La madre de una adolescente de 17 años, atleta de taekwondo, nunca imaginó que buscar justicia para su hija la convertiría en blanco de amenazas, vigilancia y hasta la expondría a ser detenida por una acusación de ciberdelito.

La joven denunció por abuso sexual a su exentrenador, Mario Zavala, hijo del presidente de la Federación de Taekwondo de Nicaragua (Fetanic), lo que, según la madre de la joven atleta, ha entorpecido el proceso judicial y desatado una serie de represalias.

“Yo sé que me estoy enfrentando a dos grandes monstruos, pero no feos, sino monstruos de poder. Porque el papá del profesor es el presidente (de Fetanic) y ellos tienen sus influencias”, afirma la madre, visiblemente afectada. “Mi temor es que ahora digan que lo estoy haciendo político, pero yo lo sostengo: lo hago por mi hija, no por ningún beneficio”.

Después de hacer la denuncia en la delegación del Distrito Uno de Policía en Managua, circuló un audio en redes sociales en el que se escucha a Salvador Zavala —padre del acusado— hacer una propuesta a la madre de la atleta como insinuando que no siguiera con la denuncia. La denunciante decidió grabar la conversación para tener otro tipo de evidencia de lo que está ocurriendo.

“Que se cambie de academia, en el Instituto de Deportes, tenemos todas las condiciones (…) Estoy con mucha pena. Voy a meter mis manos para que ella haga su preparación y no va a ser con el profesor Mario, la va a hacer con los entrenadores extranjeros que tenemos nosotros”, se escucha en el audio. 

Del abuso al señalamiento

Todo comenzó el 30 de abril de 2025, cuando interpuso la denuncia formal ante la Policía Nacional, tras conocer que su hija había sido víctima de abuso sexual por parte de su entrenador, quien aprovechó el momento en que supuestamente le realizaba un masaje para tocarla sin su consentimiento.

“Nos dijeron que nos llamarían, pero nunca lo hicieron. El 2 de mayo tuve que regresar a la delegación para que retomaran el caso”, relata. Tras insistir en la delegación del Distrito Uno de Managua remitieron a la adolescente a Medicina Legal, donde se sintió con confianza para hablar y contar lo que había vivido. 

Posteriormente, la adolescente fue atendida por psicólogas y remitida a tratamiento con una psiquiatra. Sin embargo, recuerda con indignación lo que una oficial de la Policía le dijo: “Si tiene 17 años, ¿cómo no pudo hacer nada?”, un ejemplo claro de cómo en lugar de proteger, culpabilizan a la víctima y revela la falta de empatía con que fue atendido el caso desde el inicio.

Lejos de encontrar apoyo institucional, la madre de la adolescente ha sido víctima de intimidación. “Me llamaron un martes y pensé que era para darme una respuesta sobre el caso. Pero no. Me dijeron que estaba acusada de ciberdelito por haber filtrado información. Luego vinieron ocho agentes a mi casa, me montaron en una patrulla como si fuera una delincuente y se llevaron mi teléfono”.

Vigilada y amenazada

Desde entonces, asegura, ha sido vigilada y ha recibido llamadas sospechosas. “Me siguen en carros, me llaman. En la Fiscalía me dicen que están ‘estudiando’ el caso y que no pueden darme respuesta. Pero, tres veces me hicieron la amenaza de que iba a quedar detenida por divulgar información”, denunció.

Su hija, que formó parte de la selección nacional y ganó medalla de plata en los Juegos Centroamericanos Codicader en El Salvador, ha sufrido un cambio drástico desde el incidente. “Se frustra, llora. Me dijo: ‘Te dije que no hicieras nada’. Ahora yo comencé y esto llegará hasta donde tenga que llegar”, comentó la madre de la adolescente. 

La joven dejó de entrenar y su sueño de competir en los juegos en Panamá quedó en pausa. “Desde los seis años ha entrenado con disciplina, ha ganado muchas peleas y medallas”, lamentó su madre.

La madre de la joven atleta insiste en que su motivación es únicamente la búsqueda de justicia. “Yo no lo estoy haciendo por dinero, ni por política. Lo hago como madre, porque escuché a mi hija decirme lo que pasó y sé que me está diciendo la verdad”, puntualizó.

“Si me llegan a detener, que quede claro —subrayó—, lo estoy haciendo como una madre que quiere ser escuchada. Solo pido justicia para mi hija y para que esto no le siga pasando a otras niñas”.

Perfil del autor
La Lupa Nicaragua