La Liga de Primera División en Nicaragua (Liga Primera) parece vivir en un mundo paralelo a la crisis que se vive a nivel mundial frente a la pandemia del coronavirus.
Mientras las competencias deportivas más importantes del planeta han suspendido sus actividades por la amenaza que significa aglomerar cantidades masivas de aficionados, incluso a los propios jugadores, en la liga pinolera se sigue jugando pese a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ante la amenaza de contagio masivo.
La UEFA (Unión Europa de Fútbol y Asociados) decidió posponer la EuroCopa que se realizaría en junio, además de toda competencia de selecciones, también aplazó la Champions League y Europa League hasta nuevo aviso. La FIFA (Federación Internacional de Fútbol y Asociados), el rector mundial del fútbol también ha decidido posponer las competencias de selecciones para este año.
Sin embargo, y a pesar de todo esto, la Liga de Primera División en Nicaragua hace caso omiso a las recomendaciones internacionalmente dadas para no exponer a las personas, jugadores y aficionados.
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Un ejemplo de la gravedad de exponerse al coronavirus asistiendo a los estadios, es lo que pasó en el partido Valencia vs Milán, jugado en Italia el 19 de febrero en la Champions League. Luego del partido, 15 jugadores del equipo español han dado positivos, incluyendo el equipo técnico, además de un periodista y decenas de cientos de personas en las tribunas que tiempo después resultaron positivas al contagio.
Ante este caos, y a la rápida propagación del virus, las ligas más importantes de Europa y América suspendieron las jornadas, en cambio a los directivos de Liga de Primera División parece no importarle la salud de la afición ni tampoco sus jugadores y árbitros.
En días recientes, la Liga de Primera División nicaragüense publicó infografías referentes a la prevención del virus que ha causado la muerte de más de 10 mil personas a nivel global. Pero no ha brindado un comunicado oficial sobre la suspensión de la competencia.
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Ante una dictadura que no se preocupa por la salud de la población, que ha demostrado su mayor negligencia e irresponsabilidad frente a esta crisis de salud, no es de asombrarse que la Liga de Primera División sea parte de esa “normalidad”, sobre todo cuando no es un secreto que esta competencia nacional está siendo financiada por un grupo de personas cercanas al circulo de la pareja dictatorial.
La noche de este jueves la Liga jugó su novena fecha del Torneo de Clausura, en la que CD Ocotal ganó 1-0 a Chinandega FC. Este fue el único partido de fútbol que se jugó ayer en el mundo en plena crisis sanitaria, solo ocurrió en una Nicaragua “única y original”.
En tanto, el único jugador que se muestra opuesto a la decisión es el uruguayo Bernardo Laureiro, quien milita en el FC Diriangén. El volante charrúa dice que «no quiere jugar» y exponerse ante el contagio y «tampoco entiende por qué sus compañeros no dicen nada» limitándose solo a obedecer.
Los clubes pasan muchachos, la salud nuestra no, la de nuestros hijos no. No quiero jugar y no entiendo a mis colegas que no dicen nada. Somos nosotros los protagonistas nadie más. Si un plantel tiene 30 jugadores y los 30 le dicen que no quieren jugar no se juega y listo.
— B. Laureiro (@BER_LAU10) March 20, 2020
Mientras siguen estás acciones negligentes, la liga deberá seguir su curso ignorando el comunicado de FIFA y las indicaciones de la OMS, aunque eso signifique exponer al contagio a sus jugadores y los aficionados. Sin duda la CONCACAF y la misma FENIFUT, deberían tomar cartas en el asunto, pues aunque sea una competencia independiente, está avalada por la Federación local y este ente a su vez se somente a las direcciones de FIFA.
Por consiguiente, la única alternativa ante esta irresponsabilidad de la directiva de la liga, es no asistir a los juegos y que finalmente los jugadores, árbitros y dueños de clubes sean valientes y conscientes, que no obedezcan órdenes políticas y se resistan a jugar ante el riesgo de contraer el coronavirus.