La gestora cultural y artesana indígena, Nury Oporta, formará parte de la Recopilación de Arte de Mujeres Mesoamericanas, un concurso que ganó por las artesanías de material de tuno que realiza desde hace 16 años.

Esta recopilación de arte está dirigida por la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales de Mesoamérica; y brindará la oportunidad a Oporta de compartir su arte a nivel internacional con otras mujeres indígenas de la región.

“Estoy muy alegre porque fui seleccionada. A través de la artesanía voy a representar mi arte; y voy a dar a conocer en diferentes lugares este material de tuno, cómo se elabora y cómo se conecta con nuestra cultura caribeña. Es un gran honor ser parte de esta recopilación para mostrar mi cultura indígena”, expresa Oporta de 41 años.

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La recopilación está conformada por varias artistas ganadoras de Centroamérica y México, y contará con una reunión presencial para que todas se conozcan. Según Oporta, todavía no les han indicado las fechas, pero asegura que se encuentra muy feliz de poder compartir con otras mujeres de otros países.

Tela de tuno, un legado indígena

El tuno es una tela que proviene de la corteza de árbol de hule y se produce principalmente en el Caribe Norte. Este material ha sido utilizado históricamente por los grupos indígenas miskitu y mayangna como tela de ropa y para actividades espirituales.

En la actualidad, el tuno es utilizado para fines artísticos como en la confección de bolsos y accesorios, o como lienzo donde después se plasma elementos de la cultura del Caribe.

Artesanía de tuno realizado por Nury Oporta. Foto: cortesía

Oporta es una de las primeras artesanas que comenzó a innovar con este material desde el año 2006, pues asegura que anteriormente, el tuno se trataba de una tela que a la gente le parecía aburrida y poco valiosa. Sin embargo, ella encontró un material con potencial para promover su cultura.

“Vi un material que era lindo para trabajarlo. Me gustaba sentir su textura, su naturalidad y su historia, porque es un material de la cultura indígena, que fue de vestimenta hasta utensilios del hogar”, señala la artesana originaria de Waspam, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte.

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De esa manera, a sus 27 empezó a aprender gracias a su mamá que es costurera, y gracias a una tía que brindaba talleres sobre confección de tuno en la Asociación Cultural Tininiska.

Desde entonces, Oporta se destacó por no hacer las artesanías tradicionales de tuno, sino que empezó a experimentar con pinturas, colores y diferentes acabados que no eran comunes. Según ella, uno de sus principales objetivos era darle vida al material y demostrar que el arte indígena podía ser tan atractivo como cualquier otro.

“Actualmente en tuno se ha vuelto un poco más popular, pero es porque artesanas como yo no lo hemos dejado morir. Cuando yo comencé a trabajar con este material no era común y éramos muy pocas personas la que los trabajábamos. Ahora es más común verlo. Pero yo fui la que comenzó a hacer cosas diferentes con él, y me alegra que se haya vuelto popular”, señala la artista.

El arte como una forma de educación cultural

Otro de los objetivos de Oporta con sus artesanías es el rescate cultural de las tradiciones miskitas, pues además de verlo como una forma de arte, también lo mira como una forma de enseñar y promover su cultura tanto a las personas nacionales como a las extranjeras.

Debido a esto, ha llevado sus artesanías a diferentes partes del país en ferias en las que ofrece variados artículos de tuno como aretes, brazaletes, bolsos, trajes culturales, logos, entre otros.

Gracias a su éxito y a la venta en línea a través de Facebook, sus artesanías se han vuelto su fuente principal de ingreso, con la que ha podido sacar adelante a sus tres hijos, quienes todavía dependen de ella.

Su destacado talento la hizo ganadora del primer lugar  del Concurso Nacional de Artesanías en la categoría de fibra vegetal, el cual ganó en diciembre del año pasado.

“Estoy muy orgullosa de mi trabajo porque cuando empecé, me dijeron que para qué quería trabajar en eso, que era un trabajo aburrido, que no iba a lograr nada y que solo iba a desperdiciar mi tiempo”, relata. Sin embargo, Oporta nunca escuchó esos comentarios y continuó adelante con su proyecto, el cual triunfó.

Inspirar a otras mujeres

Oporta ha tenido la oportunidad de mostrar sus artesanías de tuno fuera del país. Hace un par de años fue a Chiapas, México a promover sus diseños. Y ahí pudo compartir con otras mujeres indígenas las vivencias de sus comunidades.

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Durante ocho años también fue parte del Grupo de Mujeres Creativas Yaptayulas, donde estuvo con mujeres de diferentes edades y cosmovisiones haciendo arte. Según ella, motivó a muchas mujeres a valerse por sí mismas con el emprendimiento y a continuar generando ingresos, a pesar del desempleo.

Actualmente Oporta está trabajando para que la venta de sus productos sea nivel nacional, especialmente en Managua, y en diferentes entidades que promueven el emprendimiento.

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