Cinco semanas después que Daniel Ortega, el 18 de mayo, informara que hasta esa fecha se reportaban 309 muertes por neumonía en el país, el Ministerio de Salud (Minsa) publicó el boletín epidemiológico de esa semana con datos que no coinciden y son tarde para tomar decisiones o prevenciones, consideran epidemiólogos consultados.
El boletín correspondiente a la semana epidemiológica número 19 se publicó este jueves y el número 20 este sábado, ambos con seis semanas de retraso. En realidad, se tendrían que haber publicado en mayo. De acuerdo con los datos del 4 al 16 de mayo murieron 53 personas por neumonía, es decir, que en todo lo que va de 2020 han fallecido 139 personas por esta causa, muy distante de las 168 que se habían registrado en el mismo período de 2019, y demasiado lejos (170 muertes menos) de las 309 que había afirmado Ortega.
Es decir que las inconsistencia entre la información del Ejecutivo y la del Minsa siguen manteniéndose, y la desconfianza en las estadísticas del Minsa también, así como ha sucedido con todo el manejo de la pandemia por COVID-19. De acuerdo con el epidemiólogo Rafael Amador, la información sino es oportuna en el tiempo, sobre todo, cuando es de tipo epidemiológica, ya no funciona para el propósito para el cual fue creado, que es contar con información del momento, que permita a las personas que están dando vigilancia epidemiológica tomar las medidas en tiempo y forma, explicó.
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Con respecto al Boletín sostiene que si se recibe información de una situación que sucedió hace un mes, queda “como información anecdótica, queda para los registros, pero no para lo que fue creada, pero no para la toma de acciones oportunas”, expresó.
El ocultamiento de cifras no es un tema nuevo en el régimen orteguista. Sin embargo, con la pandemia de COVID-19 ha sido parte de la estrategia para imponer una normalidad que solo convence a sus partidarios, a como han mencionado diversos analistas, puesto que la población está consciente del riesgo del contagio por el SARS-CoV-2, el aumento de casos, la saturación de los hospitales y la atención de varios enfermos de COVID-19 en sus hogares bajo el auxilio de profesionales de la salud de forma virtual.
Pero, ¿por cómo afecta ocultar el boletín epidemiológico?, el epidemiólogo Álvaro Ramírez explica que esta herramienta permite comparar los datos de la incidencia de enfermedades de un año a otro, además del comportamiento a lo largo del tiempo de infecciones, virus, varios de ellos endémicas en la población. Esto también ayuda al monitoreo de la mortalidad infantil, la mortalidad materna, entre otros, expresó.
“Este tipo de información sirve para planificadores, para gente que trabaja en programas de ONG para apoyar los controles de malaria, para controlar los diferentes controles de las enfermedades diarréicas agudas, basado en los datos comparativos del año y de los anteriores es una información valiosísima para la toma de decisiones de las autoridades de salud en activo, ya, ahora, en tiempo”, expresó.
El boletín muestra el acumulado de casos de dengue, chincungunya, zika, malaria, neumonía, leptospirosis, y la mortalidad, siempre en comparación con el año anterior. Ramírez sostiene que esta información facilita la identificación de municipios, departamentos con mayor incidencia de enfermedades contagiosas, y transmisibles. “Nos permite establecer tendencias sobre los años”, sostuvo.
Respecto al retraso de la publicación, el médico advirtió que pueden estar manipulando los datos para mejorar el perfil epidemiológico del país, igual que lo hacen con el COVID-19. “A ellos no les importa cambiar los números”, expresó.
El no publicar el boletín en tiempo, Ramírez coincide en que no permite el análisis en el momento de cómo están progresando las diferentes endemias en Nicaragua, y eso afecta la toma de decisiones para los directores de Silais, para la gente que tiene que decidir dónde se tiene que asignar más recursos en materia sanitaria. Es una información para las acciones de prevención y control de la enfermedades endémicas y epidémicas de Nicaragua.