Nací y crecí en un barrio muy popular de la capital, me crié entre varones. En esas calles del Reparto Shick aprendí a jugar al fútbol con los chavalos de la cuadra. Mi padre me inculcó la lectura y mi madre al ver que no tenía remedio con los deportes, intuyó que sería mejor apoyarme en mi pasión por el balompié.

Así nació mi amor al fútbol y al mismo tiempo a escribir de ello. Mis cuadernos del colegio eran una prosa completa de los deportes y atletas que más admiraba por su destreza e ímpetu. Recortaba las fotos de los periódicos y las pegaba en mi cuarto. En sus paredes podían verse a Gabriel Omar Batistuta, la mexicana Ana Guevara, Michael Jordan, y a las leyendas del balompié que no eran de mi época como Johan Cruyff y Maradona.

Desde muy joven supe lo que quería ser, periodista de deportes. Varios familiares me preguntaban si realmente quería meterme en esta profesión dominada por hombres. Siempre supe que sería complicado, pero que todo dependía de cuánto me preparase para tener la calidad necesaria en esta carrera.

Nunca tuve nada fácil. Empecé a estudiar periodismo  becada en la UCA, al mismo tiempo que era parte del equipo femenino nacional de fútbol y hacía mis pasantías en el Diario HOY. Luego tuve la oportunidad de estudiar dos posgrados en periodismo deportivo, uno en Alemania y otro en Suiza. Buscando esa profesionalización estudié un Máster en Deportes en la Universidad de Palermo Argentina, gracias a otra beca que gané con mucho esfuerzo y mi vinculación al fútbol.

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Pero todo esto no fue suficiente para fortalecerme en mi carrera, tomé cursos de dirección técnica y arbitraje fuera de Nicaragua. Asimismo manejo dos idiomas y estoy aprendiendo un tercero. Actualmente en el exilio, en Holanda estoy por sacar mi licencia UEFAPro para ser entrenadora de fútbol, pero siento que al terminar esta etapa, seguiré estudiando, no es suficiente aún.

Y ahora se preguntarán ¿Porqué he estudiando tanto, porqué es difícil destacarse en un gremio dominado por hombres? siempre he pensado que el periodista debe estar en constante actualización de sus conocimientos, siempre hay algo nuevo qué aprender. Leer y estudiar es la base del conocimiento de todo profesional.

Sin embargo, mi experiencia en el mundo de la crónica deportiva en Nicaragua no ha sido tan buena a como pensaba que sería y me refiero al trato que existe por ser mujer por un sector del gremio: primero por que cuando iniciaba esta carrera, un grupo te mira como carne fresca. El acoso es molesto y llega un momento en que debes ser muy ruda para imponer respeto. Siempre fuí directa y frenaba a cualquier depredador que se acercaba con otras intenciones que no fueran laborales.

Como nunca fui una chavala tan femenina y  no era tan «sociable» a como hubieran deseado, se inventaron el rumor  que era “lesbiana” por que en sus mentes retrogradas masculinas, una mujer que no cedía ante sus seducciones y además jugaba fútbol, debía tener un gran problema de sexualidad. ¡No señores!, no era lesbiana,nunca lo fuí, simplemente no me gustaban los machos alfa con complejos de superioridad.

CONFIANZA EN VOS MISMA 

Debo admitir que tuve buenos referentes masculinos en el camino, a quienes respeto por su integridad moral y profesional. Edgard Rodríguez, fue mi jefe editor de Deportes en el Diario La Prensa, muy abierto a debatir qué temas podíamos poner en la sección y me dio espacio para hacer coberturas que antes no se hacían, así como Edgard Tijerino y Camilo Velásquez de los pocos colegas que me hablaron con honestidad y creyeron en mi capacidad para seguir en esta carrera.

Por otro lado, ser mujer en el periodismo deportivo, también te exige estudiar el doble y a veces el triple de lo que un colega hombre tal vez ni estudió, la brecha salarial es grande. ¿Porqué? para una sociedad culturalmente machista, los hombres pueden hablar de deportes, las mujeres mejor que estén en casa, o en el mejor de los casos ser una presentadora con buenos atributos para acaparar audiencia, cuando debería destacarse por su capacidad de análisis y no por su físico.

El esfuerzo que debe tener una mujer en la crónica deportiva debe ser enorme para que se le respete, y se le reconozca en algunos casos mejor empleados que por sus colegas hombres. En otros casos pasa que una mujer muestra tener más conocimientos, aparece alguien para desestimarla. Debo admitirlo, es muy difícil encontrar alguien sincero y confiable en este gremio, por lo menos en Nicaragua es la experiencia que tengo.

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Son pocas las mujeres que hay en el periodismo deportivo en Nicaragua y quizás tenga que ver con los obstáculos que muy pocas están dispuestas a desafiar. Janyeska Sequeira, Rosa Membreño, Tirsa Saenz, Letzira Sevilla, Virginia Lovo son algunas que han luchado por mantenerse a flote en esta carrera y lo han hecho con esfuerzo y tenacidad.

Tengo 17 años de experiencia, nunca pensé que sería fácil y no lo es, he caído en ocasiones, pero también me he levantado con más fuerza. Soy mujer, madre, esposa, periodista, y siento que nosotras vamos rompiendo esa brecha que nos hace ganar más espacio en un campo que ya no solo es dominado por hombre.

Sobre la autora: Loanny Picado es  la única mujer periodista en Deportes de Nicaragua que ha sido acreditada para cubrir tres mundiales de Fútbol. Corea-Japón 2002. Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. También ha cubierto la Eurocopa 2008 y 2012. Ex seleccionada nacional de fútbol femenino de Nicaragua, ferviente apasionada de los Juegos Olímpicos. Primera mujer analista de fútbol para la televisión nicaragüense. Tiene un máster en deportes y dos posgrados en periodismo deportivo digital  hecho en Alemania y Suiza. De igual forma ha tomado cursos de fotografía deportiva, oratoria y locución, cursos de arbitraje y dirección técnica en fútbol. Actualmente trabaja de manera independiente para diferentes medios.

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