La historia reciente de la adolescente nicaragüense que fue encontrada en Honduras tras contactarse con un desconocido en TikTok encendió las alarmas sobre un tema que muchas familias a veces pasan desapercibido: los riesgos reales que enfrentan niñas, niños y adolescentes en las redes sociales.

A inicios del mes de mayo, una adolescente nicaragüense de 14 años, fue rescatada en Honduras, en el punto fronterizo de El Amatillo cuando intentaba ingresar de forma irregular a El Salvador, rumbo a Guatemala. La Policía hondureña informó que la menor conoció a su atacante en la red social TikTok.

Un mes después, a inicios de junio, en una revisión rutinaria un padre descubrió que su hija adolescente, desde hace tres años, era víctima de un hombre que ahora enfrenta cargos por estupro, explotación sexual, pornografía y acto sexual con adolescentes mediante pago, lesiones sicológicas.

Aunque estas plataformas ofrecen acceso a un mundo de valiosa información también se han convertido en un territorio peligroso donde se producen engaños —ideales para el acoso, explotación y captación con fines delictivos como la trata de personas—, especialmente hacia menores que pasan horas en línea sin supervisión efectiva de un adulto.

“El uso no supervisado de Internet y las redes sociales por parte de los niños y niñas, a menudo sin las salvaguardias adecuadas  —agrega Naciones Unidas —, puede exponerlos aún más a los tratantes”. Los traficantes también utilizan plataformas en línea, redes sociales y la web oscura para “acercarse a la niñez, explotarlos y controlarlos”. 

“Hay una serie de peligro en general, no solo para las y les adolescentes (…) otras personas pueden usar una identidad falsa, puede ocultar su rostro. Ahora con inteligencia artificial, incluso, pueden modificar rostros, voces y crear contenidos que haga parecer que la persona tiene ciertos rasgos etarios y también características físicas”, advirtió una experta en seguridad digital que prefiere hablar bajo anonimato para evitar represalias del régimen en Nicaragua. 

Supervisión con aplicaciones 

Pero, existen las apps de control parental que permiten limitar el contenido que los niños y adolescentes pueden ver, establecer horarios de uso y supervisar qué aplicaciones usan. La experta consultada por La Lupa enumera las siguientes herramientas: 

Google Family Link: es una app gratuita de control parental creada por Google que permite a madres y padres supervisar el uso que sus hijos e hijas hacen de dispositivos móviles como, por ejemplo, qué apps usa o cuánto tiempo pasa en ellas, localizar el dispositivo y también bloquear el celular a distancia. 

Tiempo en pantalla en dispositivos Apple: Ayuda a los padres y madres ver cuánto tiempo el adolescente usa el dispositivo y les permite establecer límites de uso. 

Qustodio: Para la experta en seguridad digital es básica porque permite ver “qué hacen los niños en línea”. Funciona tanto en Android como en IOS. 

Kidslox: Sirve para el sistema IOS y Android y está diseñada para bloquear o limitar el uso del celular o tablet con un solo toque.

Filtro de palabras en WiFi: Es una función que permite bloquear automáticamente el acceso a ciertos sitios web desde todos los dispositivos conectados a una red, usando palabras clave como “porn”, “violence” o “drugs”. Esta herramienta se configura directamente en el router. 

La experta, sin embargo, insiste en que “no se trata de herramientas, sino de buenas prácticas”. 

“Debemos activar protocolos de autocuidado, establecer horarios y restringir las comunicaciones en ciertas horas”, explica. 

¿Qué riesgos existen en el ecosistema digital?

Según Naciones Unidas, los traficantes también utilizan plataformas en línea, redes sociales y la web oscura para “acercarse a los niños, explotarlos y controlarlos”. 

“El uso no supervisado de Internet y las redes sociales por parte de los niños, a menudo sin las salvaguardias adecuadas  —agrega Naciones Unidas —, puede exponerlos aún más a los tratantes”.

La experta en seguridad digital reconoce que las y les adolescentes se encuentran en una etapa de desarrollo en la que buscan pertenencia, validación y conexión emocional. Pero, es esa parte que aprovechan las personas malintencionadas como acosadores hasta tratantes de personas, quienes pueden establecer vínculos falsos, utilizando perfiles engañosos, haciendo halagos o promesas.

“A veces la seguridad digital es un arma doble filo, porque también permite ocultar conversaciones o información de los adolescentes. Entonces aquí juega un papel crítico la comunicación que tengamos con nuestros hijos y con nuestras hijas para que tengan la confianza de contarnos quiénes son sus amigos físicos y online”, explica.

Aunque las redes sociales se han convertido en una parte inseparable en la vida de las y les adolescentes, este entorno también representa serios riesgos en caso de que no se administren de la forma correcta. La experta enumera los siguientes riesgos: 

Robo de contenido: Para llamar la atención suelen compartir fotos y narrar sus historias con el objetivo de llamar la atención y ser populares, las personas mal intencionadas que hay detrás de las redes sociales pueden robar la información que comparten. 

“Hay un riesgo de que tus hijos establezcan comunicación y den información sensible de la familia, si no hay un seguimiento, si no hay un acompañamiento”, advierte.

Peligro de Sexting: Es uno de los riesgos más alarmantes en el uso de redes sociales por parte de adolescentes que consiste en el envío y/o recepción de contenido sexual a través de medios electrónicos, es decir, imágenes y vídeos sexuales a través de mensajes, redes sociales, email y sobre todo con el teléfono móvil.

“Ya cuando hay una edad en la que quieren descubrir su sexualidad pueden enviar imágenes sensibles o imágenes privadas, y luego la extorsión, que es como seguida del sexting, que te extorsiona si no les das más contenido o si no mandas tal o cual fotografía”, aclara la experta.

El grooming: Este es otro de los peligros silenciosos que enfrentan las y los adolescentes en internet y es una forma de abuso en la que un adulto se gana la confianza de un menor a través de redes sociales. 

“El adulto abre la conversación, le da seguimiento, aparenta interés en sus problemas, aparente intención de acompañar y luego sugiere el físico y lo invita a migrar de unas plataformas a otras. El atacante va a utilizar la astucia para que esta persona, este niño, este adolescente migre a otra plataforma en la que sus papás o sus mamás no puedan ver ese registro”, advierte la experta consultada.

“Depredadores” cibernéticos 

Gracias a la intervención de la Interpol y autoridades migratorias hondureñas, la adolescente nicaragüense logró volver a casa antes de encontrarse con la persona desconocida. El caso, sin embargo, pone en evidencia lo fácil que es para los depredadores cibernéticos manipular a menores a través de plataformas digitales. 

Ante este panorama de riesgos en línea —desde el grooming hasta el sexting y otras formas de manipulación digital— la experta considera fundamental que madres, padres y los mismos adolescentes estén informados y preparados, pero también establecer límites y fomentar la comunicación. 

“En mi caso, los muchachos de aquí de la casa solo hablan con gente y juegan con gente de los equipos que conocen o que son familiares, que conocen en la vida real y tienen una prohibición de publicar cualquier fotografía”, explica. 

Es importante —agrega—, que padres y madres analicen cuándo es “conveniente” darle a un adolescente un dispositivo móvil.

Por otro lado, conviene que los adultos responsables de ese adolescente tengan el conocimiento sobre “cómo acceder a las cuentas remotamente sin incluso tener acceso al dispositivo”.

Establecer reglamentos internos en casa sobre el uso de dispositivos móviles. “A mí me entregan el celular máximo a las 10 de la noche cuando estamos de vacaciones, por ejemplo”, señala. “Es importante tener esa comunicación que te permita exponerle a tu hijo que hay y estén conscientes de que están enviando a su hijo a un océano donde hay todo tipo de tiburones que no van a medirse”, puntualiza la experta.

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La Lupa Nicaragua