Llama racistas, proimperialistas y sicarios a manifestantes bolivianos que exigieron la renuncia de Evo Morales en Bolivia. Además lanzó amenazas a la oposición en Nicaragua.

Rosario Murillo reaccionó iracunda este lunes contra la oposición boliviana, que este 10 de noviembre consiguió la renuncia de Evo Morales. A los manifestantes del país andino los acusó de racistas, proimperialistas y sicarios.

Similar al discurso que ha empleado contra quienes se oponen al régimen en Nicaragua, dijo que se trata de un “infame golpe de Estado”, orquestado -por el imperio. Advirtió que esos crímenes no quedarán impunes.

“Que escuchen, que escuchen, que escuchen esos racistas, esos proimperialistas, esos sicarios, esos imperios, que escuchen, estamos en las luchas y somos nobles, valientes, dignos hijos e hijas de estas tierras sagradas donde los atropellos, los golpes, esos infames golpes de estado sabemos que no quedarán impunes”, advirtió.

Murillo, parte de los 15 funcionarios orteguistas sancionados por el gobierno de Estados Unidos por tener responsabilidad en crímenes, violaciones a los derechos humanos y corrupción, añadió que al igual que en “Nicaragua en los meses de perfidia, de perversidad pagarán por sus crímenes: los crímenes de odio, los crímenes contra las economías, contra los procesos de dignidad nacional, los crímenes que pretenden devolver a las oligarquías; ilegítimos poderes para seguir saqueando para los imperios nuestros recursos naturales, para volver a someter o seguir sometiendo a la miseria a las grandes mayorías”, sentenció.

Asimismo, Murillo acostumbrada a llamar a la oposición miserias humanas, comejenes, terroristas, minúsculos, puchitos, entre muchos otros descalificativos, amenazó volvió amenazar con cobrar venganza y advirtió: “los crímenes de odio que conocimos en nuestra Nicaragua y que por decisión valiente y soberana del pueblo nicaragüense no volverán jamás”.

TEORÍA DEL GOLPE DE ESTADO

Rosario Murillo no se refirió al origen de las protestas en Bolivia, provocadas por un fraude electoral orquestado desde la esfera gubernamental, para beneficiar a Evo Morales, quien ambicionaba perennizarse en el poder, igual que lo hace Daniel Ortega en Nicaragua, y Nicolás Maduro en Venezuela.

En el caso de Nicaragua, el régimen Ortega-Murillo desatendió el clamor del pueblo nicaragüense que inició por la imposición de reformas a la Ley de Seguridad Social (Inss), y a la que se sumaron otras demandas a las que Ortega respondió con el ataque de sus fuerzas represoras.

Esas acciones han dejado al menos 328 muertes, casi cien mil exiliados y más de 800 presos políticos, más de 130 continúan en las cárceles.

“Eventos como los que hemos vivido este fin de semana, golpes de Estado, interrupción, agresión, interrupción por agresión, por violencia inusitada de los procesos democráticos de los pueblos, cercenan nuestros derechos pero sabemos que ni pueden ni podrán, porque es inmensa la fuerza espiritual de nuestros pueblos”, afirmó Murillo señalada de graves violaciones de derechos humanos.

LA TEORÍA DE EL CARMEN

Para Murillo la renuncia de Evo Morales fue promovida por los Estados Unidos para aterrorizar, intimidar y asesinar, así como imponer codicias entre los bolivianos.

“Frente a las perennes intenciones de los imperios y sus organismos y sicarios de siempre, frente a esa perversidad de querer aterrorizar, intimidar, asesinar para imponer su codicia, para imponer modelos económicos que niegan a los pueblos el derecho a la vida buena, a la vida con bienestar, nosotros sabemos que estamos venciendo, nosotros sabemos que venceremos y que habrá justicia, justicia y reparación para las familias de nuestramérica Caribeña que hemos sido agredidas, que estamos siendo agredidas, violentadas, humilladas”.

Aunque Murillo pretendió mostrarse desafiante afirmando que la caída de Evo no es un golpe para el régimen. “Creen que nos humillan, el alma nuestra no se humilla jamás, no se arrodilla jamás… han querido sujetarnos a través de someternos a tratos crueles, humillantes y degradantes, faltos de toda consideración humana, de toda consideración cristiana”, dijo.

“Forzaron, impusieron la renuncia del presidente Evo, del compañero Álvaro García Linera y estábamos asistiendo a otra ceremonia de la perversidad que estamos seguros representará un gran fracaso para los promotores de crímenes, odio, los promotores del irrespeto, de las rupturas de la paz y del bien en nuestramérica. Será otro fracaso, no nos equivocamos”, se lamentó Murillo.

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