Violencia y discriminación: causas del desplazamiento forzado de personas LGTBIQ+ en C.A

En Honduras, la violencia y discriminación contra la diversidad sexual continúa empujando a muchas personas hacia el desplazamiento forzado y el exilio, confirmó Nely Amaya, de la organización Mujeres Diversas, quien señala que los derechos de la población LGBTIQ+ se encuentran en constante “retroceso”.
“Es bien triste que sigamos hablando sobre el tema de nuestros derechos, que en lugar de avanzar siempre estamos en un constante retroceso, como algo que siempre se está negociando”, señaló Amaya.
Un estudio identificó a 43 personas LGBTIQ+ dentro de un grupo de 1,143 desplazados en Honduras. Sin embargo, Amaya subraya que el fenómeno está “súper invisibilizado”, especialmente en las zonas rurales, donde resulta muy difícil levantar estadísticas sobre la violencia que lo provoca.
“Cuando hablamos de desplazamiento forzado no se menciona como tal, tristemente se menciona que están migrando y migrar es un derecho, pero no se menciona que es desplazamiento forzado”, afirma Amaya.
La LGTBIQ+fobia que se refiere a los hechos de intolerancia, discriminación o rechazo expulsa, silencia y precariza vidas.
En el marco de la Jornada “Exilio y visibilidad LGBTIQ+: Ni un refugio sin nosotres”, que tuvo en Bilbao, organizada por la Asociación Aldarte y el Foro Eskubidez, la integrante de Mujeres Diversas explicó que la causa principal del desplazamiento forzado en Honduras es la violencia ejercida por maras y pandillas.
Amaya relató el caso de una joven en San Pedro Sula que debió abandonar su comunidad porque un miembro de una mara “se enamoró” de ella y comenzó a ser “acosada”, lo que obligó a toda su familia a huir y dejar atrás su casa y pertenencias.
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Este año las elecciones generales de noviembre de 2025, agudizan la vulnerabilidad de las comunidades LGBTIQ+.
“Ninguno de los gobiernos que están apostando para elegirse, el 30 de noviembre, ninguno está a favor de nosotros. Entonces, eso es algo que sí nos está preocupando actualmente y la muerte y la violencia sigue aumentando tristemente en nuestro país”, subrayó Amaya.
Uno de los principales obstáculos identificados es el peso de las iglesias en las decisiones públicas. “Se ha convocado a unas marchas netamente religiosas para que todo tiene que seguir en la moralidad bíblica… porque aquí es un país muy religioso. Se nos vuelven a cuestionar nuestros derechos”, denunció.
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La situación se agrava en las zonas rurales, donde la invisibilización de la violencia y la falta de acceso a estadísticas hacen aún más difícil dimensionar la crisis. “No es lo mismo como en las ciudades que al menos están las aperturas de los colectivos, la fortaleza donde podamos abocarnos, escucharnos entre todos, todas, todes”, concluyó.
Cristina González, de la Corporación Femm, explicó que en Colombia aunque la Corte Constitucional ha otorgado avances legales como el matrimonio igualitario y la adopción para personas LGBTIQ+, la realidad social tiene un amplio margen de esos logros.
“Sí podemos ser visibles, pero asumiendo el costo de la visibilidad”, afirmó, tras recordar los asesinatos de las activistas trans Victoria Straus o Sara Millerrey.
“Fue durante este gobierno de la Colombia humana la Colombia humana donde yo fui amenazada de muerte y tuve que salir del país por haber denunciado un detrimento patrimonial de más de un millón de dólares en un evento (…) entonces, claro se puede ser visible, pero asumiendo el costo de serlo”,
El desplazamiento forzado ha sido históricamente una herramienta de guerrillas y paramilitares para apoderarse de tierras, generando migración interna hacia ciudades como Bogotá, considerado el “bastión de movimientos libertarios”.
Marivel Saldaña de la Articulación de Lesbianas feministas de Lima explicó que todo es parte de una “violencia estructural”. Saldaña considera que el término LGBTIQ+fobia le quita su carácter estructural y político al “odio irracional” contra estos grupos.
“No es una fobia, no es que les falta información, les falta conocimiento (…) No son fobias es como quitarles el sentido a nuestras propias luchas”, puntualizó Saldaña.