En el primer semestre de este año, 404 defensoras han sido víctimas de 1,897 agresiones, una tendencia que va en incremento en Centroamérica y México, por las políticas de vigilancia, hostigamiento y aplicaciones de medidas restrictivas para la labor de las mujeres que trabajan por los derechos humanos indica el Registro Mesoamericano de Agresiones Contra Defensoras.

Según el informe 54 mujeres activistas fueron víctimas de 209 agresiones en junio. Las agresiones contra grupo dedefensoras y sus organizaciones representaron el 32% de los casos en el mes antes mencionado, superando el 12% de este tipo de casos ocurrido en mayo de este mismo año.

“La mitad de los ataques fueron realizados por autoridad públicas del todos los niveles de gobierno- local, estatal, federal- , seguidas por la Policía (17%); otros grupos relevantes de perpetradores son personas desconocidas que con frecuencia se vinculan al entorno digital”, detalla el informe.

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El 21 % de las agresiones fueron a las defensoras y organizaciones que trabajan por el derecho a la verdad, justicia y reparación; el 20% para las que defienden los derechos de las mujeres;17% para las que demandan libertad de expresión e información; 17% las defensoras de tierra, el territorio y bienes naturales.

La violencia a la que se enfrentan estas mujeres que alzan la voz por las injusticias les llevan a ser víctimas de asesinatos como el de Camila Bolocco quien era una defensora trans mexicana que fue asesinada en junio en su país de origen.

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Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Mexico intensifican el uso de las leyes para limitar o impedir el ejercicio de defensa de derechos humanos, además del incremento de monitoreo, vigilancia y ataques por ejercer el derecho a comunicar.

“La instrumentalizacion de marcos legales o administrativos para limitar e impedir el derecho de asociación a organizaciones y grupos de defensoras representó una de cada tres agresiones durante junio, esto incluye el uso de marcos legales de seguridad nacional y delitos internacionales vinculados a la lucha contra el terrorismo y el narcotrafico“, resalta el informe.

Nicaragua: «Dinastia sangrienta»

La antropóloga, escritora, periodista y defensora antiracista de Guatemala Irma Alicia Velásquez Nimatuj, encaró «las fauces del autoritarismo» del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo el domingo 24 de junio, cuando intentó ingresar al país por razones personales, pero que se convirtió en una pesadilla a pesar de haber cumplido todos los requisitos que la aerolínea le solicitó, cuando compró el boleto de avión dos meses antes del viaje.

En el artículo de opinión » Pisar las puertas de la dictadura Ortega-Murillo», publicado en El Periódico, cuestiona la desfiguración de la herencia de Sandino.»Este es un proceso que cuesta entender, pero que está allí, mostrándonos las miserias que arrastran consigo las dictaduras de cualquier tendencia ideológica».

Velásquez describe a Nicaragua como un país que nos enseña su capacidad permanente de resistir ante dinastías sangrientas convertidas en feroces dictaduras familiares, «Sin embargo, las resistencias tan inspiradoras que fue forjando a lo largo del Siglo XX a sangre, conciencia y ejemplo se han ido esfumado lentamente ante la trágica realidad que vive hoy, la que es la nación más grande de Centroamérica».

La detención en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino en Managua, fue una verdadera tortura. Nunca le explicaron las razones de su detención, ni qué pasaría con ella, etapa que describe como «tortura psicológica, es una tortura fina, cruel y lenta».

Para la activista defensora de derechos humanos y de la tierra guatemalteca, Alma Odette Chacón este tipo de acciones es el claro avance del «sistema autoritario» en el que está Nicaragua.

«Realmente es una afrenta. Es una afrenta a la libertad de expresión, a la libertad de movilizaciòn porque nadie le habia negado el pase en ese sentido. Ni ella tenia alguna circunstancia que le impidiera ingresar al país. Entonces a mí me parece una afrenta muy grave. Pero que ya viene en la misma tónica de cómo se ha comportado el gobierno del señor Ortega en los últimos años», declara Chacón.

Quien además reciente que muchas defensoras de derechos humanos y feministas nicaragüenses han tenido que exiliarse por «proteger la vida y su integridad».

No existen registros de cuántas activistas han sido bloqueado su ingreso a Nicaragua, pero extraoficialmente se conoce que hay feministas nicaragüenses a quienes se les ha negado el derecho de ingresar al país, forzándolas al exilio.

Chacón admite que este tipo de posiciones merma las posibilidades de acercarse al país. «Una ya la piensa dos veces. Por otro lado me estan conmoviendo las noticias con el cierre de varias organizaciones, incluso la expulsión de monjas. Entonces ya una se la piensa antes de llenar cualquier formulario porque no vaya a ser que al señor o al Gobierno se le ocurra, como en este caso no permitir la entrada o reternala».

Durante la repatriación de Velásquez activistas de derechos humanos y organismos internacionales expresaron su solidaridad.

Perfil de Irma Velásquez

Es Originaria de Quetzaltenango, se graduó de maestra a nivel medio, para luego ingresar a la Universidad de San Carlos de Guatemala donde obtuvo el título de Licenciada en Ciencias de la Comunicación.

Fue la primera indígena en ganar la beca Fulbright en 1997, y tres años más tarde logró una maestría en Antropología Social, cinco años después se doctoró como antropóloga en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos. Recibió varias becas en el extranjero.

En su faceta de escritora ha publicado los libros Pueblos indígenas, estado y lucha por tierra en Guatemala: Estrategias de sobrevivencia y negociación ante la desigualdad globalizada (AVANCSO 2008) y La pequeña burguesía indígena comercial de Guatemala: Desigualdades de clase, raza y género (SERJUS y AVANCSO, 2002).

Como periodista se le ha reconocido sus trabajos en apoyo a los pueblos indígenas, y su defensa de los Derechos Humanos. Participó en el documental 500 añosVida en resistencia, de la cineasta Pamela Yates, exhibido en 2017, y el cual muestra la resistencia de la población maya, un recorrido desde el juicio de genocidio del general Efraín Ríos Montt hasta la renuncia de Otto Pérez Molina de la presidencia de Guatemala.

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