La dictadura de Daniel Ortega en las últimas diez semanas se ha dedicado arremeter contra quienes se atreven a criticarlos por su abordaje de la pandemia de COVID-19. Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua y vocera del régimen sandinista, ha llegado a llamar a los opositores «extraterrestres» y «cerebros deformes».
Organizaciones defensoras de derechos humanos como la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (Oacnudh) han advertido del aumento de «expresiones estigmatizadoras», desde las cuales se desacredita a quienes critican públicamente.

El último insulto de la pareja de dictadores se oficializó a través de un «libro blanco» sobre la COVID-19, donde ocuparon dos items -de las 75 páginas- para expresar su discurso sobre lo que llaman noticias falsas o acciones del «golpismo».

En el documento se señala a «los golpistas» de ser quienes, junto a «el aparato imperialista», emiten noticias falsas, donde «reclaman un cierre total para debilitar a la economía y al gobierno, a la vez que pintan en el exterior una situación ficticia de caos en Nicaragua».

La dictadura Ortega-Murillo hasta se tomó el trabajo, en un apartado del documento, de clasificar los tipos de críticas que reciben: los partidarios de los cierres totales, oportunidad para debilitar al Gobierno y a la economía nacional y las controversias sobre la contabilidad de los casos.

A su vez, presentaron un acápite sobre «la continuidad del golpismo», acusadon a Estados Unidos y Costa Rica de impulsar «terrorismo desinformativo», «brutal, criminal y xenofóbico».

Los dictadores señalan de forma directa a medios de comunicación costarricenses, tales como: Teletica, Repretel y La Nación, de lanzar «mentira tras mentira», «mentir descaradamente contra la hermana nación nicaragüense». Además, acusa a otros medios como CNN de usar video de otros países, para «tergiversar» la realidad de lo que ocurre en Nicaragua.

«Este comportamiento de generar noticias falsas, es el mismo gestado en el intento de golpe de estado del año 2018. Con la actual pandemia de la COVID-19, la oposición golpista de Nicaragua y sus patrocinadores de las agencias de acciones encubiertas de Estados Unidos, han arremetido con una campaña de desinformación masiva, con su misma practica de mentir diariamente al pueblo nicaragüense tratando de socavar la confianza en el gobierno, han visto la pandemia como una gran oportunidad para atemorizar y desinformar a la población», reza parte del mensaje donde la dictadura despotrica contra medios de comunicación, oposición y gobiernos que los han señalado de manejar de forma negligente la pandemia de la COVID-19.

No obstante, la invitación de los organismos defensores de derechos humanos como la Oacnudh, luego de la publicación de este mensaje de la dictadura en el libro blanco de la COVID-19, fue una invitación a que «en lugar de amenazar a periodistas o acallar las críticas, los Estados deberían alentar un debate saludable sobre la pandemia y sus consecuencias».

Además, gobiernos como los de El Salvador, Costa Rica, Estados Unidos y algunas organizaciones como la misma Organización Panamericana de la Salud han advertido del mal manejo de la pandemia y de la importancia de que se hable con la verdad sobre el impacto de la COVID-19 en Nicaragua.

Hasta la fecha, Nicaragua ya alcanza 759 casos positivos de COVID-19, 35 muertes y 370 recuperaciones, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud.

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