Un grupo de alrededor de 200 nicaragüenses radicados en en Panamá se encuentran solicitando su repatriación a Nicaragua, ante la grave situación humanitaria que atraviesan por la falta de empleo y apoyo en territorio panameño que se ha agravado ante la pandemia del COVID-19.

«Somos 200 paisanos, entre ellos niños, embarazadas, mujeres, ancianos. No tenemos nada que ver con la crisis sociopolítica. Muchos tenemos entre cuatro y tres años de estar acá, salimos como cualquier nica que busca sacar adelante a su familia, pero ya no podemos seguir aquí porque no podemos trabajar. Tenemos 50 días de estar en nuestras casas sin hacer nada y nuestros ahorros se nos han terminado, muchos ya no tenemos ni qué comer», explicó Arbenis Valdivia, quien desde hace cuatro años vive en en Panamá, y desde hace un mes y medio se ha quedado sin trabajo.

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El pasado 17 de abril, según Valdivia llamaron al embajador de Nicaragua en Panamá, Marvin Ortega, para solicitarle su apoyo, pero este les dijo que «no tenía ninguna autoridad para repatriarnos». Posteriormente, una comitiva del grupo visitó la la Embajada de Nicaragua en Panamá, pero la encontraron cerrada, con avisos de números a los que llamar, pero ni siquiera respondieron.

Problemas para sobrevivir

Los nicaragüenses explicaron que la mayoría de los que desean retornar están sin empleo, muchos de ellos se han quedado sin un techo para vivir ante la falta del pago de alquiler que propició que los arrendatarios los desalojaran. Esta situación los ha obligado a solicitar su retorno a Nicaragua donde tienen familiares que los pueden ayudar.

«Tenemos más de cincuenta días de estar encerrado en nuestra casa sin la ayuda de ninguna organización tanto gubernamental como no gubernamental, tampoco por las autoridades nicaragüenses acá. Varios tenemos visas vencidas, otros tienen permisos de trabajo, pero no hay donde trabajar. Yo me ganaba la vida en una empresa constructora, pero me quedé sin trabajo», lamentó Valdivia.

Además, explicó que están tratando de abrir un canal de comunicación con las autoridades de Panamá, para que estos los ayuden a gestionar su retorno a Nicaragua, aunque se les ha dificultado por las restricciones que hay para movilizarse ante la pandemia del COVID-19.

«Nosotros necesitamos regresar porque ya no tenemos manera para sobrevivir en este país por la pandemia», lamentó Valdivia. 

Otro grupo de 92 nicaragüenses también se encuentran varados entre El Salvador y Honduras, esperando poder regresar a Nicaragua, pero las autoridades no les han permitido la entrada al país. Otros 160 se encuentran varados en la Isla Caimán a espera de poder regresar a Nicaragua.

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