Nicaragua he tenido un retroceso en igualdad de género que desmonta por completo el discurso oficial del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que, en esta ocasión no han informado del descenso, por años ha presumido un supuesto liderazgo mundial en paridad, así lo revela el más reciente Índice Global sobre la Brecha de Género 2025 elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM)

En 2020, Nicaragua ocupaba el 5 lugar de 153 países evaluados a nivel global, una posición que el régimen utilizó como herramienta propagandística para maquillar su imagen internacional en medio de la crisis de represión, persecución y criminalización de las voces disidentes del país.

Cinco años después, el país cae hasta el puesto 18 de 146 a nivel global, perdiendo 13 posiciones en un ranking que ha dejado de respaldar la narrativa oficial, y que se alinea «un poco» a lo que han denunciando las organizaciones de mujeres y el movimiento feminista.

El deterioro es aún más evidente a nivel regional. Mientras en 2020 Nicaragua se posicionaba como el líder indiscutible de América Latina y el Caribe en igualdad de género, ocupando el primer lugar, en 2025 descendió al tercer puesto regional.

Brecha laboral y salarial

Pese a la propaganda oficial que exhibe a Nicaragua como un referente global en igualdad de género, la supuesta paridad resulta ser más un recurso propagandístico que una realidad tangible para las mujeres nicaragüenses, quienes enfrentan profundas desigualdades en oportunidades laborales y salariales, según revelan los datos del FEM.

El puesto 18 entre 146 países evaluados, con un puntaje general de 0.783 que podría sugerir un progreso notable hacia la equidad de género. Sin embargo, esta cifra oculta disparidades que revelan la brecha entre la narrativa que promueve el régimen orteguista y la realidad económica de las mujeres en el país.  

Según el informe, el país obtuvo una mala calificación en el subíndice de Participación y Oportunidad Económica, que mide la igualdad entre mujeres y hombres en acceso al empleo, ingresos, ascensos y representación en puestos de liderazgo. Nicaragua se ubicó en la posición 131 de 146 países evaluados en esta categoría, con apenas 0.533 puntos.

Nicaragua cayó del puesto 100 al 131 en participación económica, perdiendo 31 posiciones en un solo año. Esto demuestra que, contrario al discurso oficial, el país está retrocediendo en igualdad económica de género.

La participación laboral femenina se estancó en un 48.05%, lo que contrasta con el 83.34% de participación masculina, una brecha de 35.29 puntos porcentuales que revela barreras para el acceso de las mujeres al mercado laboral y que el país viene arrastrando desde el año pasado, según el informe.

Para una activista defensora de derechos de las mujeres en Nicaragua, que pide anonimato para evitar represalias, este tipo de desigualdades en el entorno laboral y salarial ha sido “una problemática histórica”. 

“Las mujeres tenemos que lidiar con muchos retos, muchos desafíos para poder salir adelante (…) Se ve el retroceso de un país donde más bien ha bajado la tasa de empleo para todos, no solo para las mujeres”, menciona la activista y defensora. 

“Estamos en un país que no toca el tema —agrega la activista y defensora—, que no toca el tema de la discriminación, de la violencia, de estas desigualdades que son bien marcadas en todos los sectores”.

Mujeres perciben menos ingresos 

La desigualdad más reveladora del informe se encuentra en los ingresos laborales estimados por el trabajo que realizan hombres y mujeres. 

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Los datos muestran que la situación empeoró entre 2024 y 2025. El año pasado, las mujeres ganaban 4,820 dólares anuales y los hombres 6,850 dólares. Este año, aunque los ingresos femeninos se mantuvieron similares en 4,830 dólares —subraya el informe—, los masculinos pasaron a 10,220 dólares, ampliando la brecha salarial.  

“Había uno (un hombre) que era asistente de otro abogado, y a él le pagaban más y a mí menos (…) No era igualitario, tal vez hacíamos lo mismo, pero él ganaba más que yo”, reconoció en una reciente entrevista con La Lupa, María Eugenia, una nicaragüense que lleva dos años desempleada.

Según la activista y defensora, existe una predisposición de que las mujeres, por asumir múltiples roles —como madres, parejas, cuidadoras y trabajadoras— enfrentan mayores obstáculos para insertarse y desarrollarse plenamente en el mercado laboral. “El tener muchos roles es un limitante para que las mujeres desarrollen en óptimas condiciones su trabajo y compitan por salarios”, se señala con frecuencia. 

Pocas mujeres en puestos empresariales 

Nicaragua, en una escala del 1 al 7, obtuvo una calificación de 4.16 en el indicador de Avance de las mujeres a puestos de liderazgo —donde 7 representa el mejor desempeño—. Esta puntuación sitúa al país en un rango medio-bajo, sugiriendo que aunque existe cierto progreso en la promoción de mujeres a posiciones directivas, aún hay limitaciones. 

Al evaluar la participación y liderazgo laboral, el Índice revela que solo el 27% de las empresas tienen mujeres en posiciones gerenciales principales, y en el 26.8% las mujeres son propietarias, lo que indica cierto nivel de participación femenina en el sector empresarial. 

Los indicadores carecen de información sobre la participación de mujeres en juntas directivas, ya que este dato aparece marcado como “no disponible” en las estadísticas de 2025.

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El informe también carece de datos sobre las tasas de trabajadores en el sector informal, desempleo y el trabajo a tiempo parcial. 

La población total de Nicaragua alcanza los 6.82 millones de habitantes —3.47 millones de mujeres y 3.36 millones de hombres—, y una tasa de crecimiento demográfico moderada del 1.37%. 

Falso empoderamiento político

Aunque las mujeres están significativamente representadas en la esfera política, incluidos los órganos legislativos, esa posición no les da una “voz activa”. 

Las mujeres en el Parlamento tienen una representación del 45.06% frente a 54.95% de los hombres. Y en puestos ministeriales su participación equivale a 35.71% comparado al 64.29% que tienen los hombres. 

“Vas a ver mujeres en todos los espacios; y son las que andan como reclutando para actividades. Pero, obviamente son mujeres que no tienen ningún tipo de participación crítica, de voz activa; sino que siempre están esperando lo que diga el secretario político; que, en la mayoría, son hombres”, criticó la activista y defensora nicaragüense. 

La igualdad de género es solo un discurso vacío en Nicaragua cuando se observa la represión sistemática contra mujeres disidentes y organizaciones que defienden sus derechos. Desde el inicio de la crisis sociopolítica, el régimen ha endurecido su persecución, silenciando voces femeninas y criminalizando el trabajo en favor de mujeres y niñas.

¿Avances en la brecha educativa?

A pesar que el país obtuvo buenas notas (1.000 puntos) en el subíndice que evalúa el Nivel Educativo, persiste la segregación de género por industria. Las mujeres nicaragüenses no solo ganan menos, sino que siguen concentradas en industrias vinculadas al cuidado de las personas. 

El área de salud y bienestar tiene la mayor concentración femenina con 30.11% de graduadas frente a 18.28% de hombres. Esta tendencia también se observa en el sector de educación, donde el 9.30% de graduados son mujeres versus el 6.68% de hombres. 

Las mujeres continúan significativamente subrepresentadas en los campos de tecnología e ingeniería, sectores tradicionalmente considerados solo para hombres. El informe muestra una brecha considerable con 21.88% de graduados hombres frente a solo 8.98% de mujeres en el campo de ingeniería, fabricación y construcción. 

Mientras que, en el área de tecnologías de la información y la comunicación, las mujeres representan el 1.14% de los graduados y los hombres el 4.35%. 

Según el Índice Global sobre la Brecha de Género 2025 el mundo tardará 123 años en alcanzar la paridad de género.

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La Lupa Nicaragua