ningún punto de vista aceptamos ese concepto de fuerzas paramilitares”, dijo rotundo el general Avilés el 24 de julio de 2019 en una conferencia de prensa ante medios oficialistas.

DECLARARSE CÓMPLICE

Sin embargo, meses más tarde su apoyo a la dictadura orteguista se convirtió en una confesión real hecha por el mismo comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, Julio César Avilés.

Avilés juró su lealtad al orteguismo al justificar la represión que comenzó contra la disidencia en abril 2018. En el acto del 40 aniversario de la fundación del Ejército de Nicaragua, realizado el 02 de septiembre de 2019, Avilés se atrevió a decir que le habían pedido “que diera un golpe de Estado”, en un intento por apoyar la tesis bajo la que el régimen orteguista se ha justificado para provocar la muerte de más de 300 personas, miles de heridos y centenares de encarcelamientos ilegales.

“Tenemos un Ejército fuerte, sólido, acerado en mil batallas y altamente cohesionado, jamás lograrán descohesionarnos, jamás nos van a dividir como pretendieron hacerlo funcionarios de organismos no gubernamentales y otros, que hacían llamados a leales compañeros para abrir la posibilidad de darle un golpe de Estado al Gobierno legítimamente constituido, lo que jamás haremos”, dijo Avilés durante su discurso.

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