Los estudiantes universitarios que se niegan a ir clases presenciales ante el peligro que supone para la salud la ya confirmada presencia en Nicaragua del COVID-19, están siendo objeto de amenazas por parte de las autoridades administrativas que van desde la expulsión hasta la suspensión de matrícula.

En al menos siete de 15 recintos de universidades estatales (9), subvencionadas (3) y privadas (3), ubicadas en Carazo, Estelí, Chontales, Matagalpa, León y Managua, las autoridades administrativas están amenazado de “todas la forma posibles” a los estudiantes, denunciaron líderes de organizaciones estudiantiles y juveniles de la Unidad Nacional Azul y Blanco.

La Facultad Regional Multidisciplinaria (FAREM) con sede en Carazo y Estelí;  la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan) con sus dos recintos en Managua y su sede en León; y los dos recintos de la Universidad de Ingeniería (UNI) ubicados en la capital es donde se reportan amenazas directas a estudiantes “por proclamarse en cuarentena”, incluyendo a algunos docentes, señaló Jonathan López, miembro de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia (CUDJ).

“Las amenazas son suspensión de matrícula, aplicación del reglamento por ausencias de clases, expulsiones al estudiantado, agresiones físicas, despido del personal administrativo y docente, estas amenazas han sido creadas por las autoridades universitarias, otros docentes, integrantes de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) y del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN)”, enfatizó López.

Los líderes estudiantiles recordaron que Nicaragua es uno de los países más “vulnerables” por la forma en que el régimen está manejando la pandemia y el “sistema deficiente” de salud que existe, por lo que exigen la suspensión de clases para no exponer la vida de los universitarios.

“A muchos se les amenazó con el retiro de matrícula, y se les dijo que si no llegaban a clases no iban a tener derecho a examen, esto es una forma de coaccionarlos, las autoridades han sido indolentes, muchos chavalos y chavalas viajan desde sus comunidades para llegar a las universidades, porque no tienen las condiciones para alquilar y esto incrementa el nivel de riesgo, desde que salen de su casa en el transporte público para llegar a sus universidades”, señaló Katherine Ramírez, de la CUDJ.

LA REALIDAD EN LOS RECINTOS

En el informe divulgado este miércoles señalaron que de 15 universidades monitoreadas solo en siete recintos se están impartiendo “clases virtuales”, entre ellos la Universidad Centroamericana (UCA), la Universidad Thomas More, la UNI-Juigalpa, la Universidad Americana, la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC) y la Universidad Católica (UNICA).

Por otro lado, la FAREM de Carazo, Estelí y Chontales, son recintos donde no se han suspendido las clases. Solo la sede que está ubicada en Matagalpa ha suspendido totalmente las clases para evitar exponer a sus estudiantes, afirmaron en conferencia de prensa los líderes de estas organizaciones.

Igual ocurre en los dos recintos de la UNAN ubicados en Managua y su sede en León. La Upoli, según informe de los estudiantes, retomará sus clases presenciales, semipresenciales y virtuales el 20 de abril, pero sobre amenazas hechas a los estudiantes.  

“La etapa más difícil del COVID-19 se acerca, ya pasamos el periodo de incubación y en Nicaragua probablemente veamos un incremento (…) Los estudiantes de forma autoconvocada hicieron sus llamados a las autoridades universitarias a suspender las actividades académicas, en este mismo momento las universidades, me atrevo a decir, están funcionando con  el 20% o 30% de sus estudiantes, o sea que un 70% están protegiendo a sus familias”, puntualizó Aritz Báez, líder estudiantil.

Desde finales de marzo, los estudiantes de las diferentes universidades públicas se negaron a asistir a los recintos por el temor a un contagio, algunos grupos dirigieron cartas a las autoridades administrativas, mismas que a la fecha no han sido respondidas.

Foto principal: La Prensa.

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