Con o sin malicia, por juego o por amor, dados por padres, madres o cualquier otro familiar, los besos en las bocas de menores de edad constituyen abuso sexual, explica una psicóloga y especialista en temas de abuso sexual consultada por La Lupa, que advierte que dicha práctica “no debe normalizarse” puesto que vulnerabiliza a la niñez y adolescentes y los expone a una “condición sexualizante”.

“Darle besos en la boca a un niño, niña o adolescente los expone. Hay una vulnerabilización del niño o la niña, los hace muy vulnerable y hacerlos vulnerable es ponerlo en riesgo de volver a vivir situaciones como estas porque ya hay una erotización, esa es otra condición que ocurre en el cuerpo, en la psiquis de las niñas o niños, hay una condición sexualizante y la erotización temprana de niñas y niños es igualmente abuso sexual”, apuntó.

Explicó que la condición sexualizante a la que se expone a la niñez con este tipo de gestos, que muchos padres o madres aseguran hacer solo por amor y sin connotación sexual, incluso hace que quienes son menores normalicen esas expresiones, sientan que es la forma de recibir caricias y pueden llegar a asumir que es normal que cualquiera puede hacer eso.

Los besos en las bocas de menores recientemente han entrado en todo un debate, a través de las redes sociales, después que se viralizó un video en el que Tenzin Gyatso, el “Dalái Lama” dirigente de la Administración Central Tibetana y líder espiritual de budismo tibetano, pidiera a un niño que lo besara en la boca y le chupara la lengua. 

La situación ocurrió en una reunión pública que se realizó en febrero pasado en Tsuglagkhang de Dharamsala, India, donde habita el religioso en el exilio.

El hombre, de más de 80 años, pidió disculpas públicas el pasado 10 de abril, casi dos meses después del hecho, luego que se viralizaron las imágenes y le llovieron las críticas a nivel internacional, aunque argumentó que “suele bromear con la gente que conoce de forma inocente y juguetona, incluso en público y ante las cámaras”.

El abuso sexual «no es un juego»

En ese contexto, la experta en abuso sexual resaltó que este tipo de gestos y acciones, aún peor viniendo de un religioso reconocido a nivel internacional, no deben normalizarse o verse como un juego, y mucho menos pensar que todos estamos autorizados para hacer eso con menores de edad. 

“A mi me pareció impactante, perverso, realmente grotesco lo que hizo el religioso porque da la impresión de estar viendo la imagen de pornografia infantil. Todavía me estoy preguntando cuántos pornógrafos van a utilizar estas imágenes para promover sus propias producciones”, criticó.

Lea más: Romper con un ciclo de violencia de género: La historia de una sobreviviente

“No podemos, no debemos normalizar ninguna condición sexualizada hacia los niños, niñas y adolescentes. Ese tipo de juegos o gestos no deben darse entre adultos y menores. Todos deben tener claridad de que la boca es una zona erógena, igual que los genitales, entonces, pedir a un niño, niña o adolescente un beso, o dárselo incluso sin consentimiento, no debe ser normalizado y mucho menos viniendo de una autoridad”, agregó.

La especialista en abuso sexual aclaró que, aunque quienes son menores no digan o vean que pasa algo cuando se les pide o se les da un beso, porque “no le causa daño en términos de sentir que algo le ocurre a su cuerpo”, en realidad hay “una vulnerabilización de su cuerpo, de su sexualidad, le está llevando a que asuma que la comunicación entre niñas y niños con los grandes o cualquier persona es una connotación sexualizada”. 

Además, detalló que algunas de las señales identificables en menores cuando hay abuso sexual se perciben “cuando una niña o un niño se esconde, cuando una niña o un niño no quiere hablar de lo que le está pasando, cuando una niña o un niño comienza a expresar lo que está ocurriendo, porque pueden ocurrir las dos cosas, otros niños y niñas están diciendo pasó tal cosa y algunas veces las mamás o papás no escuchan porque les parece que no es importante pero en realidad puede ser una situación que a la niña le esté preocupando, la tenga conmocionada”.

Lea: Comunicación: Clave para prevenir el abuso sexual infantil

“La comunicación con nuestros hijos e hijas es importante desde cualquier edad. No es posible que todavía en consulta me digan que hasta los 11 años es la hora indicada para comenzar a hablarles de sexualidad, no, porque los abusadores comienzan a hacerlo desde antes y comienzan a hablarles de formas retorcidas, tergiversadas sobre la sexualidad y el cuerpo de los niños y niñas, entonces, una comunicación efectiva con los menores es importantísima”, resaltó.

La psicóloga recomendó también que los padres o madres que hasta ahora solo le piden a la niñez que “cuiden sus partes privadas, que no se dejen tocar esas partes”, comiencen a  ampliar las advertencias, puesto que “los abusadores comienzan por acariciar cualquier parte del cuerpo, puede ser la cabeza, los brazos, y efectivamente lo que hay que enseñar es que el cuerpo en general es privado, si no te gusta, si no te agrada, si te da miedo, te asusta, no tenes que dejar que nadie lo haga”.

El año pasado en Nicaragua, según los datos del Instituto de Medicina Legal (IML), las mujeres, adolescentes y niñas fueron las principales víctimas de violencia sexual. De los 4,984 peritajes por violencia sexual realizados a la población nicaragüense en 2022, se practicaron 3,395 a menores edad: 1,680 a niñas entre los 0 y 12 años y  1,715 a adolescentes entre los 13 y 17 años. Estos casos representaron el 68% de los peritajes totales.

+ posts