#11Octubre | El desafío de ser niña en un mundo que sexualiza

“Sí, cuando te veo siempre me enloqueces, con tu mirada siempre me estremeces. Pero no puedo yo hablarte de amor. Pero espera que pase el tiempo, todo está en tus manos, porque eres solo una niña, de solo 13 años”.
Es la letra famosa de la canción “Niña coqueta” del artista dominicano Luis Miguel del Amargue, que recrea la historia de un pederasta detrás de una niña de 13 años.
La canción que se escucha en fiestas, emisoras y celebraciones sin mayor cuestionamiento es un claro ejemplo de la histórica sexualización que se ejerce sobre las niñas.
Esta narrativa no es inocente tampoco se trata de una canción más, sino el reflejo de cómo la sociedad sigue normalizando conductas delictivas que trastocan la vida de las niñas.
“Y es que eres demasiado niña bebé para empezar a amar. Y apenas tienes 13 años y no sabes besar”, le dice en una de sus canciones, el dominicano Eddy Herrera, de 61 años, a una menor de edad.
En las redes sociales también se han popularizado los videos de skincare de niñas que se colocan cantidad de maquillaje en sus tiernas pieles, y que se visten con atuendos de mujeres adultas, y ya no digamos de la eterna pregunta: ¿Ya tienes novio? a niñas de 3 años en adelante.
“Hay un bombardeo directo en las canciones y la violencia hacia las niñas (…) Ahora en las fiestas infantiles ya no ponen música infantil, sino que ponen reggaeton y las niñas lo bailan con movimientos eróticos, porque es lo que han aprendido. Una niña no es capaz de analizar el contenido sexista de una canción”, explicó una psicóloga del colectivo Las Venancias que habló con La Lupa.
No solo la música «romantiza» el abuso sexual entre hombres adultos y niñas menores de edad; novelas, películas, obras, libros de literatura, entre otros contenidos de consumo masivo que sostienen y refuerzan el abuso sexual contra las niñas.
Puedes leer: Alertas de desapariciones de mujeres y niñas generan apoyo ciudadano en Nicaragua
La hipersexualización ocurre cuando la sociedad le atribuye un “valor sexual” a las niñas y adolescentes, a quienes las presentan como objetos de deseo o esperando de ellas comportamientos sexualizados inapropiados para su edad.
El fenómeno social consiste en la exaltación de los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades y representa una forma de violencia que puede tener consecuencias negativas.
El “valor”, según el sitio web Verywell Mind, conlleva una multitud de problemas, como la “presión social y la perpetuación de la violencia sexualizada”.
“Es un valor que les da la sociedad y se atribuye a su propio atractivo, pero de una forma sexualizada”, explicó la psicóloga que habló con La Lupa bajo anonimato para evitar represalias.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala que la hipersexualización es una entrada para la normalización del abuso sexual, el matrimonio infantil y la explotación sexual.
Desde canciones que hablan de “amor” o videoclips que hipersexualizan los cuerpos de las niñas hasta películas y series donde las menores son presentadas de manera sexualizada, son ejemplos clásicos de este fenómeno.
“Desde que somos pequeñas a las niñas se nos dice ‘qué bonitas’. Es decir, toda nuestra autoestima se va formando a raíz de nuestro aspecto físico, hipersexualizado, sobre todo ahora que a las niñas se les viste como adulta y provocativa.
Las tendencias en moda es que una niña use la misma ropa que la madre, entonces, la niña va formando su autoestima con estas características que la sociedad le va dando”, señaló la integrante de Las Venancias.
La ropa infantil con diseños ‘sexy’, poses sugestivas en catálogos para niñas, mensajes de marketing que equiparan el valor de las menores con su apariencia física contribuyen a este fenómeno social.
En el lenguaje cotidiano, expresiones como “ya está desarrolladita”, “qué coqueta”, o “parece mayor” normalizan la mirada sexualizadora sobre cuerpos infantiles.
Estos comentarios, aparentemente inofensivos, contribuyen a crear un ambiente donde la sexualización de menores se vuelve aceptable.
“La niña va aprendiendo que la aceptación o el valor que le da la sociedad está estrechamente relacionado a su cuerpo y cómo se ve, buscando siempre la perfección y la belleza física más que sus características o habilidades, que su propia inteligencia”, explicó la psicóloga de Las Venancias.
“No se nos dice ‘ve qué inteligente la niña’ —subraya—, sino ‘qué bonita que es’ o ‘qué gordita o qué flaquita’. Así se van formando los estereotipos en cuanto a la hipersexualización de las niñas”.
En el entorno digital, las redes sociales amplifican el problema. Las niñas y adolescentes enfrentan presión para crear contenido que enfatice atributos físicos, mientras quedan expuestas a acoso de adultos depredadores que aprovechan la aparente normalización de estos comportamientos.
En el contexto de la hipersexualización de las niñas, cuando ocurre un abuso sexual, la víctima enfrenta cuestionamientos sobre su ropa, su comportamiento, dónde estaba o con quién andaba. Mientras tanto, el agresor recibe justificaciones de “no pudo controlarse”, “ella lo provocó”, “es que estaba muy desarrollada para su edad”.
También: Denuncian impunidad y falta de justicia para mujeres, niñas y adolescentes en Nicaragua
Frases como “ella se lo buscó”, “andan provocando”, “si se viste así, qué espera”, “son calientes”, son constantemente repetidas por los adultos y trasladan la responsabilidad del agresor a la víctima.
“La culpa recae sobre las niñas, nunca sobre el abusador o quien hace el daño. Se pierde una niña o se desaparece, dicen no la busquen porque se fue con el novio (…) En una sociedad tan machista y patriarcal siempre la responsabilidad cae sobre la víctima”, explicó la psicóloga.
En el marco del Día Internacional de la Niña —que se conmemora cada 11 de octubre para reconocer los derechos de las mismas y los desafíos únicos a los que se enfrentan en todo el mundo, así como promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos—, es necesario poner la mirada sobre estos hechos.
El cambio, según la psicóloga, requiere acciones concretas de todos y todas.
“Todo comienza en el hogar, pero se refuerza en las escuelas, los medios de comunicación y las redes sociales”, agregó.
Sin embargo, criar “niñas libres de estereotipos” pasa por no “juzgar sus cuerpos”.
“Hay que enseñarles que el valor de ellas como personas no es cómo se ve, sino por otras características y otras habilidades, si son inteligentes (…) Pueden tener éxito no solo porque sean bonitas, sino porque tienen otras habilidades”, apuntó la psicóloga.
Este 2025, el Día Internacional de la Niña se conmemora bajo el lema “La niña que soy, el cambio que lidero: Las niñas en primera línea de las crisis”.
La conmemoración pone en el centro la fuerza y la visión de las niñas que, desde sus comunidades, están transformando realidades. Según Naciones Unidas, las niñas “se organizan en sus comunidades, luchan por la justicia climática, exigen el fin de la violencia y reimaginan su futuro”.