El salario mínimo en Nicaragua está estancado desde 2018 y hasta este año se está negociando un incremento. ¿Es suficiente esta paga para cubrir la alimentación básica de una familia, sin considerar otros gastos como transporte, vivienda y vestimenta?

Gladys Guido labora como conserje en un colegio privado de Managua donde devenga un salario de 6 mil 200 córdobas mensuales, el equivalente a 182 dólares aproximadamente, que sirven para la manutención de su hogar, donde viven ocho personas.

“Mis hijos son seis, tres trabajan con mi esposo que es maestro de obra (albañil) y trabajan eventualmente, porque ahorita se ha caído el asunto de la construcción, entonces, ahorita digamos que solo con lo mío estamos sobreviviendo”, señaló Guido.

En Nicaragua, el último salario mínimo aprobado entró en vigencia el 1 de septiembre de 2018. Ese año las autoridades del Ministerio del Trabajo (Mitrab) decidieron congelar los salarios y que se mantuvieran los mínimos aprobados y establecidos en el “acta número 2 del 23 de agosto del año 2018” hasta el 29 de febrero del año 2020 debido a la recesión económica que enfrenta el país.

El Código del Trabajo define el salario mínimo como la remuneración mínima de dinero al que tiene derecho todo trabajador por los servicios prestados, según las distintas actividades económicas que registra la ley en el país.

La Comisión Nacional del Salario Mínimo es la encargada de determinar periódicamente los incrementos conforme con la ley. En 2018, el incremento fue de 10.40% aplicado en dos partes durante el transcurso del año.

salario mínimo Nicaragua

Según lo aplicado, la paga mínima en el país varía entre 4 mil 176 y 9 mil 346 córdobas (entre 122 y 274 dólares), dependiendo del sector y/o actividad económica en la que se labora. El salario más bajo lo tiene el sector agropecuario.

Por normativa laboral, durante el 2019 Guido no recibió ningún ajuste salarial, pero en el centro educativo donde labora, anualmente recibe un mínimo incremento que el año pasado fue de 300 córdobas, afirma.

“Aunque el año pasado no nos aumentaron el salario (por ley), el colegio sí nos aumentó un poco y como son cristianos ellos están siempre pensando también en nuestros gastos, aunque sea poco, pero ellos nos aumentan, claro no es como quisiéramos ganar”, sostiene Guido.

SALARIO NO AJUSTA

Con el congelamiento del salario mínimo los trabajadores han tenido que sortear los incrementos de la canasta básica.

Partiendo de las últimas estadísticas publicadas por el Banco Central de Nicaragua (BCN), entre enero y julio de 2019, el grupo de los 23 productos que conforman la división de alimentos de la canasta básica en Nicaragua, experimentó un ajuste de 649.47 córdobas.

Hasta julio del año pasado, según los últimos datos publicados por el BCN, la cesta tenía un costo de 14 mil 159 córdobas, incluyendo las tres divisiones que la conforman: alimentos, productos del hogar y vestuario.

Para una persona que trabaja en el sector de Servicios Comunales Sociales y Personales, cuyo salario mínimo es de 5 mil 854 córdobas, cualquier ajuste que se haga es un duro golpe para su economía personal y familiar.

Los productos que conforman la canasta básica empezaron a tener una escalada en su precio desde el 28 de febrero de 2019 cuando entró en vigencia la reforma a la Ley de Concertación Tributaria que aprobó la Asamblea Nacional que responde a los intereses del régimen de Daniel Ortega.

“A veces para ajustar la quincena uno opta en variar un poco la alimentación, los precios son caros y uno va a cotizar para poder comprar la comida”, explica Guido.

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OTRAS NECESIDADES

Quienes devengan un poco más que el mínimo establecido para las actividades económicas como el caso de Marlon Martínez, de 32 años, quien labora como asistente administrativo en una pizzería de Managua, también deben hacer malabares para satisfacer las necesidades en el hogar.

Cuando es necesario, Martínez debe elaborar pizzas por los mismos 9 mil córdobas mensuales que devenga con tal de preservar su trabajo.

“Mi salario no me ajusta para comprar la canasta básica, incluso, no concuerdo con esa cifra que da el banco, considero yo que está más cara, yo tengo que compartir los gastos con mi pareja y aun así no damos abasto para comprar todo”, afirma Martínez.

Con el salario que devenga, además de la alimentación, debe asumir el pago de colegiatura de sus tres hijos, el alquiler de la casa donde habitan porque no tienen una propia y el transporte que utilizan para su movilización diaria.

“Solo en comida el gasto anda por 6 mil córdobas al mes y eso que comiendo una o dos veces por semana carne, en la colegiatura de los niños son 2 mil 100 córdobas la mensualidad y la casa son 80 dólares”, señala Martínez quien debe laborar a veces horas extras las que le compensan con días descansados.

En 2014, el mínimo oscilaba entre los 2 mil 850 y 6 mil 410 córdobas y de forma paulatina los trabajadores de los diferentes sectores económicos del país han experimentado un ajuste salarial.

Al no recibir el incremento que por ley corresponde la situación de los trabajadores continuará deteriorándose, explicó el dirigente de la Confederación General de Trabajadores Independientes (CGTI), Nilo Salazar.

“Los que no reciben ajuste de salario mínimo, porque incremento no existe, ni nunca han existido, lo que ha existido son ajustes, pero al no recibir este ajuste cada día la situación se les empeora económicamente porque la canasta básica, aunque la escondan, porque el Banco Central jamás sube los precios, en la práctica se encarecen cada vez más”, agregó Salazar.

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Foto tomada de El Nuevo Diario

Nicaragua vive el tercer año de recesión económica desde el inicio de la crisis sociopolítica. Según el dirigente sindical aquellos nicaragüenses que todavía conservan su empleo y tienen una mejor remuneración también “están muy por debajo en correspondencia con el costo de la canasta básica”.

“Ese es un asunto bastante preocupante para la clase trabajadora, porque cada día los está estrangulando más”, agregó Salazar.

El pasado 30 de enero, la mesa de negociación del salario mínimo quedó formalmente instalada con la participación de 32 miembros entre representantes del sector público, sindicatos y miembros de la micro, pequeña y mediana empresa, pero con la ausencia del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).

Ante el anuncio de la convocatoria, el Cosep propuso aumentar el techo exento del pago del Impuesto sobre la Renta que se aplica al salario para compensar el deterioro del salario de los trabajadores.

NO ES INTERÉS DEL RÉGIMEN

Para el sociólogo y economista, Cirilo Otero, no está entre las “prioridades” del régimen hacer una mejora salarial.

“No creo que el Gobierno esté interesado en subir el salario por eso es que siempre cuando hay esa discusión del salario mínimo, el Gobierno manda amarrado a los sindicalistas blancos y le dice hasta dónde, cuál es el techo que pueden subir de porcentaje (para el ajuste) y que en base a eso discutan”, manifestó Otero.

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En Nicaragua, según el economista, se sigue tomando como referencia el costo de la canasta básica para incrementar el salario mínimo sin medir “la complejidad del trabajo”.

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Trabajadores se quejan que el salario mínimo no les da para cubrir sus necesidades básicas. Foto tomada de Confidencial

“Un salario mínimo tiene que ver con la base sustancial económica y nosotros tenemos un modelo económico atrasado en el siglo 17 no está industrializado, sino que somos agrícolas y pecuarios y eso hace que el salario en esas condiciones sea de tendencia baja, porque las condiciones y la complejidad es tradicional”, puntualizó Otero.

“Lo que ganamos no ajusta, pero ahí estamos viviendo de la misericordia de Dios, yo creo que todo el país entero está bajo la misericordia de Dios”, dice Gladys Guido. Aunque se incremente su salario mínimo, la canasta básica seguirá subiendo.

Foto principal: La Prensa/Archivo

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