Un total de 114 crímenes que provocaron 131 asesinatos se registraron entre enero y junio de este año en Nicaragua, revela un informe que presentó la experta en temas de seguridad, Elvira Cuadra.
El actual Estado de excepción de facto, la represión ejercida por el régimen, la presencia de grupos paramilitares y la presencia de armas de fuego en manos de civiles, son factores de riesgo que influyen en la “tendencia creciente” de la violencia en Nicaragua, afirmó Cuadra.
Comparado con el mismo periodo de 2019, cuando ocurrieron 26 asesinatos, se muestra un incremento del 338%, lo que es motivo de preocupación para la población, señaló la experta.
La investigadora y socióloga cree que, para regresar a niveles aceptables de seguridad en el país, se debe eliminar el principal factor de riesgo, el “más grave que afecta a la ciudadanía” como es el Estado de excepción de facto impuesto por Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Según Cuadra, son condiciones mínimas que se requieren para “disminuir la inseguridad y la violencia en el país”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió el año pasado que desde la “Rebelión de Abril”, Nicaragua vive un Estado de excepción de facto, porque prevalecen los ataques contra opositores, contra los medios de prensa y el encarcelamiento de manifestantes.
El informe, “La violencia letal en Nicaragua, enero – junio, 2020” presentado por Cuadra, revela que en los primeros seis meses del año ocurrieron en promedio 19 asesinatos por mes.
“En Nicaragua la violencia letal se mantiene es persistente y muestra una tendencia al incremento”, dijo Cuadra durante la presentación.
Violencia se traslada a la urbe
Cuadra explicó que, desde octubre de 2018 a la fecha se han registrado asesinatos particularmente en el campo, pero en los primeros seis meses de este año se extendió a las zonas urbanas con las mismas “características letales”.
El año pasado, cerca del 70% de los asesinatos ocurrieron en las zonas rurales, pero entre enero y junio de este año el 48.2% ocurrieron en los centros urbanos del país y el 50.9 % en las zonas rurales, dijo la investigadora.
Las localidades con mayor incidencia son los departamentos de Jinotega, Managua – que en 2019 aparecía en tercer lugar- Matagalpa y la Región Autónoma del Caribe Norte.
Entre los municipios sobresale Managua seguido de San José de Bocay, el Cuá, Wiwilí y con porcentajes importantes un poco más bajos Estelí, Matagalpa, Rosita y el Tuma-La Dalia.
El pasado 23 de junio, los medios registraron en el Caribe Norte la ejecución a balazos de tres campesinos en la comarca Las Vallas Abajo, en el municipio de Waslala, quienes fueron identificados como Lucio Granados Muñoz, Odorico de Jesús Ortega González y Ramón Pérez Granados.
En los 114 crímenes registrados en el primer semestre hubo un total de 131 víctimas, de los cuales 107 fueron hombres, lo que representa al 82% y 24 mujeres, es decir el 18%.
Un 44% de las víctimas fueron personas entre los 16 y 30 años y otro segmento de edad, el 37% tenían entre 31 y 59 años, revela el informe.
En 45 de estos casos se usaron armas blancas y en 44 fue evidente el uso de armas de fuego, pero en 20 casos se usaron otro tipo de armas.
Por otro lado, Cuadra destacó que en los asesinatos registrados en este periodo se mantiene “el nivel de violencia o la saña”. En 35 de los casos la víctima recibió múltiples disparos y en 44 casos recibieron múltiples heridas.
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“Las personas que cometieron esos asesinatos actuaron con altos niveles de violencia y este dato significativo se vincula con el tema de la participación de más de una persona, la organización y premeditación para cometer estos asesinatos”, dijo Cuadra.
Las motivaciones políticas en estos asesinatos disminuyeron con respecto al año anterior, solo en el 4.4% es decir 5 casos se reporta este tipo de incidencia, pero se incrementaron los asesinatos donde se presume el “asalto o robo” como motivación en un 17.5%, señala en el informe.