Alrededor de 50 nicaragüenses son solicitantes de asilo en Holanda, uno de los once países más afectados globalmente por el brote de coronavirus. Hasta la tarde de este 18 de marzo, las autoridades oficiales contabilizaban más de dos mil personas con test positivos de coronavirus, y un total de 58 muertos, en su mayoría personas mayores de 60 años de edad.
Ante el rápido ascenso de contagios en este país europeo, las autoridades han tomado la medida de hacer una cuarentena de tres semanas. Sin embargo, las precauciones no son suficientes en sectores más expuestos al contagio del coronavirus, como son los centros de refugio. La inseguridad que se siente respecto al brote invade la preocupación de los nicaragüenses que viven en estos albergues.
Albert Fernández, tiene siete meses de estar en Holanda, tuvo que huir con su familia de Nicaragua debido a las amenazas y persecución política por parte de la dictadura Ortega-Murillo. Este se encuentra en el refugio de AZC Ech, donde se albergan más de tres mil refugiados de distintos países en conflicto.
“Son varias las dificultades que enfrentamos en el refugio. Compartimos el baño con todos, eso quiere decir que cada vez que usemos el baño, nos lavemos las manos o nos bañemos estamos en posibilidad de contagio. En los centros de refugio hay muchísimas personas, una gran cantidad con condiciones médicas grandes que están en mayor riesgo si llegará el contagio del coronavirus a un AZC. Por más limpio que uno sea, quizá los vecinos no. Entonces estás expuesto siempre. Cocinas, pasillos, baños, áreas comunes”, explica Fernández.
Lo expuesto por Albert lo comparte también la nicaragüense a quien llamaremos “María Pérez” por motivos de seguridad. Ella tiene más de un año de estar en Holanda, es médica general y fue sobreviviente de la masacre de la Divina Misericordia.
“Las dificultades son el hacinamiento en el que se vive, hay muchas personas que no tienen idea de la higiene, así también gente que no está enterada de lo grave del coronavirus, la verdad es una situación a mi parecer negligente. La toma de medidas fueron mínimas, fue hasta hace unos días que se cancelaron las actividades que se organizaban en el centro, antes de eso, no hubo ninguna medida en los centros para solicitantes de asilo”, señala Pérez.
EN GILZE LAS MEDIDAS SON MÁS DRÁSTICAS
Por su parte, Álvaro, tiene casi dos años de ser solicitante. Escapó con su familia de Nicaragua por amenazas de muerte directas de un paramilitar afin a la dictadura y explica que en el centro de refugio Gilze en Holanda, donde está con sus dos hijas y esposa, se han tomado las medidas necesarias para la prevención.
“En nuestro centro de refugio Gilze, la parte administrativa ha tomado medidas que consideró necesarias para el cuido y la salud de nosotros los refugiados, han cancelado todas las actividades, escuelas y cerrado espacios donde pudiese haber conglomeración de personas. En cada edificio han puesto un listado de recomendaciones a seguir”.
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Álvaro también explica que sus hijas no han dejado de estudiar y que las autoridades del centro han mantenido las clases via online.
“A pesar de que las escuelas de mis hijas están cerrados, están siendo a la vez proactivos. Por ejemplo: han venido el mensajero de la escuela de hija mayor para dejar material didáctico para que trabaje y estas tareas tienen que entregarse en una semana. Mañana mi niña menor tendrá una visita de su maestra en Tilburg para dejarle material de estudio (aparte de las tareas que tiene en línea que igual es bastante) hace que se mantengan entretenidas y no perder la secuencia de estudio”, asegura.
ENFRENTAR EL CORONAVIRUS
Los solicitantes de asilo nicaragüenses han tenido que irse muy lejos de su país principalmente para resguardar sus vidas. Sin embargo, ahora enfrentan algo que pondría en riesgo sus vidas ante un brote masivo en los centros de refugio.
“ El contagio será inevitable, lo importante es seguir las recomendaciones del Gobierno de Países Bajos en mantenerse en cuarentena y lo más importante es mantener de ahora en adelante una extrema cultura de higiene y seguridad. Por otra parte veo esto como un aprendizaje, es increíble cómo el Gobierno toma medidas estrictas y responsables para los habitantes de Países Bajos (cerrando escuelas, bares, discotecas y toda concentración deportiva, conciertos quedan totalmente cancelados) a cambio de las autoridades de Nicaragua que lo que hacen es más bien hacer concentraciones poniendo siempre en riesgo a los más vulnerables”, comenta Álvaro.
Para “María Pérez”, la mejor medida para resguardar su vida frente al coronavirus fue irse temporalmente a la casa particular de una amiga, así alejarse de un posible brote en el albergue.
“Los que tiene las posibilaidades de irte a una casa con un amigo, amiga, pues hacerlo, para resguardar la salud, tu vida, porque de verdad el hacinamiento en la que están varios de los refugios no es conveniente ante la crisis sanitaria que provoca el coronavirus”, afirma.
En cuanto Albert Fernández, enfrentar esta crisis es muy diferente a huir de una dictadura que asesinó a más de 300 personas. Son dos situaciones diferentes, la diferencia radica en con el coronavirus puede tomarse precauciones para evitar contagio.
“Frente a esta crisis sanitaria, creo que no hay nada que hacer, solo cuidarse y tratar de cuidar a los demás aconsejando. Esto no es algo como una dictadura en la que adrede salieron a asesinarnos, esto es distinto y solo nos queda tomar precauciones”, dice.
REFUGIOS DE EMERGENCIA
Este lunes el Ministerio de Justicia y Seguridad de Holanda anunció que las puertas del Centro de Recepción Central (COA) para solicitantes de asilo permanecerán cerradas debido al brote del coronavirus.
Todas las personas que llegaron el martes al centro de refugio central, Ter Apel fueron acomodadas para evitar que las personas sean puestas en la calle. Aún no se conoce la ubicación del refugio de emergencia.
El ministerio también afirmó que se crearán espacios desmontables donde los extranjeros pueden permanecer temporalmente hasta que se reinicien los procedimientos de asilo.»Estos pueden ser pabellones o tiendas de campaña, pero los edificios existentes siguen siendo una opción», dijo la secretaria de Estado, Ankie Broekers-Knol para el noticiero holandés, NOS Journaal.
Igual la estamos pasando en España las familias refugiadas.