Gioconda Belli recibió el Premio Reina Sofía reivindicando la igualdad de las mujeres
Gioconda Belli es la tercera nicaragüense en recibir este premio, tras Ernesto Cardenal y Claribel Alegría.
La poeta nicaragüense Gioconda Belli recibió el XXXII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana como un homenaje a su “temprana reivindicación de ser mujer” para oponerse a la desigualdad y las opresiones.
“Lo recibo con humildad, pero también con orgullo porque sé que el jurado ha valorado la temprana celebración que hice de ser mujer para oponerme a la desigualdad, para reivindicar la mirada femenina, una experiencia humana que por siglos no lograba expresarse fuera de los límites que relegaban a la mujer”, dijo en su discurso de aceptación.
A Belli (Managua, 1948) le ha entregado el premio la reina Sofía en una ceremonia solemne en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, que acoge por cuarta vez este acto y a partir de ahora lo alternará con el Palacio Real en la medida que la agenda de la reina emérita lo permita.
El galardón, dotado con 42,100 euros, lo organiza Patrimonio Nacional con la USAL y está considerado el premio de poesía más relevante en español y portugués, con una relación de 32 grandes autores entre los que están la poeta uruguaya Ida Vitale, el español José Hierro y el venezolano Rafael Cadenas.
Gioconda Belli es la tercera nicaragüense en recibirlo, tras Ernesto Cardenal y Claribel Alegría, ciudadanos los tres “de un país donde el único héroe indiscutible es Rubén Darío”, donde “todo el mundo es poeta hasta que no se demuestre lo contrario”.
“Allá se usa el título de poeta como en otros lugares el de doctor o licenciado; yo soy la poeta Belli”, ha contado la autora, quien ha denunciado que el régimen de Daniel Ortega “esté tratando de aplastar ese espíritu, todo el pensamiento, que no lo hizo ni (el dictador, Anastasio) Somoza”.
Gioconda Belli vive en España el segundo exilio de su vida desde el 1 de febrero de 2022, después de que el 5 de mayo de 2021 saliera de su casa en Managua para visitar a sus familia en Estados Unidos sin saber que no volvería más.
“Es duro el exilio, pero en España he sentido lo que más se añora en los destierros: la sensación de pertenencia. Mi barco ha pasado del naufragio a la salvación”, afirmó, para agradecer “la ternura y solidaridad” de quienes la han acogido, como el director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, presente en la ceremonia.
En su alocución, relató el desgarro de la pérdida de su país con la lectura de ‘Despatriada’, uno de los cuatro poemas inéditos que incluye la antología editada con motivo del premio, una obra de 325 páginas titulada “Parir el alba”.
“Amo España, pero nunca dejaré de ser nicaragüense. Cuando ellos hayan desaparecido (el régimen de Ortega), mis libros quedarán en las bibliotecas como autora nicaragüense”, ha defendido.
El jurado eligió a a Gioconda Belli por su “expresividad creativa” y su “libertad y valentía poética”, por una obra inscrita “en la lucha política y el feminismo” y por “abordar como sujeto la sexualidad de la mujer, no como objeto”, ha detallado la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva.
Belli ha reconocido que ya en los años 70 fue considerada “trasgresora” por hacer sujeto a la mujer, por contarla no desde la percepción exterior, como hasta entonces, sino desde su propio punto de vista.
“Desde que era niña en un colegio católico, me pareció atroz que la pobre Eva cargara con culpas tan grandes. Y como criatura de los años 70, viví el apogeo de la conciencia feminista”, ha relatado.
La autora, en línea con su tradicional compromiso político, ha denunciado en su discurso “el renacer de la agresividad en la política” y el hecho de que “la comunidad internacional parece que ha perdido los recursos para detener las guerras”.
“Las campanas del mundo están tocando a rebato, hay que cometer la osadía de la compasión, yo confío en la osadía de España”, ha cerrado envuelta en un gran aplauso del público que se ha fundido con el tradicional himno universitario “Gaudeamus igitur”.