«Reconocerse, encontrarse, juntarse y crear redes de apoyo y acuerpamiento», son acciones claves para superar el proceso migratorio y de exilio que viven las mujeres explicaron la psicóloga, Ruth Quiróz del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más y la defensora de derechos humanos, Mercedes Rodríguez, miembro de la cooperativa La Comala durante una entrevista en el programa, Las Comadres, un esfuerzo colaborativo de La Lupa, Radio Vos y Agenda Propia.

Las profesionales que han desarrollado su trabajo con mujeres migrantes y exiliadas en Costa Rica y España, centraron su intervención en los desafíos, obstáculos y la resistencia de las mujeres durante los procesos migratorios, en especial en la fortaleza de buscar y encontrar oportunidades en nuevos contextos que, muchas veces, son adversos.

«Es vital la juntanza, no aislarse porque muchas de las compañeras llegan y acuden al trabajo de servicio (interna) que de alguna manera las convierten en invisibles y no tienen la oportunidad de reconstruir este tejido social, entonces hay que juntarse con los colegas, con las amigas poco a poco y eso si es importantísimo porque ese es el tejido que de alguna manera también te da apoyo en los momentos más difíciles», explicó la colombiana Mercedes Rodriguez, quien junto a la nica, Jamileth Chavarría, también defensora de derechos humanos, han consitutido La Comala, una cooperativa de cuidados en la que dignifican esta labor.

Y esta ‘juntanza’; palabras que las entrevistadas utilizan más allá del acto de reunirse como lo establece la RAE, y se refieren al acto de crear redes de acuerpamiento entre mujeres, es promotora de cambios a nivel individual desde el colectivo debido a la capacidad de resisitir y adaptarnos de las personas, y en especial de buscar y encontrar oportunidades en momentos adversos.

«Las mujeres tenemos una capacidad de sobrevivir, resistir y adaptarnos increíble. Tenemos la capacidad de reinventarnos, y es lo que veo en mi trabajo, y es muy importante tener en cuenta que muchas veces esto no se puede lograr por nosotras por nuestros propios medios, necesitamos un poco de acompañamiento herramientas que nos permitan también poder escalar con nuestros recursos para poder alcanzar objetivos precisos y el poder resistir ante un evento muy doloroso muy traumático, como puede ser el exilio», explicó Quiróz.

Y hace énfasis en el trabajo a nivel individual, pues cada mujer y cada persona, tiene sus propios contextos y parte esa fuerza interior de su propia historia, realidad, herramientas personales, fortalezas que van a ser parte de un «proceso de transformación personal» por lo que «tenemos que identificar cuando una situación se nos está saliendo de control, cuando no tenemos el manejo de la situación y es prudente pedir ayuda a pedir acompañamiento».

«No siempre estamos bien, a veces podemos ayudar; otras sostener y otras que nos sostengan. Tener la capacidad de poder expresar lo que estoy sintiendo o tener yo la asertividad de acercarme aquella amiga que es compañera y preguntarle en qué le ayudamos, tener esa sensibilidad, porque los cambios siempre son personal si yo empiezo por mí todo lo que está en mi entorno va a mejorar», indicó.

CONTEXTOS ADVERSOS EN COSTA RICA Y ESPAÑA

Las defensoras, hicieron hincapié en las dificultades que las mujeres migrantes y exiliadas enfrentan en países como Costa Rica y España, donde ellas mismas han vivido ese proceso migratorio y, además lo han enfrentado, pero sobre todo han potencializado y promovido esa ‘juntanza’ en la defensa de los derechos para una vida digna.

El relató en ambos países parece una fotografía, ambas defensoras expresaron como el sistema ‘vulnera’ a las mujeres en el acceso a una documentación que regularice su situación y le permita ejercer sus derechos humanos más básicos como trabajar, alimentarse, tener un techo donde vivir, acceder a salud y educación quedando las personas sin papeles como que «no existen» siendo una carga burocrática que, en ocasiones, lesiona el autoestima y la capacidad de resiliencia.

«Increíblemente el cuerpo es una de las partes que más sufre. La mujer somatizando mucho su historia, se cargan. Son mujeres que a veces llegan a nuestra oficina que jamás han abordado el tema, incluso esa infancia y todo eso, el cuerpo está arrastrando ese dolor. Son procesos dolorosos que van pasando en nuestra vida evento que no estamos preparados. Por eso nos cuesta reconectar con nosotras y en ese sentido, valoro la oportunidad de poder quedar con mujeres, ayudarlas, organizarse», explicó Quiróz.

Durante Las Comadres, sus conductoras, las periodistas, Patricia Orozco y Maryórit Guevara también presentaron dos videos testimonios de las periodistas Kalua Salazar y Nidia Elisa Monterrey, ambas perseguidas por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que buscan formas de sobrevivir en el exilio por lo que han innovado desde el periodismo y la hostelería.

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