La instrumentalización del deporte y sus principales figuras, siempre ha sido utilizado por la política para simpatizar con las población para ganar votos de confianza y aceptación.

En Nicaragua, la dictadura Ortega-Murillo ha sido enfática en usar varias personalidades deportivas del país con trascendencia internacional como medio para distraer y simpatizar con las masas populares.

El tres veces Campeón Mundial de boxeo, Alexis Argüello, quien cumplió 10 años de haber fallecido, fue la principal personalidad que utilizó el FSLN para apoderarse de las elecciones municipales, y ganar la Alcaldía de Managua, gracias a la simpatía y popularidad que gozaba Argüello con el pueblo nicaragüense.

Luego de tener una brillante carrera en el ring, Alexis fue considerado no solo un campeón del cuadrilátero, sino también el “Campeón del Pueblo”, título que le valió toda su vida, por la cercanía y empatía que tenía con las personas y que aún se recuerda, a pesar de su muerte.

Su corta carrera en la política fue entre el 2005 y 2009, en el que fue vicealcalde de Managua, para luego ganar la dirigencia del ALMA en el 2008, sin embargo, un año después, falleció en circunstancias extrañas y cuestionables.

Dora Argüello, hija del “Flaco Explosivo”, ha sido una de las que más a pedido justicia para su padre, a quien asegura fue asesinado por el mismo partido sandinista por diferencias que tenía con algunos miembros del FSLN.

La imagen de Argüello, aún después de muerto sigue siendo usada por el régimen para seguir promoviendo sus actividades políticas culturales, enalteciendo no solo como un ídolo deportivo, sino también como una figura del partido de gobierno, aunque Dora Argüello se opone totalmente.

En esa misma línea de instrumentalización, se encuentra Román “Chocolatito” González, quien fue cuatro veces campeón mundial de boxeo en diferentes divisiones. Román fue un personaje admirado por el pueblo, pero todo cambió desde abril de 2018, luego que, en medio de la masacre desatada por la dictadura, diera su eterno apoyo a Daniel Ortega.

González le debe grandes favores a su comandante. El más conocido es el famoso caso del “talco” encontrado en un camión del hermano del campeón. Repentinamente la Policía Nacional, descartó que no era cocaína lo que había en el vehículo, sino talco. La deuda con el partido de gobierno cada vez se hizo grande para Román, y desde el momento que estrechó la mano del dictador, le fue imposible retroceder.

El Chocolatito ha sido un objeto para la propaganda del régimen para atraer y recuperar la credibilidad del pueblo, pero todo ha sido en vano ya que los videos, fotos, testimonios de los asesinatos y atropellos del gobierno actual evidencias las atrocidades cometidas por la dictadura.

Bajo la máscara de la religiosidad y cristianismo, Román también ha querido justificar sus acciones ante un pueblo castigado por la tiranía. A inicios de su estrellato en el ring, Román fue denunciado por su primera compañera de vida por no pasarle la pensión económica a su pequeña hija.

Otros de los escándalos del Chocolate, fue cuando su segunda esposa, Raquel Doña lo denunció en el Distrito tres de la Policía Nacional y ante la CPDH por abuso físico y verbal. El púgil nicaragüense se divorció de Raquel y el caso quedó en la impunidad.

El rechazo mayoritario hacia González por su apoyo a la dictadura es notorio, así como la fidelidad de este boxeador al orteguismo. La última vez que se le preguntó sobre el tema, dijo que no mezclaría el deporte con la política, pero el boxeador nica siempre sube al cuadrilátero con la bandera de frente sandinista en cada uno de sus peleas internacionales y además asiste a las manifestaciones y actos pro gobierno, sentado al lado de Ortega.

El gobierno trata de vender en González a un campeón del pueblo, pero todo cambió desde abril de 2018, cuando prefirió estrellar la mano del tirano y callar ante las crímenes cometidos por su comandante. El único campeón del pueblo que recuerda Nicaragua es la leyenda Alexis Argüello.

A esta lista se unen otros personajes como Cristofer Rosales, otro adepto al orteguismo que perdió recientemente su título mundial en las 112 libras de la CMB, ante el británico Charlie Edwards.

Evidentemente, aunque el deporte no debería mezclarse con la política, para las dictaduras siempre será un instrumento vital para atraer y distraer a las masas.

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