Haarlem, Holanda.  Lizeth Dávila y Josefa Meza se encuentran en esta ciudad para seguir denunciando las violaciones de derechos humanos por parte del régimen Ortega-Murillo y demandando justicia por la muerte de sus hijos asesinados en las protestas entre abril y mayo de 2018.

Han pasado casi dos años de la muerte de sus hijos Álvaro Conrado y Jonathan Morazán, pero para ellas las memorias y el dolor siguen intactos. Nada ha cambiado desde el día que los enterraron, para ellas no existirá descanso hasta encontrar justicia.

«El nueve de abril cumpliría 17 años. Tengo su ropa doblada en el armario, dejó dos pares de zapatos nuevos que no se estrenó cuando cumplió 15, dos semanas antes que me lo mataron. La verdad que uno recuerda todo desde el embarazo, desde la prueba que te haces cuando sale positivo, hasta el último momento de la vida de mi hijo”, relata Lizeth, madre de Álvaro Conrado.

Álvaro Conrado
Álvaro Conrado y Liseth Dávila, padres del niño mártir, develan la escultura en honor a su hijo Álvaro Conrado. Foto de Javier Ruiz

Los ojos de Dávila se llenan de lágrimas cuando habla de su pequeño Álvaro. Las heridas siguen intactas como aquel 20 de abril de 2018, cuando esa bala que provenía de la policía orteguista atravesó en su cuello y le arrebató la vida.

«Nunca lograré digerir la muerte de mi hijo, es un dolor que lo llevaré hasta el último día de mi vida. A casi 23 meses de no estar conmigo, es como se fuera ayer, se siente aquel dolor vivo”, confiesa Lizeth.

Procesar la muerte de un hijo nunca será fácil, es un dolor que las madres llevaran toda su vida. Para Josefa, madre de Jonathan Morazán, asesinado en la marcha del 30 de mayo, ha sido una lucha constante en tener la fuerza necesaria que la empuja para salir adelante. Los recuerdos de Jonathan siguen vivos en cada rincón de su mente.

«Jonathan era un hijo obediente. Recuerdo que fue a buscar trabajo porque yo estaba desempleada, y consiguió. Era un joven solidario, bondadoso, nunca estuvo metido en malos caminos. Siempre fue crítico de este Gobierno. Para asimilar el dolor de nuestra pérdida tiene que haber justicia para nosotras, castigar al culpable, y de alguna manera eso nos traerá paz, pero nunca mitigará el dolor de la pérdida irreparable de nuestros hijos”, explica Meza.

EN BUSCA DE JUSTICIA Y REPARACIÓN DE DAÑOS

La lucha de Dávila y Meza no es ajena, se unen a ellas más de 100 madres que pertenecen a la Asociación de Madres de Abril, mujeres que tiene como objetivo buscar la justicia por el asesinatos de sus hijos bajo mandato de la dictadura de Ortega.

«Nosotras nos unimos a esta lucha por el asesinato de nuestros hijos y como objetivos buscamos libertad, la justicia y la reparación y garantías de no repetición, los ejes centrales en que guiamos nuestra lucha”, destaca Lizeth.

Sin embargo, la lucha de estas madres les ha valido el acoso, persecución sistemática de la dictadura. No pasa un solo día en que no reciban amenazas para tratar de callar sus voces.

«No  bastó con asesinar a nuestros hijos, nos molestan, nos asedian para tratar de callar nuestra lucha. Me tuve que cambiar de casa, por que no tenía garantías de seguridad, ya me he cambiado en dos ocasiones por los asedios de las turbas orteguistas”, asegura Meza.

Josefa Meza Madres de Abril
Josefa Meza forma parte de la Asociación Madres de Abril. Foto: Cortesía

Para Lizeth la situación es la misma, amenazas de los grupos afines a la dictadura y hasta propuestas de soborno a cambio de cambiar la versión de los hechos del asesinato de su hijo Álvaro.

«Todas las madres de la asociación hemos estado en constante asedio desde que murieron nuestros hijos. A mi se me acercaron personas cercanas al Gobierno y me querían dar dinero, pero la vida de mi hijo no tiene precio. No respetan nada, hemos tenido profanación de tumbas en Carazo, las madres seguimos siendo ofendidas y reprimidas. Pero nuestra lucha seguirá en pie y no claudicará a pesar de todo este asedio”, explica Lizeth.

DE GIRA POR EUROPA

Desde hace algunas semanas, Meza y Dávila están de gira por algunos países de Europa para denunciar la violación de derechos humanos en Nicaragua, y el asesinato de los hijos de las madres de Abril. Han logrado conversar con organismos internacionales de derechos humanos y su mensaje ha llegado a Holanda, España, Suiza y próximamente estarán en Francia, Dinamarca y Bélgica.

Estuvimos en la sesión número 43 de la ONU y hemos hablado con los relatores de los diferentes organismos de los Derechos Humanos. Es muy importante lo que ha pasado es estas conversaciones, relatar sobre el asesinato de nuestros hijos. El mundo debe saber lo que pasa nuestro país”, dice Lizeth.

Asimismo esta gira está no solo se limita a denunciar, porque también han ido recopilando información y se han reunido con las personas pertinentes que asesoren para que a futuro Daniel Ortega sea enjuiciado en una Corte Internacional por crímenes de lesa humanidad.

«Por su puesto que nuestro objetivo es que Ortega pague por sus crímenes. El mundo conozca la situación que sean juzgados, luchamos para que no haya impunidad, que paguen por el asesinato de las más de 325 personas en Nicaragua”, sentencia Josefa Meza.

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