“Algo nos quiso decir esta fecha, nació mi padre, pero despertó Nicaragua”, reflexiona Dora Argüello, hija del legendario y fallecido Tricampeón Mundial de Boxeo, Alexis Argüello, a tres años de la insurrección cívica.

Estaba predestinado , a que un día, así como el “Flaco explosivo” batallaba en el cuadrilátero, también  los nicaragüenses salieran a las calles a dar el combate sus vidas,  luchar por su libertad y enfrentar al peor y más cruel  de los rivales, la dictadura al mando de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

El 19 de abril inició la masacre más cruel y sanguinaria que ha vivido Nicaragua. La noche de ese jueves de abril de 2018 murieron los primeros jóvenes, de los más de 328 asesinados que dejó  la represión de la policía sandinista junto con los grupos paramilitares afines a la dictadura.

En un intento más del régimen para borrar el verdadero sentir  de la insurrección cívica, declaró el 19 de abril como el Día del Deportista, manipulando, una vez más el nombre de Alexis para justificarse.

“Este es un intento de la dictadura de  minimizar la lucha del pueblo, en aquel día en que los policías y paramilitares mataron a los primeros civiles. Es un día especial para los nicaragüenses, igual para mí, primero por el natalicio de mi padre, pero sobre todo por lo que significa para la lucha cívica y  seguir denunciando las violaciones del régimen de Ortega y Murillo”, explica la hija  del legendario Alexis.

Dora Argüello, exiliada en Estados Unidos desde la muerte de su padre, explica que el régimen siempre se ha valido de usar la imagen de Alexis para sus propagandas políticas, aún cuando este tuvo grandes desavenencias con el  Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) cuando era Alcalde de Managua.

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“Los nicaragüenses no podemos olvidar esta fecha, no podemos declinar en nuestra lucha, porque ya no queremos vivir en dictadura. Queremos justicia, ni más impunidad. Han usado la imagen de mi padre para su patrañas, tiene el cinismo de hacerle homenajes cuando ellos mismos son los responsables del asesinato de mi padre”, señala.

La hija  de Alexis tiene más de una década pidiendo justicia por la muerte de su papá. El que fuese Alcalde de Managua murió en circunstancias extrañas y relatos inconsistentes de la policía, la cual dictaminó un supuesto suicidio de una bala en el pecho en su casa de habitación.

“Cuando haya un sistema de justicia transparente en Nicaragua, cuando ya no haya dictadura, haremos justicia no solo por la muerte de mi padre, sino por todos los que ha asesinado el régimen”, advierte.

Elecciones sin garantías no es la salida

A tres años de la insurrección del pueblo nicaragüense se desglosan varias  reflexiones y  se miran los fallos. Para Dora, el error  fue haberse abierto al diálogo con un Ortega, quien nunca demostró intenciones para acabar con la represión ni salir del poder.

“Sentarse hablar con criminales fue un error, porque el régimen  ha demostrado ser irrespetuoso de los derechos humanos siempre. Entonces negociar con un criminal fue darle oxígeno a la dictadura. La oposición se ha limitado a darle oxígeno a una dictadura que nunca ha mostrado señales de hacer reformas ni de liberar a los presos políticos”, señala.

Actualmente existen más de cien presos políticos en Nicaragua, y las reformas electorales se limitaron a medida que el régimen tuviera control total y limitar a otros aspirantes presidenciales de la oposición. En año electoral la represión del régimen orteguista se ha intensificado y ha cerrado filas con los agentes policiales para que los civiles no puedan manifestarse en las calles.

“Irse a elecciones sin garantías no es la opción mas viable, ya que evidentemente serán fraudulentas. La oposición debe escuchar a la gente, y no irse a elecciones para no reconocer a Ortega como presidente”, dice Dora.

Lo que nos deja la Rebelión de Abril

Alrededor de cien mil nicaragüenses están en el exilio producto del asedio y amenazas por parte de los simpatizantes y miembros activos del partido de gobierno. Estar lejos de la tierra que les vió nacer  ha sido difícil, pero su lucha no declina y desde la distancia siguen denunciando ante el mundo los delitos que  comete el régimen sandinista.

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Han pasado tres años, y parece que Nicaragua sigue viviendo el mismo abril, una fecha que se quedó grabada en las mentes de los que aún viven. Reflejada en el llanto y dolor de las madres que perdieron a sus hijos e hijas, en las miradas de esos estudiantes y campesinos, testigos del asedio, de la amenazas. Grabados en los cuerpos maltratados y torturados de los presos políticos. Abril dejó luto, pero prendió la chispa de libertad de una nación que estaba esclavizada bajo los grilletes de una dictadura.

Quizás fue el destino, tal vez esta fecha en especial el mismo Alexis quiso pronunciarse a través del pueblo al que tanto quiso, el hecho es que un 19 de abril de 2018 marcó el inicio de la lucha  cívica de una Nicaragua tan valiente y aguerrida como el propio “Flaco explosivo”.

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