El dictador Daniel Ortega reapareció este diez de junio en una reunión virtual entre los presidentes del ALBA. Durante su intervención, de un poco más de 20 minutos, aprovechó para quejarse de las sanciones estadounidenses, de criticar el manejo del COVID-19 en Estados Unidos y de lo que llamó «el capitalismo salvaje». Sin embargo, no dedicó ni un minuto a hablar sobre las medidas urgentes que se necesitan para frenar la pandemia en Nicaragua.
Además, el dictador de Nicaragua dijo acoge la propuesta de su homólogo Nicolás Maduro, dictador de Venezuela, de conformar un «grupo de trabajo» para «enfrentar» la pandemia de la COVID-19.
«Esta convocatoria que ha hecho nuestro hermano Nicolás Maduro resulta oportuna, oportuna para seguir trabajando lo que ya veníamos trabajando y ya dar el primer paso de esto que proponía Nicolás, formar ya el grupo de trabajo dentro de ALBA ¿para qué? Bueno, vamos a la búsqueda de la vacuna, de todo lo que son los componentes médicos para enfrentar este tipo de pandemia y retomando que en este tipo de circunstancias los retos que nos hemos planteado en el ámbito económico, en el campo del intercambio, en el campo de comercio», dijo Ortega acompañado de Rosario Murillo.
La reunión entre los países miembros del ALBA-TCP, según había informado la vocera del régimen, Rosario Murillo, trataría sobre economía, finanzas y comercio en el marco de la COVID-19. Sin embargo, Ortega no mencionó nada sobre la petición del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) que urgió medidas sociales, sanitarias y económicas.
Sanciones
No obstante, el dictador no olvidó mencionar las sanciones «contra los pueblos» que dirige Estados Unidos. » (…) Contra Nicaragua han continuado también con lo que llaman sanciones, que no son meás que agresiones para buscar como asfixiar. Ellos se han vuelto expertos en asfixiar, en matar por asfixia y así quieren matar a nuestros pueblo, pero nuestros pueblos tiene historia de lucha, de batallas, contra el colonialismo, una historia de batallas contra el expansionismo norteamericano, una historia de batalla en contra de los golpes de estado organizados, articulados por gobernantes norteamericanos (…)», señaló Ortega.
Sin embargo, Ortega obvió mencionar que en el país las sanciones en realidad han sido dirigidas para sus funcionarios y no contra el pueblo de Nicaragua, tampoco informó que estas son impuestas porque los funcionarios han sido señalados de cometer actos de corrupción y violaciones a derechos humanos. En total, hasta la fecha, se contabilizan 20 funcionarios sancionados, entre ellos: Rosario Murillo, esposa de Ortega, Laureano Ortega, hijo de Ortega, Francisco Díaz, consuegro de Ortega y comisionado general de la Policía.