Presas políticas en celdas de máxima seguridad y en total aislamiento en Nicaragua
23 mujeres presas políticas sufren falta de atención médica, aislamiento, tortura psicológica, denuncian familiares y organizaciones
23 mujeres presas políticas sufren falta de atención médica, aislamiento, tortura psicológica, denuncian familiares y organizaciones
En Nicaragua hay 138 personas presas políticas que viven condiciones carcelarias catalogadas como “violaciones a derechos humanos”, por diferentes organizaciones defensoras; en especial, por el hecho de haber perdido su libertad por motivos políticos y, por haber sido condenadas bajo procesos judiciales arbitrarios sin cumplir con el debido proceso.
Entre estas personas hay 23 mujeres condenadas por pensar diferente al régimen Ortega-Murillo. Una de ellas es Anielka García, quien fue condenada a ocho años de prisión por los supuestos delitos de menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas.
Según sus familiares, la joven está presa por una camisa que le encargaron, «sólo porque tenía un ave nacional y decía: Vive abril, Nicaragua libre».
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«La arrestaron y le confiscaron todo su negocio, hasta la papelera de la basura. Lleva dos cumpleaños encerrada», dijeron.
Sobre las condiciones carcelarias de Anielka, sus familiares narran que «algunas funcionarias son malas y, una vez sufrió intoxicación por el estado de la comida», en las celda hay «zancudos y sapos grandes y amarillos, que dice que no la dejan dormir».
García tiene 14 meses presa, el mismo tiempo que tiene de ver a sus hijos de ocho y dos de edad, solamente una vez al mes, ellos han tenido que sobrellevar la ausencia de su madre.
“El niño mayor es el que ha sufrido mucho, porque a la hora de la detención él estaba con ella y, cuando entraron el montón de policías y antimotines allanando la casa, él presenció todo y él es el que sufre mucho. El otro niño es pequeño”, explican.
Una situación similiar vive Jaqueline Rodríguez, quien también tiene hijos menores de edad, de nueve y cuatro años y padece de enfermedades crónicas como diabetes, además de serios problemas de depresión debido a la ausencia de sus hijas.
Rodríguez, se encuentra en una celda de máxima seguridad en el Sistema Penitenciario La Esperanza, lo que le ha provocado nuevos padecimientos como depresión y problemas renales.
“En La Esperanza no les permiten el ingreso de medicamentos específicos para enfermedades crónicas, lo que les permiten es el acceso a acetaminofén, vitamina C, ibuprofeno, a ella no le están tratando la diabetes. Ha tenido episodios de depresión. A ella le han dado episodios donde se ha despertado llorando y gritando el nombre de sus hijas, ellos (los custodios) no le prestan atención a lo que pasa con Jacqueline”, compartió uno de sus familiares.
Debido a que se encuentra en una celda de máxima seguridad, el agua que consume Jaqueline es sumamente caliente, “ella no tiene agua potable, sino que tienen que almacenar agua en un balde y el agua se pone muy caliente dentro de la celda”, detalló su familiar.
A esta madre se le permite ver a sus hijas una vez al mes, por un periodo máximo de 45 minutos, pero las niñas se han sentido incómodas por las revisiones exhaustiva de los custodios al momento de las visitas, “a veces hasta han tenido que decirle a los custodios que allí no las toquen y que las dejen porque se han sentido mal en las revisiones”, afirmó.
La mayoría de las presas políticas están en celdas de máxima seguridad.
Alexandra Salazar, coordinadora de la Unidad de Defensa Jurídica (UDJ) confirmó que las condiciones de aislamiento que vive Rodríguez, las viven todas las demás presas políticas.
“La mayoría de las mujeres que se encuentran en cárcel, están sometidas a aislamiento, las que tenemos registradas se encuentran en un pabellón de máxima seguridad, sus derechos y garantías siguen siendo vulnerados, más profundamente que los de las personas presas comunes”, explica.
La UDJ ha identificado que a las mujeres presas no se les ha brindado atención ginecológica, “que es fundamental en el cuidado de su salud y vida”.
15 de las 23 presas políticas son madres de familia, así lo indica el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas y, no siempre se les permite ver a sus hijos.
“De las mujeres (presas), 15 son madres. Es variado el trato. A algunas, las han dejado que sus hijos las visiten pero no en todas las ocasiones. Hay otro grupo, como por ejemplo, la diputada Nancy que hace meses no le dejan ver visitas”, explica Salazar.
A estas mujeres, “se les ha negado por periodos de semanas, hasta meses, ver sus familiares. Para la primera visita suelen pasar meses, ya que al inicio la Policía niega tener detenidas a las personas”.
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Salazar aseguró, que a una presa detenida en periodo de lactancia, “no se le permitió tener el acceso necesario para amamantar a su bebé de conformidad con los requerimientos alimenticios del menor”.
El Grupo de Reflexión de Excarcelados Políticos (GREX), el que mantiene un monitoreo constante de las condiciones de las personas presas políticas, ha hecho un llamado urgente por la presa política Olesia Muñoz Pavón, quien según informan “se está poniendo en peligro su vida misma, ella padece de azúcar y no ha recibido ningún tipo de atención especializada».
«No se le aplican las medicinas que le lleva a la familia y, ni siquiera tiene derecho a medidas de control de cómo evoluciona el azúcar que es algo muy común entre los pacientes que padecen esta enfermedad”, señala el GREX.
De la misma manera abogan por Evelyn Guillén, quien tiene problemas de salud mental y, “por el momento se mantiene controlada a partir de que por fin le aceptaron las pastillas pero también sigue teniendo problemas de una muy pésima atención médica”.
Un reciente informe del Monitoreo Azul y Blanco, dio a conocer que al 20 de mayo que persistencia las torturas y tratos crueles e inhumanos en contra de las personas presas políticas, así como maltrato, condiciones de hacinamiento y falta de atención médica adecuada.
Los principales tratos crueles e inhumanos documentados por el Mecanismo sobre las personas presas políticas, son: 1) exposición al peligro al ubicarles en celdas con reos comunes, quienes los amenazan y agreden verbalmente; 2) extorsión por parte de reos comunes y, también del personal del sistema, dónde con falsas promesas engañan a los presos políticos y sus familiares; 3) negación de cocinar alimentos, para obligarlos a comer lo del penal, comida que les enferma; 4) comida contaminada con patas de cucarachas, gusanos, incluso se percibe bicarbonato de sodio; 5) interrupciones del sueño en las madrugadas para obligarlos a estar despiertos; y, 6) negación de patio sol y hacinamiento en las celdas.
“Los torturan psicológicamente con la esperanza que ya los van a sacar, los engañan. A unos les dicen que sus familiares se olvidaron de ellos. A otros, los amenazan sobre que si hacen alguna huelga o algo con sus familias afuera, les va ir peor”, explica el Mecanismo.
A la UDJ le han llegado reportes de nuevas incorporaciones de custodios más jóvenes a los sistemas penitenciarios que se han comportado más agresivos.
“De parte de ellos vemos el incremento de las agresiones físicas en contra de las personas presas políticas, la interrupción del sueño de manera constante, pues en las noches los despiertan apuntándoles con la luz a los ojos; también, afuera de los pasillos irrumpen con perros o entran a las celdas con perros para hacer requisas“.
Para esta organización defensora de personas presas políticas, además de agresiones físicas también sufren tortura psicológica, ya que los custodios les generan esperanzas de que saldrán pronto de prisión.
“Ha habido esa dinámica de generar esperanzas a las personas presas políticas sobre su salida para que después caigan en desesperanza y desesperación”, afirman.
La UDJ argumenta que una de las violaciones generalizadas para las 138 personas presas políticas es el impedimento “del ejercicio adecuado de la defensa por parte de sus defensores y vemos una sostenibilidad en la práctica de la realización de audiencias virtuales, más de la denegación de toda la información de sus casos a los familiares”, destacó Salazar.
Para el GREX hay más de 23 presas políticas, debido a las recientes detenciones arbitrarias que ha llevado a cabo el régimen, “fácilmente podemos llegar a las 30 mujeres presas políticas, en las próximas semanas, de manera formal y oficial”, anunció.