Hay que quedarse en casa para evitar más contagios de COVID-19. Eso recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, en Nicaragua las decisiones gubernamentales funcionan al revés. La noche del miércoles 18 de marzo, la vocera del régimen, Rosario Murillo, anunció el primer caso de coronavirus, pero no determinó ninguna medida, como la cuarentena, para frenar los contagios.
Este viernes 20, Murillo reveló el segundo caso de contagio y tampoco hubo una sola advertencia para la población, ni decretó el cierre de fronteras, no promovió el aislamiento social o el cese de las clases en escuelas públicas. Ni una sola palabra.
En otros países donde se han detectado casos, la cuarentena o aislamiento han sido los siguientes pasos. Sin embargo, el anuncio si tuvo una reacción en la población: cientos de nicaragüenses salieron a comprar a los supermercados y farmacias todo tipo de productos para no quedar desabastecidos tomando en consideración que la situación podría empeorar.
Hasta el momento el virus ha infectado más de 200 mil personas en el mundo y han muerto más de nueve mil.
El régimen de Daniel Ortega no ha decretado una cuarenta, como si lo hizo El Salvador, que también confirmó un caso de covid-19 este miércoles. El mandatario salvadoreño Nayib Bukele, mandó al país entero a cuarentena hasta el 31 de marzo. Costa Rica que recién reportó su segundo muerto por COVID-19, cerró sus fronteras durante 25 días e indicó que los nacionales y residentes que ingresen deberán permanecer en aislamiento domiciliar obligatorio durante 14 días.
¿NICARAGUA DECRETARÁ CUARENTENA?
En las actuales condiciones de Nicaragua, los escenarios de cuarentena se hacen cada vez más cercanos. Ya sean convocadas por el Gobierno, o por decisión de la misma población para evitar el contagio del COVID-19.
De acuerdo con los Servicios de Salud y Sociales de Delaware, Estados Unidos, el aislamiento se implementa para las personas que están enfermas con un padecimiento contagioso. Son separadas de los demás hasta que no pueden contaminar a nadie. Mientras que la cuarentena se indica para personas que han estado expuestas a una enfermedad contagiosa, pero que no están enfermas. Esta implica la posibilidad que las personas puedan mantenerse en sus casas para evitar la posible propagación de enfermedades, en este caso, del COVID-19.
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La pregunta que resta es saber si el país está preparado para enfrentar una cuarentena o más bien, si los nicaragüenses saben cómo enfrentar dicho escenario. La Lupa expone algunas claves sobre lo fundamental que debe saber para enfrentar una cuarentena.
Abdel García, de gestión de riesgo del Centro Humboldt, explica que primero se requiere de una declaratoria de cuarentena, la cual no significa que se deje salir por completo, sino que cuando sea estrictamente necesario. Lo básico que deben tener las familias para la cuarentena son los siguientes productos:
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Impacto económico por una posible cuarentena por el COVID-19
Para el economista Luis Murillo, la medida de una cuarentena, tendría un impacto mayor sobre el sistema económico nicaragüense, ya que la producción de riqueza del país está centrada en el sector primario, es decir, que se requiere que la población este en sus puestos de trabajo, y no como en otros países, en los que pueden trabajar desde casa.
El especialista considera que la responsabilidad está en cuidar la vida de la ciudadanía y si la situación mundial del COVID-19 ha demostrado que ni los países desarrollados están preparados para enfrentar con normalidad la pandemia, en el caso de Nicaragua mucho peor.
Para Murillo el Gobierno ha tomado la decisión de no hacer nada para aparentar normalidad, debido a que piensa que la economía se va a agravar más, pero el contexto internacional ya la ha afectado, explicó. De hecho, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió este viernes que la región sufrirá graves efectos en las exportaciones, el turismo y la inversión por el coronavirus.
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La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, advirtió que la pandemia del coronavirus repercutirá en un aumento de hasta el 10% del desempleo y la pobreza en la región de América Latina y el Caribe podrían hacer crecer el número de pobres que pasaría de los 185 millones actuales a unos 220 millones, sobre un total de 620 millones de habitantes.
La economía nicaragüense en recesión va a recibir otro golpe por la pandemia aseveró Murillo, ya que antes había sido afectada por la crisis sociopolítica de 2018. De acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial en el 2019 la economía se contrajo el cinco por ciento y antes de la pandemia, la proyección para este 2020 era que podría caer 0.5 por ciento.
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