En menos de un mes tres casos confirmados de covid-19 correspondientes a personas procedentes de Nicaragua han sido reportados por el Ministerio de Salud Pública de Cuba. El tercer caso fue publicado este martes, se trata de una mujer cubana de 58 años de edad.
Este último caso implicó la vigilancia de 56 contactos, según señaló el Ministerio de la isla, que acumula 457 casos de covid-19 y tres casos de mujeres que llegaron de Nicaragua y posteriormente presentaron síntomas.
El primer caso de contagio de una cubana procedente de Nicaragua se registró el 27 de marzo de 2020. Se trató de una mujer de 54 años de edad, que estuvo en Nicaragua hasta el 16 de marzo y diez días después presentó los síntomas de covid-19.
El siguiente caso se confirmó el sábado pasado y, según el Minsap, se trata de una mujer de 38 años que comenzó a presentar síntomas el 31 del mes pasado. En este último caso las autoridades cubanas aseguran que la mujer fue ingresada en el Hospital “Luis Díaz Soto”, pero no indicaron la fecha en la que regresó de Nicaragua.
Aunque el régimen orteguista insiste a través del Ministerio de Salud (Minsa) en que el país solo hay seis casos confirmados de coronavirus, de estos, uno falleció y dos recuperados, la realidad puede ser muy diferente, en especial, porque las fronteras siguen abiertas y no hay ningún tipo de disposición obligatoria para que los viajeros se queden en casa, sino que lo dejan a discreción de ellos, y el Minsa asegura que les da seguimiento vía telefónica. Nada más.
Los casos que Nicaragua ha importado a Cuba demuestran la posibilidad que en el país haya una transmisión comunitaria, han señalado epidemiólogos y neumólogos, tomando en consideración que estas personas no tendrían ningún nexo epidemiológico con los casos ya confirmados y los contactos de estos.
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Nicaragua anunció su primer caso confirmado de covid-19 el 18 de marzo, a partir de esta fecha y si no se tomaban las medidas pertinentes los especialistas han señalado sobre la continuidad de las fases de incubación del virus, que desencadenaría en la transmisión local o comunitaria, que implica que una persona aparezca con el virus sin tener ninguna relación con los casos identificados. Por todos estos antecedentes, se esperaría una mayor cantidad de casos en las próximas semanas.
Pese a que han sido múltiples los llamados para conocer cuántas pruebas para detectar covid-19 se han realizado, el Minsa mantiene la información en secreto. Estos datos permitirían conocer cómo se ha desarrollado la enfermedad en la realidad, y además, estar más conscientes de la fase que se enfrenta, puesto que en muchos de los casos los pacientes no van a presentar síntomas, pero si propagarían el virus. Es ahí la necesidad de hacer pruebas masivas.
Este martes, el régimen orteguista recibió la donación de 26 mil pruebas rápidas por parte del Banco Centromericano de Integración Económica (BCIE), como parte de su programa regional.
La vocera gubernamental, Rosario Murillo, agradeció el apoyo, pero guardó silencio sobre cómo se implementarían las pruebas y si al contar con más recursos podrían ampliar los criterios de los pacientes, ya que hasta ahora se priorizan a personas procedentes de países con contagios comunitarios, que presenten algún síntoma o que haya tenido contacto con un caso confirmado.
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