«Las redes sociales son arma de doble filo para denunciar la violencia sexual», alertan abogadas feministas

Ante la reciente ola de denuncias de violencia sexual en redes sociales, tanto en Facebook, Twitter e Instagram, abogadas feministas con experiencia en el sistema judicial de Nicaragua, alertan a las mujeres sobre el riesgo que supone hacer una denuncia publica en redes sociales sin haber interpuesto una denuncia formal en la Policía o el Ministerio Público.

Reconocen que el sistema judicial «no garantiza justicia» para las víctimas de violencia sexual, pero consideran que hacerlo permite protegerlas ante posibles represalias por parte de los autores del delito que podrían recurrir por la vía legal, como sucedió en el caso de Cinthya Zeledón, quien en 2017 denunció una violación sexual en redes sociales, y por la cual fue procesada por injurias y calumnias.

«Me parece excelente que las mujeres se atrevan a denunciar publicamente a sus agresores. La denuncia social es muy importante porque damos a conocer a la sociedad y advertir que determinado sujeto es un delincuete, sin embargo hay que advertir que a pesar que no tengamos una justicia efectiva, sí es necesario hacer paralelamente la denuncia ante las disque autoridades judiciales, porque hay una exposición a otra posible acusación, por parte del agresor, de manera tal que considero importante la posibilidad de hacer una acusación judicial, así nos evitamos futuros problemas como ya ha pasado en años anteriores al respecto de la denuncia social», alerta Ana Exeling Orozco, abogada feminista.

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Un arma de doble filo

Rosario Flores, abogada feminista, y quien defendió a Cinthya Zeledón cuando fue procesada por injurias y calumnias, expresa que las mujeres al denunciar los abusos sexuales en redes sociales «se exponen a ser objeto de burlas de personas desalmadas e incluso ser objeto de una querella judicial».

Entre los riesgos que Flores identífica se encuentran: que el delito quede en la impunidad al alertar al agresor con la denuncia en redes sociales; que se presenten nuevas formas de violencia en especial si el señalado tienen poder político y económico; y que el agresor inicie un proceso judicial en contra de la víctima.

«Las redes sociales son armas de doble filo para denunciar la violencia sexual… se debe hacer una campaña bien fortalecida y bien documentada legalmente para que las jóvenes tengan un canal de denuncia, pero no publico y que si lo van a hacer publico, porque es decisión de ellas sea una vez presentada esa acusación, cuando nos hayamos asegurado que ya está en los juzgados y que no sea la misma víctima la que lo ponga sino otra persona que ponga la denuncia», enfatiza.

Flores, reconoce que la complejidad del asunto y la necesidad de las víctimas de no callar frente al abuso sexual, pero insiste en el riesgo que puede suponer para las mujeres frente a un sistema «negligente» en el que además, se están admitiendo en juicios como medios probatorios, publicaciones en redes sociales.

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Valor y fortaleza de las víctimas

La sicológa Lorna Norori, considera que las denuncias son una muestra de valor y fortaleza de las víctimas, y que lejos de amedrentarse con posibles amenazas de los agresores se han «fortalecido» y «acuerpado» en la lucha contra la violencia sexual.

«Ellas están mostrando el valor y la fortaleza para llevar adelante una denuncia y en esa medida, ellas también le están restando poder a los abusadores y en la medida en que son más y más denuncias las que están habiendo en las redes sociales… pues la verdad es que los abusadores también se pueden detener de esta manera, porque ven que no es una mujer que esta sola, es una chavala que esta acuerpada por otras personas que también vivieron situaciones similares, pero entre todas se acompañan y protegen es una muestra de mucha valentía que sean varias voces denunciando lo que ha ocurrido», reconoce.

Norori, quien durante varios años ha estado al frente del Movimiento contra el abuso sexual (MCAS), expresa que en los últimos años las denuncias que se han interpuesto por delitos como acoso, abuso, violación sexual y hasta propapalación han sido atendidas por las autoridades judiciales, de forma tardía, como herramienta para cansar a las víctimas y obligarlas a desistir del proceso.

Por ello, reconoce en la denuncia social, en redes sociales, una herramienta para las mujeres ante la ausencia de una justicia punitiva, y recalca que en las denuncias que se hacen en redes esta claro que «la decisión de decirlo no ha sido fácil. Lo han pensado y repensado. No lo hacen nada más con toda la condición del impulso sino que lo hacen que sienten que es específicamente la forma de salir de la condición de atrapamiento del abuso».