La madre del adolescente de iniciales O.B.R.G. denunció, ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), el abuso de autoridad cometido por la Policía orteguista contra su hijo, quien fue golpeado, amenazado y mezclado con reos comunes por tres días en el distrito dos de Managua.
El menor fue detenido ilegalmente el pasado tres de febrero a las 11 de la mañana, cuando circulaba por el Cementerio General. Según el relato de la madre, el adolescente estaba fuera de su casa porque lo había mandado a comprar un papel sellado. Sin embargo, minutos después se enteró -por el llamado de unos vecinos- que a su hijo lo tenía retenido la Policía.
“Me dicen que lo tienen detenido, que no me le daban pase de irse a la casa y que me lo trataban de delincuente. Un señor -que ni lo conozco- le decía que le entregara el dinero o que le diera el celular, entonces, la Policía me dice que nos trasladarían al distrito dos de la Policía”, detalló la progenitora del menor.
- Lea también: «Siento que me van a venir a matar», afirma adolescente que fue marcado con «PLOMO» por turbas orteguistas
Agregó que, luego de varios minutos de estar en la estación policial, un oficial se le acercó a indicarle que el adolescente quedaría detenido y, después que se lo llevaron, no pudo verlo hasta las 11 de la noche del miércoles, 05 de febrero, cuando lo llevaron hasta su casa.
“Desde que lo detuvieron no me daban razón de él. El comisionado mayor Alejandro Ruiz no me daba respuesta. No me daban la cara. No me decían los nombres de los que acusaban a mi hijo. Nada supe hasta que me lo llevaron ayer (miércoles) a la casa”, lamentó la madre evidentemente indignada.
SUFRIÓ AGRESIONES
Una vez que el menor fue puesto en manos de su madre, reveló que dentro de la estación dos de la Policía fue golpeado y amenazado.
El adolescente, de 15 años, relató a su mamá que el primer día de encierro lo vivió en una celda oscura, donde por temor a lo que le fueran a hacer empezó a llorar, lo cual disgustó a uno de los policías que custodiaba el lugar y éste entró a golpearlo en el pecho, espalda y muslos.
“Desde el primer día me lo golpearon. Lo pusieron solo en una celda y como mi hijo no está acostumbrado a dormir solo o estar en una celda, entonces, solo porque estaba llorando un policía entró en la celda y me le dio un solo (golpe) en el pecho, después me le pegó en la espalda”, denunció la mamá del menor.
Asimismo, señaló que el adolescente -luego de ser golpeado- fue trasladado a una celda con reos comunes, los levantaban a las cuatro de la madrugada y me lo ponían a limpiar, bajo la amenaza de que si no lo hacía lo iban a golpear.
La abogada Carla Sequeira de la CPDH indicó que el actuar de la Policía en el caso de este menor fue totalmente “arbitrario”, ya que fue retenido por más de 24 horas, que establece el Código de la Niñez y la Adolescencia, fue mezclado entre delincuentes, no se le había asignado un juez, no se le pasaba la comida que le llevaba su madre y fue golpeado y amenazado.