Turbas del régimen de Daniel Ortega irrumpieron en la misa de cuerpo presente que fue ofrecida en la Catedral Metropolitana de Managua para el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, que falleció el pasado 1 de marzo.

Los fanáticos enviados por la dictadura ni siquiera permitieron que culminara la misa de cuerpo presente para cometer sus actos delincuencias, puesto que mientras monseñor Rolando Álvarez, de la Diócesis de Matagalpa, ofrecia sus primeras palabras los sujetos le robaron al estudiante Benjamín Aguilar su mochila, celular, computadora y billetera. 

“Son unos criminales de la dictadura”, dijo en medio de los nervios el estudiante atacado por las turbas durante la misa dedicada a Ernesto Cardenal.

Además de robar dentro de la Catedral, los sujetos vociferaban, absurdamente, contra el féretro con el cuerpo de Cardenal. El acto dirigido por el régimen orteguista fue calificado por la poeta Gioconda Belli como “lo más bajo” a lo que ha llegado Ortega-Murillo.

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La poeta fue perseguida por uno de los periodistas del régimen orteguista que, lejos de buscar entrevistarla, la acusaba de ser “traidora de la patria”.  Belli se limitó a decir que el sujeto que la persiguió hasta su vehículo “no era profesional” y era un tipo “irrespetuoso”.

El régimen orteguista decretó, el pasado 1 de marzo tras la muerte de Cardenal, tres días de duelo nacional, pero decidió irrespetar sus honras fúnebres, pues los orteguistas dejaron claro que eran enviados portando sus banderas del FSLN y afirmando que llegarían hasta el 2021.

ATACAN A PERIODISTAS

El grupo de turbas orteguistas, además de profanar el acto religioso dedicado a Cardenal, se ensañaron con los periodistas independientes que daban cobertura a las agresiones  y violencia que cometían.

Los periodistas Hans Lawrens de Nicaragua Investiga, Leonor Álvarez y Óscar Navarrete del Diario La Prensa, David Quintana de Boletín Ecológico y Arnaldo Arita de CNN fueron solo algunos de los periodistas que hasta el momento han denunciado que fueron golpeados por los orteguistas.

Extraoficialmente, se conoce que Lawrens y Quintana tuvieron que ser trasladados a un hospital, tras la golpiza que recibieron, ya que uno estaba escupiendo sangre y el otro presentaba grandes hematomas en su rostro.

La periodista Álvarez fue pateada por los orteguistas. Además, una mujer la arañó y golpeó en su brazo, pero prefirió no asistir a un hospital. Mientras que el camarógrafo Arita fue pateado en sus piernas hasta ser doblegado para robarle su equipo de trabajo.

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La Lupa Nicaragua