Nicaragua se ubica en los primeros puestos de las listas de indicadores económicos negativos. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) ubicó a Nicaragua en el segundo puesto de Centroamérica, y el séptimo de América Latina, de los países con la tasa más alta de inflación interanual en el precio de los alimentos, según los datos que recogió esa organización hasta septiembre de 2022.
La inflación de Nicaragua, según la FAO, alcanzó un 17.1% en el precio de los alimentos hasta septiembre de 2022, y en Centroamérica solo fue superado por Costa Rica, que en esta vez fue el país con la tasa más alta con un 21.8%. El tercer puesto fue de Honduras, que alcanzó una tasa de inflación interanual en el precio de alimentos de un 16,2%.
Los países centroamericanos con los índices más bajos de inflación en el precio de los alimentos fueron: Panamá (5,0%), Belice (8.5%), Guatemala (13,1%) y El Salvador (13,5%).
La FAO alertó que los precios de los alimentos han estado aumentando, sobre todo producto de la pandemia del covid-19, a un mayor ritmo en América Latina y el Caribe, divulgando un listado de las tasas más altas de inflación de alimentos en esa región, mismo en el que Nicaragua se ubica en el séptimo lugar.
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«La tasa de inflación de los alimentos en América Latina y el Caribe aumentó un 43,9% en septiembre de 2022. Desde 2018 en algunos países de América Latina los precios de los alimentos se han disparado debido a la alta inflación y la depreciación de la moneda local, lo que ha influido en el promedio regional», señala en el documento.
Además, detalla que en América Latina el país con la tasa más alta de inflación interanual en el precio de los alimentos fue Venezuela, con 110,1%, seguida de Argentina (86,6%) y Haití (32,8%).
Otros países que tuvieron altas tasas de inflación de alimentos y quedaron en los primeros diez lugares de la lista fueron: Colombia (26,6%), Chile (21,9%), Costa Rica (21,8%), Nicaragua (17,1%), Honduras (16,2%) y México (14,5%).
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación explicó que todos estos incrementos no afectan a todos los hogares de la misma forma, pues son las poblaciones más vulnerables, incluyendo los hogares con menores ingresos, los que “se ven afectados de manera desproporcionada por la inflación de los alimentos debido a su mayor asignación de presupuesto hacia los gastos en alimentos”.
“Las altas tasas de inflación reducen el poder adquisitivo de los hogares, particularmente en los ingresos más bajos, donde una parte significativa del presupuesto se destina alimentos, lo que pone en peligro la seguridad alimentaria y la capacidad de pagar alimentos nutritivos”, alertó la FAO, que además instó a los países a ejecutar políticas públicas que mitiguen el impacto, garantizando respuestas integrales de protección social.
En Nicaragua, donde el salario mínimo ronda entre los 7,000 y 12,000 córdobas, dependiendo del sector económico en el que se labore, los ciudadanos tienen que enfrentarse a precios elevados de alimentos, productos de higiene y hogar, vestimenta, servicios y vivienda.
La FAO alerta de posible crisis alimentaria en países con alta tasa de inflación en el precio de los alimentos. #Nicaragua tiene la segunda tasa más alta de inflación en Centroamérica y la séptima en América Latina. pic.twitter.com/yXdzuHpLzS
— La Lupa (@lalupa_ni) May 19, 2023
El Instittuto Nacional de Información y Desarrollo (INIDE), en abril pasado, ubicó el precio de la canasta básica en 19,234.15 córdobas; 13,718.57 córdobas corresponden a costo mensual para cubrir productos alimenticios, 3,534.43 córdobas para productos y servicios de uso del hogar, en los que se incluye gas butano, transporte, servicios de energìa y agua potable, y alquiler; y 1,981.14 para vestimenta.
Sin embargo, algunos de los precios que ubica el INIDE no están acorde con lo que pagan los nicaragüenses. En un reporte de La Lupa, divulgado en marzo pasado, trabajadoras del sector formal e informal relataron cómo «sobreviven» con un salario de 7,000 córdobas, detallando costos que distan de los divulgados por el INIDE, entre estos el precio mensual del alquiler de un cuarto, que el Instituto ubicó en 900 córdobas y ellas en realidad pagan entre 1,500 y 2,000 córdobas por una cuarto dentro de una «pensión o cuartería».
